Publicada
en el suplemento Agropecuario el miércoles 28 de agosto
PRODUCCIONES
ALTERNATIVAS. MIEL, PROPÓLEO, JALEA REAL... CARNE, LANA,
LECHE, FRUTAS
La
abeja produce dólares
El
gran desafío para la apicultura nacional es exportar miel
tipificada.
Por
Pablo Antúnez
Fotografías:
El País
Las
abejas no sólo producen miel, sino también carne,
lana, leche y frutas. A través de la polinización
de las pasturas y de los frutales en las quintas, este insecto,
benéfico para el hombre, ayuda a incrementar las producciones
agropecuarias en un país natural donde el campo es el motor
de crecimiento de la economía.
La
apicultura está extendida a todo el territorio y se halla
en pleno crecimiento. Son entre 2.000 y 2.500 pequeños productores
los que viven de las colmenas. En San José, Flores, Colonia,
Soriano y Paysandú se maneja entre 60% y 70% de la producción
apícola uruguaya. Los pequeños productores explotan
pocas colmenas; los denominados medianos, entre 500 y 1.000; y los
grandes empresarios del rubro, entre 1.000 y 7.000.
El
sector trabaja en silencio, pero exportó en la zafra pasada
US$ 13 millones de dólares, pese a que la cosecha no fue
tan abundante, aunque superó los guarismos registrados en
1998, los mayores hasta 2001. El gran optimismo está centrado
en los buenos precios internacionales, considerados históricos
y en alza.
"Veo
el futuro de este rubro como sumamente promisorio, porque tenemos
varias fortalezas", aseguró el Dr. Walter Fierro, presidente
de la Sociedad Apícola Uruguaya (SAU), gremial de la Asociación
Rural del Uruguay (ARU).
La
esperanza que con él comparten los más de 2.000 apicultores
está centrada en "la alta calidad de la miel uruguaya,
lo que le ha permitido ingresar a mercados sumamente exigentes,
como el de Estados Unidos. Pero también hay señales
desde el exterior no sólo vinculadas a buenos precios, sino
a demandas concretas por otros productos de la colmena, como jalea
real, propóleos o apitoxinas.
"Europa
está pidiendo mieles tipificadas y fraccionadas, y eso se
puede lograr. La Universidad de la República está
abierta y dispuesta a lanzar líneas de trabajo para conseguir
esa tipificación y el Laboratorio Tecnológico del
Uruguay está trabajando en la caracterización organoléptica
de la miel", dijo el Dr. Fierro.
Todas
estas iniciativas, hoy impulsadas y apoyadas fuertemente por la
SAU, redundarán en mayor valor agregado para los productos
y, a través de ello, conseguir mejores precios o mantenerse
en los mercados más exigentes sin ser desplazados por competidores.
Superarse
"Como
cualquier sector de la producción agropecuaria que se precie
de superarse, la apicultura tiene que pensar en un programa de mejoramiento
genético", afirmó el Dr. Fierro.
El
país tiene muy buenos criadores de reinas, las técnicas
de cría son adecuadas, pero para crecer más falta
un mejoramiento genético. No menos desafiante para la SAU
es el aludido reto de darle mayor valor agregado a los productos
y defenderlos mejor a la hora de colocarlos en el exterior, sin
dejar de lado el mercado interno.
El
titular de la SAU insistió también en la necesidad
de conseguir "una diversificación de productos".
Se ha trabajado desde siempre en el área miel y en propóleos,
pese a los precios deprimidos, pero éstos "van a ir
cambiando a mediano plazo".
La
gremial recibió varios pedidos de propóleos. Taiwan
quiere comprar este producto en Uruguay y hay contactos avanzados
con empresarios de ese país. "Ellos nos decían
que el propóleo de Uruguay es de mejor calidad que el chino
y no tiene contaminantes, porque es un país natural",
explicó. Pero también España los quiere: una
empresa ya pidió de 1 a 5 toneladas.
Por
jalea real, hay varios pedidos, de distintos países. Dos
empresas francesas solicitan desde 300 a 500 kilos cada una de jalea
real fresca.
El
principal productor de jalea real y propóleos siempre fue
China, que, incluso con sus bajos precios, llegó a derribar
el mercado, porque colocaba su producción a valores más
bajos.
