Los
temas de El País . Los ahorristas reclaman intereses y dicen
que son una malla de contención . Los bancarios admiten perder
empleos y plantean eliminar horas extras
Ahorristas
y bancarios esperan con incertidumbre el día "D"
Informe:
Enrique Etchevarren, Rosa Aguirre, Marta Aguiar
Hace
90 días sus vidas cambiaron dramáticamente. Los empleados
de los bancos suspendidos y los ahorristas se encontraron a ambos
lados del mostrador con la misma crisis bancaria aunque con problemas
diferentes. Tres meses después los dos grupos esperan con
ansiedad el viernes próximo, cuando en principio se conocería
la resolución del gobierno al problema.
Los
representantes de los ahorristas de los bancos suspendidos dicen
que sufren con la incertidumbre de cuál será esa salida
y que son una "malla de contención" de dramas humanos
que requieren una respuesta, aunque opinan que el escenario que
enfrentan ha cambiado a su favor en estos tres meses. "En aquel
momento, inmediatamente después del feriado bancario, sólo
se hablaba de cómo liquidar los bancos en problemas. Hoy
no escucho a nadie sosteniendo esa posibilidad", dice Sergio
Lamorte, integrante de la comisión de ahorristas del Comercial.
Sin
embargo, sostienen que no saben hasta cuándo podrán
controlar la situación y se preparaban a hacer planteos concretos
al gobierno. (ver nota aparte).
"Las
comisiones de ahorristas estamos actuando como una malla de contención
hacia el gobierno. La reacción futura de la gente va a depender
de la calidad de la solución que el gobierno le encuentre
al tema", afirma Lamorte.
"Fue
muy valioso la primera actitud de la gente de ponerse del lado de
una solución y no ser parte del problema, pero si la situación
no se resuelve va a aumentar el nivel de ansiedad y malestar. Es
posible soportar un mes con el dinero que se tiene en el bolsillo,
a los dos meses hay que pedir prestado y el tercer mes se convierte
en un drama", afirma.
Jesús
Gato, de la comisión de ahorristas del Banco Montevideo,
coincide en que "la postura de calma y de paciencia que hemos
mantenido los ahorristas" ha sido positiva, pero señala
que "la gente quiere una solución al tema".
Gato
cree que "los únicos perjudicados por esta situación
somos los ahorristas, porque los empleados siguen percibiendo sus
salarios, el banco sigue cobrando. Nosotros tenemos el dinero retenido,
somos los verdaderamente damnificados y ni siquiera se nos consulta
sobre una posible solución".
EL
DIA DESPUES. Los empleados bancarios también esperan pero
le temen más al "día siguiente" de la definición
que a la solución misma, porque afirman que son conscientes
de que cualquiera que sea la fórmula no habrá trabajo
para ocupar a los casi 3.000 funcionarios que empleaban esos bancos.
Admiten
que al comenzar la crisis percibieron claramente que el público
los veía como un sector privilegiado, sindicalmente muy fuerte
y con ingresos superiores al resto del sector privado.
Hoy
reconocen que esa época se terminó y saben que deberán
vivir el ajuste que otros sectores privados ya sufrieron. Hablan
de prohibir las horas extras como forma de que haya lugar para más
bancarios en el mismo sector.
"Por
primera vez el bancario está siendo consciente de que se
puede quedar sin trabajo. Ese es un cambio fuerte", dice Fernando
Iraola uno de los jefes del Banco Caja Obrera y activo sindicalista
de Aebu. Recuerda que no hace mucho tiempo "había un
sistema financiero fuerte, un sindicato muy fuerte, una alta adhesión
al sindicato y eso nos hacía sentir seguros. Hoy, más
allá de lo salarial, lo que está arriba de la mesa
es el trabajo", afirma.
TRAJE
Y CORBATA. Iraola es uno de los que sostiene que el día siguiente
a la definición del tema bancario es el que más preocupa.
"Sea el próximo día 15 o cuando sea, lo más
grave va a ser el día después, porque esos 800, 900
o 1.000 bancarios que se quedan sin trabajo van a tener nombres
y apellidos", dice.
El
cambio de escenario también ha derrumbado otro de los postulados
históricos del sindicato bancario. "Hasta ahora, cuando
un banco cerraba, el sindicato tenía que asumir con sus afiliados
los costos de sus salarios y buscar su reinserción, pero
hoy tenemos compañeros del Banco do Brasil que todavía
no han podido reingresar", señala Iraola.
Afirma
que el sindicato además de proponer distribuir el trabajo
que hoy se hace como horas extras está pensando en
un seguro de contención social una especie de seguro
de paro mejorado y de generar instancias de reconversión
laboral y generación de empresas de servicios para el sector.
