INFORME. CENSO AGROPECUARIO

Somos pocos y nos conocemos

Por Jorge Chouy

El Uruguay está deshabitado, y crece poco. Tanto su economía como su población (nosotros) adelantan a ritmo de tortuga, en el mejor de los casos, porque a veces remedan a los cangrejos y antes que avanzar, retroceden.

Pero nos conocemos. La pequeñez y homogeneidad del país, la disponibilidad de organización y de tecnologías avanzadas para el relevamiento de datos, permiten un conocimiento bastante afinado de la realidad, así como un seguimiento cercano de los cambios que ocurren.

Los censos, y en general todas las estadísticas uruguayas, son tan confiables y precisas como las de los países más desarrollados.

En lo que tiene que ver con la agropecuaria, se llevan registros anuales de todo tipo, relevados por medio de declaraciones juradas obligatorias para todos los actores de un sector, como los ganaderos, o bien por medio de encuestas específicas, como las agrícolas.

El punto culminante lo constituye el Censo Agropecuario, que tiene lugar cada 10 años.

A través de los datos que se recogen en él es posible trazar con razonable exactitud la historia económica y social del Uruguay rural, e indirectamente también del urbano.

Las grandes líneas tendenciales que signan la marcha de nuestra agropecuaria aparecen con nitidez, en cuanto quien observa compara los datos con intervalos de una década.

En este número aportamos algunos de esos datos, en un trabajo que apenas pretende acercar al lector a los grandes temas que se manifiestan a través de ellos, cuya interpretación habrá de nutrir las polémicas de los especialistas en adelante.

Incursionamos también, a través de un diálogo con el director del Censo, en la "cocina" de la vasta organización creada para llevarlo a cabo.

El Censo por dentro

Para ser registrada como agropecuaria, una explotación "tiene que tener como mínimo una hectárea y haber realizado en el último año algún tipo de producción. No necesariamente el producto debe haber sido comercializado. Puede haber sido destinado exclusivamente al consumo de la familia", explicó el Ing. Agr. Hernández, director del Censo.

Como explica el Ing. Agr. Alfredo Hernández, director del Censo General Agropecuario y técnico de la DIEA (la oficina del MGAP encargada de las estadísticas), el Censo es una tarea de gran magnitud, que supone el montaje de una voluminosa organización, que desarrolla un trabajo prolongado.

En ese sentido es diferente al censo de población, que se hace todo en un solo día. Los encuestadores del censo de población no recorren previamente el territorio, como los del Censo Agropecuario, que visitan antes cada predio que va a ser censado. Se definieron para eso 600 "Áreas de Enumeración", para distribuir los encuestadores.

No es sólo eso. Dice Hernández:

"La tarea de campo implica como un mes y medio de trabajo, pero la preparación del Censo arrancó dos años atrás, con la constitución de un Comité de Censo, que no participó de la operativa de campo, pero que definió grandes líneas, buscando ayudas institucionales para apoyar y financiar el trabajo.

Se empezó por definir cuál iba a ser la estructura administrativa que iba a tener el Censo. En esta oportunidad no se contó con el apoyo en exclusividad del Ministerio del Interior, como ocurrió en los anteriores Censos. Para llevarlo a cabo hay que tener una estructura organizada, de jerarquías pero también de ejecución, con el llenado de los formularios censales. Implica definir un formulario censal, que tiene características propias muy marcadas. Al momento de armar el formulario todas las organizaciones quieren poner algo, pero no se puede hacer un libro, así que hay que rechazar cosas y dejarlas por el camino, por más importantes que sean, o que parezcan. Es una tarea pesada para quien tiene que tomar la decisión.

El formulario es único para todo el país, así que debe servir tanto para un predio avícola, como para uno forestal o uno ganadero. Debe tener una estructura lógica y ser fácil de llenar.

Los encuestadores, obviamente, no son expertos. Es gente que se recluta para realizar la tarea y hay que capacitarla para que pueda tomar decisiones cuando esté sola frente al productor y surjan problemas, por situaciones complejas."