"En
Uruguay, históricamente, la producción de jalea real
ha sido muy poca", informó el Dr. Fierro, pero recordó
que los bajos precios del país asiático liquidaron
a los apicultores argentinos, que producían alrededor de
500 kilos por año.
El
Dr. Fierro admitió que es muy difícil que Uruguay,
pese a que tiene muchos criadores de reinas, "pueda aumentar
de un saque 500 kilos de jalea real", pero estimó que
"sí es posible comenzar a organizarse para poder satisfacer,
al menos parcialmente, las demandas que hoy existen".
Y también
hay pedidos de miel. Una empresa estadounidense solicitó
2.000 toneladas, cuando Uruguay llegó a exportar, en todo
el período, alrededor de 4.400 toneladas. Los precios que
reciben las mieles uruguayas en Estados Unidos superan los US$ 2.100
por tonelada y eso tonifica mucho al sector.
La
SAU lucha para que los apicultores se agrupen y pongan al día
sus conocimientos, porque la capacitación y la actualización
son pilares fundamentales para aumentar la producción. Para
ello cuenta con una biblioteca y videoteca, una revista especializada,
una página web que la conecta con el Portal de Apicultura
de Latinoamérica y dos audiciones radiales.
Un
aliado
Los
productores agropecuarios deben ver al apicultor como un aliado,
porque mediante las colmenas mejora las producciones de los commodities
(carne, leche, lana, etc.).
"En
un establecimiento agropecuario, el apicultor ayuda a mejorar la
biología de los cultivos. En las plantaciones de trébol
blanco, la polinización incrementa el aporte de nitrógeno
al suelo y mejora las colonias de bacterias. Es por eso que, cuando
el productor ve que el apicultor está trabajando en su campo,
debe observarlo como un aliado", insistió el gremialista.
El apicultor no le cobra al productor por tener allí sus
colmenas, no obstante los aportes que realizan las abejas.
La
producción promedio por colmena depende sustantivamente del
clima, pero generalmente la producción individual gira entre
30 y 40 kilos. Sin embargo, hay productores que consiguen rendimientos
de entre 50 y 80 kilos, aunque otros no superan los 20. Todo está
dado por el lugar donde se trabaje y los efectos climáticos.
En
cuanto a las mieles, hay que saber que el color varía según
el origen botánico. Una miel oscura provendrá de una
zona forestal. Las colmenas que estuvieron en una pradera producirán
una miel clara. *
La
sociedad de la colmena
La
abeja es uno de los tantos insectos benéficos para el hombre.
La organización de la colmena está basada pura y exclusivamente
en el trabajo.
Las
obreras recorren un radio de hasta tres kilómetros en busca
de polen y propóleos (elaborado en base a resinas de los
árboles), para llevarlos a la colmena y depositarlos en las
celdillas del panal.
Un
grupo de obreras cuida celosamente el producto con el que alimentarán
los huevos que pone la reina, los que posteriormente se transformarán
en nuevas obreras que posibilitarán la subsistencia de la
colmena.
La
comida
Dentro
de la colmena hay una constante circulación de comida, porque
hay abejas que le entregan el polen recogido a otras obreras. En
ese sistema de intercambio también circulan sustancias químicas
de abeja a abeja y son esas sustancias las que regulan la producción
de las distintas clases sociales que conforman la colmena.
Si
dentro de la colmena hay una reina activa (poniendo huevos), no
se producen otras reinas. Cuando su producción de huevos
decae o el insecto muere, las obreras construyen las celdas reales
(son más grandes que las demás) en las que se va a
criar la futura reina (generalmente, en Uruguay las reinas se cambian
cada dos años).
¿Por
qué las abejas no se equivocan de cajón? Porque cada
colmena posee un olor propio. Todos los integrantes de una misma
colmena llevan ese olor, porque comen alimento elaborado por la
boca de sus compañeros.
El
trabajo
Los
panales son confeccionados con placas de cera que es secretada por
glándulas que las abejas tienen en el abdomen. La reina pondrá
sus huevos en cada una de las celdas y, cuando las larvas eclosionen
del huevo, serán alimentadas en base a miel y polen.