"En
otro cosa que hay que pensar después del día "D"
es que no solamente se puede trabajar de traje y corbata, sino que
van a haber otras alternativas y que la reconversión laboral
también nos ha llegado a nosotros como a todos los demás".
LES
LLEGO LA HORA. Rubens González, empleado del Banco Montevideo,
dice que junto con la crisis los bancarios percibieron que la sociedad
"nos marcaba, de alguna forma, que nos había llegado
la hora".
Reconocen
que la gente los veía "como un sector privilegiado"
y que tuvieron que iniciar acciones para "revertir que éramos
un sindicato cerrado y hacer ver que si bien circunstancialmente
habíamos podido tener determinados salarios y beneficios,
éramos al fin y al cabo trabajadores con familia".
Iraola
sostiene que los bancarios aprovecharon lo que a su juicio fue una
decisión estratégica de la política económica
de apostar a un sistema financiero fuerte. "Todo pasaba por
el sistema bancario y lo que hicimos fue aprovechar el valor estratégico
del sector en que estábamos para lograr esa estabilidad.
Lo mismo pasó cuando el auge de los frigoríficos o
de las textiles".
DETRAS
DEL MOSTRADOR. La vida de los bancarios de las instituciones suspendidas
cambió también hacia dentro. "La pregunta más
común al llegar a casa empezó a ser ¿qué
novedades hay?. Y empezamos a dormir menos y a tratar que los compañeros
que estaban acostumbrados a vivir con determinados ingresos se fueran
ajustando para que las cuentas no los sobrepasaran", relata
González.
Dice
que en los primeros días después del feriado se trató
de organizar la actividad interna y a atender a los ahorristas a
la vista cuando fueron liberados los depósitos, pero de a
poco la inactividad fue ganando las sucursales. "Hoy en día
estamos cerca de compañeros que por no tener tarea asignada
se empiezan a deprimir y estamos a la espera que el día 15
no haya otra prórroga sin tener claro que se van a confirmar
las salidas".
Para
Iraola la situación es más grave en el interior. "Una
tarde, sin que nadie entre al banco, donde todos están en
una mesa leyendo los diarios y llaman para confirmar una información
o, cuando no les sirven esperan que esté equivocada. Es una
situación difícil". dice.
Pese
a todo afirman que los tres meses transcurridos han sido positivos
según las versiones de que los bancos en los que trabajan
se fusionarían en un mega banco. "Cuando esto empezó,
hace tres meses, éramos tres mil bancarios en la calle. Hoy
podremos quedar sin trabajo mil, pero no tres mil", dice Iraola.
"Nos
estamos levantando porque sabemos que esta historia no va a tener
mucho tiempo más y, en la medida que se desencadenen los
acontecimientos para una salida y no para una liquidación,
la gente va a empezar a levantarse de nuevo",
Ahorristas
de la banca suspendida piden los intereses
Juan
Pablo Correa
Representantes
de las comisiones de ahorristas de los cuatro bancos suspendidos
plantearon en la noche del viernes al subsecretario de Economía
y Finanzas, Max Sapolinski, su preocupación por la demora
en la definición de una solución para las instituciones
y la necesidad de que el gobierno autorice el pago de intereses
devengados ( de plazos fijos y Euronotas en el caso del Comercial)
como una medida que alivie la tensión y angustia que existe
entre los depositantes. El subsecretario se comprometió a
comunicar la iniciativa y a que se analizará su viabilidad
jurídica.
Sergio
Lamorte, representante de los ahorristas del Banco Comercial, dijo
a El País que las instituciones han ido recuperando créditos
por alrededor de U$S 70 millones, situación que hace que
tengan los recursos para cumplir con esos pagos. En el caso del
Comercial, los mismos no pasarían de U$S 1,5 millones, aseguró.
"Los bancos suspendidos siguieron pagando a sus proveedores.
Si se está trabajando ya en un escenario de reapertura entendemos
que el planteo es razonable", explicó.
Los
delegados también plantearon su molestia porque no se los
haya tomado en cuenta para integrar la comisión consultiva
que conformó el gobierno para estudiar salidas a los bancos
suspendidos.
En
el caso de los ahorristas del Banco Comercial también están
molestos porque entienden que el gobierno tardó demasiado
en reconocer que existían ofertas de inversores interesados
por esta entidad. "Sería una injusticia dejar de analizar
todas las ofertas que puedan existir", consideró Lamorte.