El empadronador

"La capacitación empezó a principios de julio de 2000, en el Interior, en lugares lo más próximos posible a los sitios de residencia de los empadronadores, precisamente donde iban a trabajar.

La encuesta empezó el 14 de agosto y terminó a fines de octubre, y luego se siguió con el llenado de algunos formularios, pero ya en la ciudad, de algunos productores que no habían sido localizados. El encuestador rastreaba telefónicamente a quien debía informar, buscando concertar la entrevista donde fuera. Hubo gente a la que se ubicó en lugares distantes, en algún caso hasta en Brasil, y hubo que esperar que viniera al país.

En general, es el empadronador quien define, estando en el campo, dónde se van a llenar los datos, y procura localizar al informante."

¿Encuestaron a todos?

"Creemos haber localizado a todo el mundo. Hay controles de cobertura. Por ejemplo: el formulario pregunta por los cuatro linderos y luego el supervisor controla que estos nombres aparezcan en la hoja de ruta, donde se lleva la secuencia de recorrida de cada uno de los empadronadores.

A eso se suma el hecho de que, en general, los empadronadores eran de la misma zona que les tocaba encuestar. Buscamos que conocieran, en lo posible, a los encuestados, además de la zona."

¿Cuánto demora el llenado del formulario?

"Varía, de 20 minutos a más de tres horas, dependiendo de la complejidad de la explotación. A veces son verdaderamente complejas, como, por ejemplo, un gran productor, una gran arrocera. Tienen distintas fracciones y distintos tipos de explotación. Suele suceder que el encargado de la ganadería, el que informa sobre el tema, es otro que el encargado de las chacras, viven en distintos lados, tienen distintas rutinas y cada uno informa de lo suyo."

Cuando hay una empresa que tiene varios establecimientos, ¿cómo se registra?

"Hay que ir a la definición de explotación1, que es la unidad económica.

No importa que esté dividida en varias fracciones. Si los recursos son comunes, bajo una gerencia única, se trata de una sola explotación y corresponde llenar un solo formulario. Por supuesto que, si la explotación tiene fracciones no linderas, queda registrado en el formulario.

Para ser registrada como explotación agropecuaria, tiene que tener como mínimo una hectárea y haber realizado en el último año algún tipo de producción. No necesariamente el producto debe haber sido comercializado. Puede haber sido destinado exclusivamente al consumo de la familia."

Con la información censal, ¿podemos saber que tal o cual compañía tiene tantas estancias?

"La información censal es reservada. Lo que se va a saber es que hay tantas explotaciones que tienen más de equis fracciones, pero nunca que Fulano de Tal tiene lo que tiene. Ni siquiera podemos dar informaciones individuales con orden judicial. Estamos amparados por la ley y obligados a mantener la reserva.

En éste y en otros temas, los distintos analistas, posteriormente, pueden sacar conclusiones, a partir de los datos censales, con respecto a los temas en los que centren su investigación específica."

¿Es distinto al sistema de Dicose?

"En Dicose son declarantes, en el Censo son informantes. La información no tiene el carácter de declaración jurada. Se hace a lápiz, es borrable, la llena el empadronador, no queda copia en manos del informante.

En el caso de Dicose, las unidades declarantes ni siquiera son establecimientos: puede haber productores sin tierra y con ganado. En cambio, en un formulario censal puede haber varios números de Dicose, porque en la explotación censada existen ganados de varios propietarios. O puede no haber ninguno, porque se trata de una chacra sin ganado, por ejemplo."

Cuando se trata de familiares, o de un capataz que tenga ganado en el predio, ¿cómo se considera?

"Si padre e hijo tienen números de Dicose distintos y trabajan en el mismo predio, para el Censo es una sola explotación. Lo que importa es quién tiene el manejo de la tierra, o sea el productor. Dentro del formulario se le pregunta por el total del ganado que exista en el predio, sea propio o ajeno." *

1 Explotación es una unidad económica de producción agropecuaria con gerencia única. Comprende toda la tierra dedicada total o parcialmente a fines agrícolas, pecuarios o forestales, independientemente de la tenencia, la forma jurídica o el tamaño. Una explotación puede tener varias fracciones separadas. Éstas se consideran parte de una misma explotación, siempre que estén bajo una misma gerencia y compartan los medios de producción, mano de obra, edificios, maquinaria, y además estén dentro de un mismo departamento o en un departamento limítrofe.

