Mate en mano y acompañado por su perro, Rodolfo
Pera -vecino del Palacio Salvo desde hace una década-
mira con asombro las vallas amarillas que cercan la
Plaza Independencia y aislan al Radisson Victoria Plaza
Hotel. "Me da un halo de tristeza ver la plaza
así, pelada. Yo tomo maté ahí en
los banquitos todos los días. Hoy no me dejan",
dice el hombre, entrado en años, que lleva una
boina en la cabeza, pañuelo en el cuello y camisa
a cuadros.
Pasan las cinco de la tarde del jueves y la seguridad
en la Ciudad Vieja impresiona. Hace pocos minutos comenzó
a regir la zona de circulación restringida y
los vehículos que transitan por 18 de Julio son
desviados a la altura de la calle Río Branco
mientras que en el casco antiguo pueden circular hasta
Treinta y Tres. Ahí tienen que desviarse hasta
la rambla
Los peatones, en cambio, pueden entrar sin problemas
a la zona, con excepción de casi toda la plaza
Independencia, vallada con extremas medidas de seguridad
debido a que en el Radisson se hospedan todas las delegaciones
y allí se realizarán las sesiones de la
cumbre. A esa pequeña zona sólo ingresan
las delegaciones oficiales y la Policía.
La Ciudad Vieja es un pueblo fantasma. Por sus calles,
sin autos, circula muy poca gente: vecinos y también
algunos curiosos, sumado a visitantes extranjeros y
muchos periodistas. Hay policías por todos lados,
solos o en grupos. También se ven coraceros y
personal de limpieza, barriendo una y otra vez.
DESAGRADABLE. "Artigas está preso
(por el monumento de la Plaza Independencia). Es algo
que no va mucho con sus principios", se queja Pera,
sentado en un banco de 18 de Julio y cuenta que nunca
había visto algo similar en el centro de Montevideo.
Se para, intenta pasar la valla e ingresar en la plaza,
pero un policía lo detiene y le impide el acceso.
"Usted no tiene la culpa, pero esto es desagradable",
le dice el vecino a un joven efectivo. El policía
le da la razón y le responde con amabilidad:
"Es feo no poder moverse con normalidad pero es
un tema de seguridad". Un diálogo más
duro se produce algunos instantes después, cuando
una vecina le recrimina al policía por las medidas:
"¡Qué horrible! Uno no puede ir a
ningún lado"
Los vecinos rodean la plaza y se mueven con tranquilidad.
Nadie les pide documentación que demuestre dónde
viven ni hay demasiados controles, lo cual se supone
que cambiará a partir de hoy, cuando comience
la cumbre.
La mayoría de los negocios están cerrados
en la zona de "boliches" que tiene como centro
la Peatonal Sarandí.
Pero hay algunos bares y restaurantes abiertos y en
sus mesas hay gente de diferentes países. Se
escucha hablar en inglés, portugués y
también acento español, mientras el ruido
de los aviones que surcan el aire "tensionan"
la tranquila tarde.
En la zona se realizan los últimos aprontes
para la cumbre: se ven obreros y técnicos trabajando
en calles y esquinas. Así sucede frente a la
puerta de la Ciudadela. Hoy al mediodía se realizará
la "foto de familia" de los cancilleres y
por eso pusieron "tablas", donde se pararán
los ministros.
En la plaza Independencia hay una carpa y focos por
todos lados: la zona estará sumamente iluminada
durante la noche. Lo mismo sucede frente al Teatro Solís,
donde la organización instaló seis modernas
luces sobre la vereda. Allí se realizará
esta tardecita el acto inaugural de la Cumbre Iberoamericana.
A partir de ese momento todo será tensión
y nervios, en una ciudad que jamás estuvo tan
vigilada.
REGISTRO. El censo de la Ciudad Vieja, iniciado
el viernes pasado, continuaba ayer de noche con los
vecinos más "rezagados", dijeron a
El País fuentes de la Dirección de Inteligencia.
Hay dos celulares habilitados (099 204 379 y 099 396
446) para que puedan registrarse los vecinos que aún
no han sido censados. El trámite es sencillo
y consiste en pasar los dos dedos índices por
un pequeño aparato electrónico y así
tomar las huellas dactilares. La Policía registró
a cerca de 5.000 personas.
También están habilitadas dos líneas
para todo tipo de consultas acerca de la cumbre: 908
09 16 y 901 61 73. Otros dos teléfonos funcionan
para casos de emergencia, como problemas médicos
urgentes de los vecinos que viven dentro de la zona
de exclusión: 099 661 592 y 099 613 729. La Policía
ha pedido que no se consulte al 911 por dudas sobre
la cita.
Comercios cerrados
Los pocos negocios abiertos de la Ciudad Vieja lucían
vacíos ayer. Tampoco tuvieron un buen día
los vendedores ambulantes apostados sobre la peatonal
Sarandí. "Viene mal, pésimo. Muchos
compañeros se movieron a la plaza Libertad",
contó una mujer que vende artesanías.
En 18 de Julio entre Río Branco y Convención,
dentro de la zona de exclusión vehicular, sólo
había ayer un puesto de venta ambulante: desde
inciensos hasta caravanas. Pero el panorama no era muy
alentador: "No vendimos nada. Esperamos que mejore
en estos días. Por ahora, la Policía no
nos sacó de acá", dijo el vendedor.
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