Como
elemento positivo de la reunión, Lamorte rescató que
el subsecretario aseguró que el gobierno no se plantea la
liquidación de los bancos Comercial, Montevideo, Caja Obrera
y de Crédito.
Daniel
Zubillaga, representante de los ahorristas del Banco de Crédito
comentó que "queremos transmitirle al gobierno que hay
efervescencia en los ahorristas que hasta ahora han actuado con
una madurez tremenda".
Los
ahorristas habían pedido que los recibiera el ministro de
Economía y Finanzas, Alejandro Atchugarry, quien delegó
la tarea en el subsecretario.
A nivel
del gobierno se sigue trabajando buscando diseñar una salida
para las entidades cuya suspensión fue extendida hasta el
día 15 de noviembre.
Ayer
los técnicos de la consultora ING Consulting, que fue contratada
para aconsejar sobre los caminos posibles para reabrir los bancos
trabajaron en el Ministerio de Economía y Finanzas durante
la mañana y las primeras horas de la tarde.
"Eliminar
las horas extras sería legalmente posible"
¿Cuál
ha sido la evolución de la flexibilización laboral
en el mercado de trabajo uruguayo?
En
Uruguay la flexibilización laboral no fue recogida en códigos
o leyes ni hubo debates en torno a ella. Pero en la última
década se produjo una fuerte flexibilización laboral
de manera silenciosa, discreta. Este proceso gira alrededor de dos
hechos: la no convocatoria de los Consejos de Salarios a partir
de 1992 y la aprobación del art. 29 de la Ley 16.906 que
en1998 redujo de 10 a 2 años el plazo para reclamar adeudos
laborales. La no convocatoria de los Consejos de Salarios ha determinado
que en el 90% de las actividades (con excepción de los sectores
donde existe un sindicato con capacidad negocial) la contratación
del salario se realice a nivel individual, situación en la
que el trabajador tiene poco o ningún poder. Existe la flexibilidad
de hecho. La necesidades de sobrevivir en la crisis, determinan
formas de desregulación laboral no autorizadas, pero aceptadas
en nuestro sistema: trabajo en negro, salarios declarados al BPS
por debajo de su valor real, pago de las indemnizaciones en cuotas,
sustitución del goce de la licencia por dinero, trabajo extraordinario
no retribuido, etc.
¿La
propuesta de Aebu se enmarca en esa nueva realidad?
Se
enmarca dentro de la llamada "flexibilidad de adaptación".
que trata de ajustar la norma a la realidad, sin perder como referencia
la tutela del trabajador. Una de las expresiones es la relativa
a los horarios de trabajo. Se busca conciliar el proceso productivo
con otros objetivos, como por ejemplo, la compensación de
trabajo extraordinario con descansos o la reducción del tiempo
de trabajo, para distribuir menos trabajo entre un igual número
de trabajadores.
¿Es
legalmente posible y, en caso de serlo, su instrumentación
presenta complejidades o se podría aplicar sin problemas?
No
tengo dudas de que es legalmente posible. Las normas buscan desalentar
el trabajo extraordinario a través de la aplicación
de un "plus" muy alto (en nuestro país el 100%
de aumento). El trabajo extraordinario debe ser la excepción.
Los límites de las jornadas laborales se hicieron para cumplirse
y la vía de las horas extras solo se pensó para aumentos
de trabajo imprevistos. No realizar trabajo extraordinario, no exige
ni leyes ni convenios, sino simplemente cumplir con la jornada normal
de trabajo.
¿Las
empresas pueden ser receptivas o no a un planteo de ese tipo.?
Son las empresas las que podrán decirlo. Lo que sí
creo es el desempleo afecta a toda la sociedad. Comienza como un
problema individual, pero luego extendido en las proporciones que
conocemos, se vuelve un problema que afecta a todos nosotros que
vivimos en un estado de permanente temor: desde el temor de que
la ola de desempleo llegue a quienes hoy aún conservan un
empleo, hasta el cotidiano temor físico y personal, porque
el desempleo genera violencia.
¿Existen
experiencias exitosas al respecto?
El
trabajo es hoy en el mundo un bien escaso. Nuestra misma Constitución
habla de la necesidad de distribuir el trabajo. Las experiencias
internacionales son numerosas y exitosas, atendiendo fundamentalmente
a tres aspectos: la no realización de horas extras, la rotación
de trabajadores entre actividad y seguros de desempleo y, por último,
la reducción de la jornada de trabajo. Por vía de
normas legales o de convenios colectivos se ha reducido la jornada
de trabajo a menos de 39 horas en Alemania, Francia, Holanda como
forma de generar nuevos empleos.
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