Un gran ejército para pelear una sola batalla

Para hacer el Censo se monta una enorme organización, que realiza una tarea acotada, en tiempo breve, y luego se disuelve. Sólo permanece un equipo de especialistas, que trabaja sobre los datos obtenidos.

En este Censo la labor ya está avanzada y probablemente finalice en tiempo récord, si se compara con los anteriores.

Participaron 630 encuestadores, 11 supervisores generales (designados por DIEA), 100 supervisores zonales, más los supervisores departamentales.

En total, cerca de 800 personas, contando los suplentes.

De todo como en botica

¿Quién determina la superficie de cada explotación? ¿Qué pasa si el informante es un paisano que dice: 'Yo tengo 300 cuadras, más o menos'? Preguntas que responde el Ing. Alfredo Hernández:

"Se trata de precisar al máximo la información. En general, los productores, a esos datos, los conocen bastante bien. A veces los medianeros empiezan a sumar la superficie de distintas fracciones. Al rato se acuerdan: '¡Ah!, me olvidé de una fracción'. El formulario se puede corregir, se borra y se corrige en el momento por el empadronador, como parte de la misma información que está recabando.

El empadronador no puede completar datos, ni corregir nada por su cuenta, debe atenerse a lo que dice el informante.

La conversión de cuadras a hectáreas la hacemos nosotros, el empadronador sólo registra el dato. Puede conversar con el productor, preguntarle si está seguro, por ejemplo, si un dato no le parece certero. Pero tiene que confiar en la buena fe y certeza del informante. En la gran mayoría de los casos, los productores no tienen ningún problema, tienen la mejor buena voluntad y hasta les gusta dar la información al empadronador."

En casos aislados, algunos empadronadores encontraron problemas, recibieron advertencias y hasta les tiraron algún tiro. Hay gente para todo.

"Al dorso del formulario puede escribir cualquier cosa, tanto el empadronador como el productor ­continuó el director del Censo­. Muchas veces, el empadronador asienta que cree que no le están diciendo la verdad. El anecdotario es infinito."

Cambios de contenido

"También hubo cambios en la información recogida, con respecto a censos anteriores: por ejemplo, antes se le preguntaba al productor '¿Cuántos huevos juntó ayer?'. Esa información, hoy, sólo serviría preguntarla a las avícolas. Lo mismo con los productores hortícolas: la alternancia y variedad de cultivos hace muy difícil recabar datos de producción por la vía del Censo. Esa información se investiga por medio de encuestas específicas.

En maquinaria, preguntábamos si tenía arado de mancera. Hoy no tiene sentido. Hay una lista de 150 máquinas por las que tendríamos que preguntar. No se hace inventario, sino que se pregunta sobre la disponibilidad de algunas maquinarias, que fueron seleccionadas por su importancia desde el punto de vista de la producción: tractores, enfardadoras, cosechadoras automotrices, ensiladoras de silopack, etc.

La disponibilidad implica algún grado de propiedad, que puede ser compartida, en un grupo, por ejemplo."

Los que no comercian

"Más de 5.000 personas declararon que la actividad agropecuaria que se realiza allí no tiene ningún fin comercial o de venta.

Por ejemplo, un jubilado, o alguien que tiene su ingreso de otro lado, pero mantiene una chacra para su consumo. O el caso de las escuelas rurales, que hacen algún tipo de producción, pero que no venden nada. Todas son registradas como explotaciones a los fines del Censo."

La complejidad de la propia vida

"Siempre hay zonas grises, complejas, que no pueden ser previstas, y que siguen apareciendo: por ejemplo, un establecimiento que tiene un área forestada, dada en exclusividad para quien la plantó, que no es el dueño del predio, pero el resto del campo está vendido a una empresa que aún no asumió. Además, el productor tiene un ganado en sociedad que está a pastoreo en el predio... , y puede seguir complicándose."