Ya
desarrolladas, las larvas se encerrarán en una celda y, cuando
se conviertan en una abeja adulta, saldrán rompiendo la cubierta
que las había aislado.
Pero
la función de las abejas obreras no es sólo la de
recoger alimento y atender a la reina; también tienen que
limpiar la colmena y renovar el aire con las alas.
Cada
colmena tiene un olor propio. Eso permite que cada abeja vuelva
siempre a su cajón y no se equivoque.
Más que miel
Las
colmenas no sólo producen miel. Hay otros productos, que
son igual de valiosos o más aún.
MIEL:
Es elaborada a partir del néctar recolectado de las flores
y almacenado en su primer estómago, donde es digerido y parcialmente
convertido en miel.
Dentro
de la colmena, la miel se encuentra en estado líquido (luego
de ser cosechada granula). Es un producto rico en oligoelementos,
minerales y vitaminas, resultando un gran complemento en la dieta.
Entre los oligoelementos se puede citar: calcio, hierro, magnesio,
potasio, cobre y zinc. También tiene flavonoides, altamente
distribuidos en el reino vegetal. Estos compuestos tienen capacidad
antioxidante de la vitamina C.
La
miel es un gran energizante, porque tiene componentes como glucosa
y fructosa, que son absorbidos directamente en el tubo digestivo,
aportando energía a los músculos esqueléticos.
Como edulcorante, tiene un potencial una vez y media mayor que la
sacarosa o el azúcar.
CERA:
Es producto de la segregación de unas glándulas que
la abeja tiene en el abdomen. Con ella se confeccionan las celdas
(panales) que conforman las estructuras básicas de la colmena.
Este producto se emplea en cosmética, artículos farmacéuticos,
de tocador, abrillantadores y artículos artesanales, como
las velas.
PROPÓLEO:
Es elaborado a partir de las resinas que las abejas recogen de algunos
árboles. Se usa como antibiótico natural, agente antiviral
y antihongos. También se utiliza como suplemento dietético,
ya que mejora el sistema inmunológico y es un gran antioxidante,
antimicrobiano, antinflamatorio. La presencia de flavonoides ayuda
a mejorar el estado de salud de quien los incorpora en la dieta.
JALEA
REAL: Es un líquido producido por una mezcla de las secreciones
de las glándulas de las abejas obreras. Es el único
alimento que consume la reina durante toda su vida.
Es
una valiosa fuente de vitaminas del complejo B y aporta grandes
cantidades de oligoelementos y sustancias con capacidad hormonal.
Posee ácido graso no saturado, un poderoso antimicrobiano
que protege al producto de su descomposición.
Entre
sus beneficios para la salud, ayuda a mejorar la memoria, produce
un efecto rejuvenecedor, y mejora la circulación, la piel
y el cabello. Es un poderoso energizante, destacándose en
los hombres su capacidad de mejorar la potencia sexual.
VENENO:
La apitoxina se ha convertido en una terapia alternativa para diversas
afecciones. El veneno de abeja (Apis melifera) es un remedio que
tiene cientos de años y se basó en que los apicultores,
que estaban expuestos permanentemente a las picaduras del insecto,
aliviaban sus dolores o incluso curaban dolencias de naturaleza
reumática. Se usa en pacientes con reumatoides, artrosis,
lumbociática, fibromialgias, migrañas y psoriasis.
POLEN:
Los granos están compuestos por miles de corpúsculos
microscópicos que contienen aminoácidos, lípidos,
vitaminas, flavonoides, oligoelementos, minerales y fibra. Contiene
los ocho aminoácidos esenciales para el hombre. La presencia
de fibras y ácidos grasos no saturados en el polen ayuda
a reducir el colesterol.
¿Dónde
informarse?
Los
interesados en cursos o información deben dirigirse a:
Sociedad
Apícola Uruguaya
Teléfonos:
336-5996, 336-6571
e-mail:
sau@adinet.com.uy
Página
web: www.sociedadapicola.org.uy
Otras
direcciones de Internet útiles:
www.americasalud.com
- (Sociedad Medicina General Productos de la Colmena)
www.inta.gov.ar/apinet
- (Sec. Congreso Internacional de Propóleos).
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