Sin sorpresas

"¿Qué más sabemos, que no sabíamos? Bastante más. Hubo una gran coincidencia con los datos anticipados del año pasado. No hubo sorpresas ni cosas inesperadas, salvo, tal vez, el número de explotaciones (que aumentó, contra todas las previsiones).

El aspecto más importante de la información es que lo que todo el mundo pensaba que constituían cambios, o variaciones de destaque, o tendencias, se confirman: el Censo les pone números, les fija magnitudes a esos cambios.

Por ejemplo, se sabe que hay un desarrollo importante de la forestación. El Censo muestra de qué magnitud y qué características tiene. O qué relación tiene la forestación con el tamaño de la explotación, la asociación con otros rubros, etc. O bien qué relación hay entre los mejoramientos forrajeros y la localización geográfica del predio, y así en todos los rubros."

Información complementaria

"El Censo muestra situaciones, no las explica. Por eso las interpretaciones corresponden a cada analista. El Censo no da respuesta a todas las interrogantes que uno se plantea, para eso están los trabajos específicos.

Las posibilidades de error siempre están presentes. Son muchos datos, que pueden ser mal interpretados. Puede haber errores humanos, mecánicos, o lo que sea, pero la gente de DIEA, y de otras oficinas del MGAP, que tiene larga experiencia y conocimiento afinado de cada rubro, siguió de cerca la información y puede decirse que los datos simplemente confirmaban lo que cada uno de los técnicos especializados sabía de su sector.

DIEA adquirió en los últimos años un rol fundamental. Mantiene funciones importantes, a partir del Censo se están realizando nuevas encuestas, por ejemplo una ganadera, que hace mucho que no hay y que va a aportar información muy valiosa sobre el manejo del rodeo, aspectos de la alimentación, la reproducción, decisiones gerenciales, etc."

¿Qué ocurre con empresas que agrupan gran número de propietarios de predios individuales, pero que son inversores, como en algunas forestales. ¿Cómo se declara?

Los formularios complejos los llenaron los supervisores.

Las empresas grandes, en general, son organizadas. Tienen controles administrativos fuertes, lo que facilita el llenado de los datos. En esos casos se considera como una sola explotación, a los efectos del Censo." *

¿Cuánto cuesta la realización de un Censo?
"Costó en total, con las tareas preparatorias, capacitación, operativa de campo, captura de datos, procesamiento, publicaciones, 1,2 millones de dólares. No se incluye el costo de la gente de DIEA, que tiene su propio presupuesto.

A los encuestadores se les pagó puntualmente, cada 15 días, a destajo, por formulario completo y validado por el supervisor, chequeado en detalle (70 pesos cada uno), a nadie se le regaló nada."

¿No había diferencias según la zona? No es lo mismo entrevistar en Progreso que en la ruta 31.

"No, y eso tal vez haya sido un elemento a corregir. Los encuestadores tenían entre 25 y 200 formularios, según la zona. No hubo viáticos. Hubo gente que se fue con un auto a su zona y vivió en el auto. Otros salieron a caballo, en moto o en bicicleta.

Se les pidió a las empresas públicas colaboraciones prácticas. Ancap nos dio algunos vales para combustible, para la gente que andaba en lugares distantes, que les amortiguó los gastos de traslado en aquellas zonas donde las explotaciones están más dispersas. Antel dio algunas tarjetas inteligentes, que permitieron a los encuestadores rastrear a los informantes, sin incurrir en gastos propios."

Divulgación

Se presentó ya el Volumen 1 del Censo, con resultados definitivos sobre las informaciones más importantes, acompañadas por comentarios, mapas elaborados a partir de bases de datos, gráficas, etc.

Está avanzada la preparación del Volumen 2, con la información tabulada por segmentos, así como todos los elementos que acostumbran incluirse en los Censos.

El Censo fue escaneado, quedó registrado en imágenes, por primera vez. Y se creó una base de datos con las imágenes. Hernández explica:

"Los niveles de calidad, en cuanto a la correspondencia de los datos reales con los interpretados, fueron superiores a 99%.

Ejemplo: el formulario dice que el informante es Fulano de Tal. Así lo captura el scanner y lo muestra la imagen en pantalla. Pero cuando yo le doy la orden a la máquina de que imprima lo que dice ese formulario, tiene que decir el nombre igual, en letra de impresora.

Es la correspondencia de que hablaba. La máquina interpreta la letra manualmente escrita. En esa tarea obtuvimos un muy buen producto."

Aumentos que no son tales

Se registró un mayor número de explotaciones entre el Censo del '90 y el del 2000. Se pasó de 54.816 explotaciones a 57.131: un aumento de 2.315 en el número, equivalente a 4,2% más.

El incremento se dio básicamente en el estrato de menos de 10 hectáreas (há) y en particular en el de menos de 5 há. Se censaron 2.315 explotaciones más, de un área inferior a 10 há.

En cuanto a la superficie, el Censo 2000 relevó 16,42 millones de hectáreas, frente a 15,8 millones del Censo del '90.

El aumento en la superficie censada fue de 616 mil hectáreas, 3,9% más que las relevadas en el Censo del '90.

Los datos sobre el número de explotaciones marcan una reversión de la tendencia definida hace 40 años, de caída persistente y significativa de la población rural y de los establecimientos. Falsa impresión, sin embargo.

Los aumentos registrados -tanto en las explotaciones como en el área- se deben a que en el 2000 se censaron explotaciones que antes no se habían relevado, por la razón que fuera. De ningún modo puede inferirse del aumento del número de explotaciones que se revirtió, o se detuvo siquiera, el mentado éxodo del campo a la ciudad y el simétrico aumento en la concentración de la tierra.

Otra situación es la que refiere a las explotaciones de mayor área. En el documento oficial que resume los resultados del Censo se afirma textualmente: "En el estrato de los establecimientos 'tradicionales' (se refiere a los mayores de 10 há), de neto carácter comercial, el número total de explotaciones se ha mantenido en niveles muy similares a los del Censo anterior, en una clara contraposición a lo acontecido entre 1970 y 1990, período en el que desaparecieron más de 22 mil explotaciones agropecuarias, o sea casi el 30% de las de 1970".

Y se concluye: "Resulta claro que en el transcurso del último decenio se detuvo el proceso de desaparición de explotaciones. (...) El número de explotaciones mayores de 10 hás. se mantiene incambiado: 43.785 en el 2000 frente a 43.765 de 1990. En ambos casos, representan el 99,6% de la superficie total". Recordemos que en 2000 la superficie censada fue 616 mil hectáreas mayor.

Consultamos al Ing. Agr. Hernández respecto de estos resultados inesperados.

El número de productores censados aumentó, ¿a qué se le atribuye? El dato sorprende. Está en contra-dicción con las previsiones de los conocedores.

"En este Censo hubo cambios en la operativa y en la forma de trabajo, que tienen que ver con la cobertura censal. Por ejemplo, se cambió la base cartográfica, que implicó determinar mucho más precisamente los límites en los que cada uno debía trabajar.

En segundo término, pusimos mucha presión sobre la gente que hizo la recorrida de campo, lo que nos aseguró que las rutas se iban a recorrer tal cual era el plan.

En tercer lugar, hay algunas explotaciones que antes no se censaban y ahora sí, como las puramente forestales y algunas menores, como los haras. No hay posibilidades de hacer comparaciones, porque antes no se censaban, no se consideraban como un objetivo desde el punto de vista estadístico.

Detrás del resultado de un Censo a veces hay cambios en la operativa, que contribuyen, por ejemplo, a que este último arroje una superficie censada de 600 mil hectáreas más que en el '90 y no porque el país haya crecido.

Todo el mundo esperaba que bajara el número de explotaciones. Podemos decir que este esfuerzo de hacer una cobertura al máximo contribuyó a que este Censo tuviera diferencias con el del '90, lo que no quiere decir que aquel Censo haya sido malo."

¿Decir que aumentó el número de explotaciones es, entonces, un error?

"Lo que cada uno pueda interpretar de los números es parte de las estadísticas. Casi todo el incremento en el número de explotaciones se registra en las menores de 10 há y, sobre todo, en las menores de 5 há. En esas explotaciones, sin embargo, no está la explicación del aumento de superficie. Habría que buscar en otros tramos. Como se ve, es un tema complejo."

La casuística es más variada. Hernández comentó a El País Agropecuario algunas peculiaridades: predios de cierta extensión (200 o 300 há), linderos a centros poblados, que eran censados como una sola explotación, fueron fraccionados en muchos predios menores, por ejemplo de 5 há, y vendidos a distintas personas, que los destinan a vivienda y eventualmente a realizar alguna producción, tanto para consumo propio como comercial.

De ese modo, una sola explotación de 300 há se transforma en múltiples explotaciones menores de 10 há, básicamente por necesidades habitacionales.

Los grandes crecen

El área bajo explotaciones mayores a 2.500 há abarca 5.259.000 há, 32% del total. En el '90 eran 4.581.000, por lo que aumentó 678.000 há. La superficie declarada en ese segmento creció 15%.

Pero el incremento se da exclusivamente en los estratos de más de 5.000 há, que pasaron de 1.630.000 há en el '90 a 2.422.000 en 2000, un alza de 49% en el área.

El número de explotaciones mayores de 5.000 há pasó de 219 a 284, o sea que hay 68 explotaciones más.

¿Es posible hacer un estudio sobre la concentración de la tierra en base a los datos censales y saber cuánta área acumula una determinada empresa, o un grupo de empresas?

"Puede saberse cuánta área suma un determinado estrato y medir así la concentración. De todas maneras, el indicador de concentración en determinados rubros no surge del área, sino de otras variables. En la lechería será tantos millones de litros, o tantas vacas masa. En la avicultura, cuántos tienen más de 50.000 aves y cuánto significa en el total."

La nacionalidad de los productores, ¿se conoce?

"Sí, eso se sabe. Salvo en las sociedades anónimas, que no les corresponde poner nacionalidad. La forma jurídica que adopta la empresa se releva y se informa, así como las características de cada productor en cuanto a su edad, estudios, etc."

* * *
En los últimos años se ha producido un crecimiento en el número de sociedades anónimas propietarias de explotaciones agropecuarias, al ser ahora permitidas por la ley, que antes solamente admitía las dedicadas a rubros forestales o citrícolas. El proceso recién empieza, pero habrá de tener una gran trascendencia en el futuro. *


La población agrícola

Descendió de 213 mil a 190 mil personas, continuando la tendencia iniciada hace más de cuatro décadas. En el Censo del '70 se registraban 318 mil pobladores, por lo que la caída hasta el 2000 es de 40%.

El Censo considera población residente a las personas que viven habitualmente en las explotaciones, trabajen o no en ellas. El criterio que se usa para estimar la población rural en los Censos excluye al residente en pequeños poblados linderos a los establecimientos en los que trabaja. El hombre que vive en el pueblito y va en bicicleta todos los días a ordeñar al tambo vecino no es considerado por el Censo como poblador agrícola, aunque se le registra como trabajador permanente.

Cuando se releva la mano de obra, se califica como trabajadores permanentes a las personas que trabajaron por lo menos seis meses en el año anterior en la explotación, tengan o no remuneración, y se les considera tales independientemente de su lugar de residencia.

El número de trabajadores permanentes subió de 140 a 157 mil, lo que puede responder también al mejor relevamiento realizado en esta oportunidad.

Cambios no detectados
El número de explotaciones comerciales mayores a 10 há es similar al de 1990, pero en este tiempo se produjo un notable cambio en la propiedad de la tierra, no relevado en el Censo.

Donde antes había un productor "tradicional" (por seguir la terminología usada en el análisis), ahora la propiedad del establecimiento suele ser de un ingresado de fuera del sector, un inversionista sin vínculos anteriores con la producción agropecuaria.

Es notorio el proceso de venta de campos ganaderos a las grandes compañías o grupos económicos forestales. Alguna de esas compañías ha llegado a comprar más de 40 establecimientos, que, por estar distribuidos en distintas zonas, siguen declarándose como explotaciones independientes en muchos casos.

En otros, se trata de profesionales o de comerciantes favorecidos por las condiciones económicas reinantes, o más en pequeño, sectores laborales privilegiados por la misma circunstancia, los que han podido acumular capital como para adquirir tierras y explotaciones agropecuarias a los castigados productores "tradicionales" de todos los rubros de la producción.

Entonces, si bien se mantiene un número similar de explotaciones, se ha producido una sustitución de sus titulares.

PRODUCCIÓN ANIMAL | Vacunos por ovinos

La producción ganadera de carne y lana ocupa la mayor parte del territorio y de los recursos humanos.

Vacunos. Ochenta y tres por ciento de las explotaciones censadas tienen vacunos y para más de la mitad de ellas representa la principal fuente de ingresos.

Puede apreciarse en los mapas la creciente importancia que el rubro ha ido adquiriendo para la economía de las empresas, en general sustituyendo a los ovinos como principal ingreso.

El Censo releva la situación del año anterior al quebranto sufrido con el retorno de la aftosa y el violento retroceso que esto implica para la ganadería de carne.

Son 47.735 las explotaciones que informan tener vacunos; para 28.245, la ganadería de carne constituye la principal fuente de ingreso. Otras 6.037 refieren a los vacunos lecheros en tal carácter.

En el Censo 2000 se informaron 10.137.957 vacunos. En términos generales, el productor utiliza para su informe lo declarado ante Dicose poco tiempo antes, por lo que no hay mayores diferencias entre las fuentes.

La composición del rodeo expresa el cambio tecnológico registrado en la década, al disminuir la participación de los novillos de más de 3 años y la de las vaquillonas de más de 2 años sin entorar. Los novillos de esa categoría pasaron de representar alrededor de 10% del rodeo, como era tradicional, a 6%, en 2000.

Otro tanto ocurre con las vaquillonas sin entorar, que bajan cerca de 300 mil cabezas, pasando a representar menos de 5% del stock vacuno total.

El número de cabezas totales no es comparable entre Censos, por las razones referidas del impacto de la sequía en el '90. En realidad, el stock vacuno está relativamente estabilizado desde el año '93.

Ovinos. El stock ovino se redujo a la mitad entre Censos. La participación económica del rubro en la economía de los productores y del país en general se deterioró fuertemente.

Hace 10 años era el primer rubro nacional y constituía la principal fuente de ingresos para 30% de las explotaciones. Hoy se ubica en el cuarto lugar, con 7%, y es superado incluso por la horticultura. Está concentrado en las zonas en las que el tipo de suelo impide producir otra cosa.

La producción de lana ha caído igualmente, en correspondencia con la merma en el stock. No obstante, sigue habiendo lanares en 28.795 explotaciones y para 4.097 de ellas es aún la principal fuente de ingreso.

La tendencia de caída violenta, que redujo a la mitad el stock ovino entre Censos, no se ha detenido. Los datos de Dicose de junio de 2001 revelan una pérdida adicional de un millón de cabezas ovinas.

Los cambios tecnológicos ocurridos en la producción ovina, hacia una orientación más carnicera, que privilegia la cría y el engorde de corderos, no surge de estos datos, pero seguramente irá ocupando un lugar importante en el futuro.

Asimismo, los programas que tienden a impulsar la producción de lana superfina habrán de modificar en algún sentido el enfoque lanero tradicional.

Lechería. La producción de leche aumentó 60% entre 1990 y 2000. Llegó a 1.300 millones de litros. Hay que recordar, sin embargo, que 2000 fue un año de gran sequía, que afectó fuertemente la performance de los rodeos; fue el primer año en que bajó significativamente la producción respecto del anterior, en un período de dos décadas y media.

Al fin del año siguiente, 2001, se habían recuperado los volúmenes perdidos y se superaron nuevamente con largueza los 1.400 millones de litros de producción anual.

Hay 6.500 tambos comerciales; se mantiene la tendencia a la reducción en el número de productores, mientras el área destinada a lechería está relativamente estabilizada y aumenta dentro del rodeo la participación de las categorías productivas, en una expresión de las mejoras en la eficiencia productiva.

El aumento de producción se corresponde con el incremento de la remisión a plantas industrializadoras, en detrimento de la industrialización en los predios, que queda reservada casi exclusivamente a los productores más pequeños. Los remitentes son, sin embargo, cada vez menos.

En esta última década, el Uruguay consolidó su perfil exportador de lácteos, tanto en volúmenes como en diversidad de productos de calidad.

La orientación hacia el exterior ambientó el desarrollo de varias empresas industrializadoras, con especialización en rubros específicos, y en mercados muy variados.

GRANJEROS, CHACAREROS Y AGRICULTORES

Cerdos. La producción porcina representa el principal ingreso para 1.449 explotaciones.

Los cerdos, al momento del Censo, sumaban algo menos de 300 mil cabezas, concentrados básicamente en unas 6.070 explotaciones que realizan la actividad con fines comerciales.

El consumo interno de carne porcina crece lentamente, aunque en forma sostenida, pero el aumento se cubre principalmente con productos importados.

Aves de corral. Representan el principal ingreso de 1.084 explotaciones (aumentaron 82% su número respecto del '90). En 2000 llegaron a 10,6 millones, por los pollos parrilleros básicamente, que son ahora más de 6 millones. Aumentaron 328% con relación al Censo del '90.

Los cambios en los aspectos tecnológicos de la producción y la comercialización de carne aviar se tradujeron en espectaculares incrementos en el consumo, acompañando una tendencia mundial en este sentido.

Huerta. Hay más de 7.200 explotaciones comerciales que producen hortalizas, destinadas fundamentalmente al consumo interno.

La localización de las explotaciones, en las cercanías de las ciudades, es una expresión de ese fenómeno.

Las papas y los boniatos son los cultivos mayoritarios.

Viñedos. Hay unas 1.700 explotaciones comerciales, en general volcadas a producir uva para vino.

Entre Censos cayó el número de productores y de hectáreas plantadas; no así la producción, por el aumento en los niveles de productividad.

Agricultura. En la década hubo importantes disminuciones en el número de explotaciones y un incremento en el tamaño-promedio de éstas, expresando una concentración creciente de las áreas de siembra.

La excepción fue el arroz, que aumentó tanto en área como en la cantidad de productores. Puede verse en el mapa la expansión del cultivo regado a nuevas zonas del territorio.

En el área agrícola puede destacarse, además del crecimiento del área de arroz, la difusión de la tecnología de siembra directa, que en 2000 abarcaba 15% del área sembrada total.

Forestación. La década pasada marca el despegue de la producción forestal en Uruguay, impulsada por factores diversos (externos e internos) y fundamentalmente por la Ley de Promoción Forestal de fines de la década del '80. Las áreas plantadas bajo proyecto, en el marco de la Ley, alcanzaban en 2000 a 470 mil há.

Los bosques artificiales pasaron de ocupar 1,2% de la superficie total a 4%, con algo más de 660 mil há en 2000, triplicando largamente el área del Censo anterior.

Este proceso continuó luego del último Censo y sigue aumentando, en el orden de las 50 mil há adicionales por año.

El Censo releva 3.015 explotaciones forestales, que promedian 205 há cada una, aunque son las explotaciones de mayor escala las responsables del importante crecimiento. La especie predominante es el Eucalyptus (76%), seguida del pino (22%).

Frutales. Los cítricos están en producción en unas 700 explotaciones, mostrando una reducción en el número de productores, pero no en los volúmenes obtenidos, que alcanzaron a 255 mil toneladas en el año 2000. En el período intercensal, aumentó la producción de mandarina y disminuyó la de naranja.

Los frutales de hoja caduca se producen comercialmente en más de 1.700 explotaciones. En esta década se elevó el número de plantas de manzana y se redujo el de duraznos.