Publicada en Economía & Mercado el lunes
8 de julio
Actual
período de emigración es igual o mayor al pico registrado
en 1982-83.
Un
saldo negativo entre ingresos y salidas del país de 20.000
uruguayos por año neutraliza el crecimiento anual de la población
En
Uruguay la emigración se ha vuelto estructural, con momentos
de auge determinados por situaciones como la crisis económico-financiera
de 1981-1982 y la extensa recesión económica que comenzó
en 1999, expresó la Dra. Adela Pellegrino, demógrafa
de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República,
al ser consultada por ECONOMIA & MERCADO sobre la magnitud y
características que reviste este fenómeno en la actualidad.
La entrevistada señaló que no se puede cuantificar
con exactitud la reciente ola migratoria porque la recolección
de datos es un proceso muy extenso y complejo. Pellegrino analizó
el cambio producido en el perfil de la emigración uruguaya,
que evolucionó de forma acorde con las modificaciones del
mercado de trabajo en el mundo, donde la mayor demanda laboral está
en el sector servicios. Finalmente, se refirió a la emigración
calificada o brain drain, que consiste actualmente en una selección
muy exclusiva de técnicos en áreas estratégicas.
--¿Cuál
ha sido el impacto de la emigración en Uruguay?
--La
emigración es un fenómeno que siempre ha estado presente
en la historia uruguaya. Sin embargo, desde la década de
los setenta la emigración de los uruguayos ha tenido un fuerte
impacto demográfico. Entre 1963 y 1985 se calculó
un saldo neto negativo de 310.000 personas, equivalente al 12% de
la población media del período y abarcó a aproximadamente
el 20% de la población económicamente activa. En la
década de 1990 mis estimaciones eran que un 10-12% del total
de habitantes de Uruguay vivía en el exterior. Lo cierto
es que la emigración se ha vuelto estructural, con momentos
de auge determinados por situaciones como la crisis económico-financiera
de 1981-1982 y la extensa recesión económica que comenzó
en 1999.
--¿Hay
cifras del número de emigrantes de estos últimos años?
--La
reciente ola migratoria no se ha podido cuantificar pero, quizás,
este fenómeno tenga tal magnitud que quede corta la estimación
de que un 10-12% de la población uruguaya está residiendo
fuera del país. De todos modos, no me animaría a aventurar
una cifra porque la recolección de datos migratorios es un
proceso muy extenso y complejo en Uruguay al igual que en otras
partes del mundo. A vía de ejemplo, la gente que emigra generalmente
no lo declara cuando sale del país ni existe un registro
al respecto. Incluso, muchas personas viajan al exterior, especialmente
a los países vecinos, sin un proyecto definido. Sólo
si consiguen un trabajo conveniente se convierten en emigrantes.
--Entonces,
¿cómo se obtienen datos estadísticos confiables
de las migraciones?
--Cuando
hemos podido medir la migración es porque contamos con un
censo de población. Esto nos permite sacar ciertas conclusiones
en base a la población existente en el censo anterior y la
población esperada de acuerdo con las proyecciones demográficas.
De allí se puede estimar lo que se denomina el saldo residual.
Si hay menos habitantes de lo previsto, es porque se produjo una
emigración; si hay más población, se debe a
que hubo inmigración.
La
otra forma de conseguir datos migratorios surge de considerar los
censos poblacionales de los países que se presumen de destino
de los emigrantes. El inconveniente que tiene este tipo de información
es que suele haber un sub-registro de inmigrantes en los censos
de los países de recepción debido a la presencia de
inmigrantes ilegales que tienden a rehuir todo tipo de control.
Por otra parte, los censos se efectúan cada diez años
y, en general, se cumplen en el año cero de cada década.
Por consiguiente, prácticamente ninguno de los países
hacia donde se dirigen mayoritariamente los uruguayos en la actualidad,
básicamente Estados Unidos y España, han dado a conocer
cifras de emigrantes de nuestro país provenientes de los
censos del año 2000. Tampoco tenemos aún la información
de los censos realizados últimamente en los dos países
vecinos, Argentina y Brasil.
Por
otro lado, los censos plantean un problema adicional en los países
europeos, que constituyen un destino importante de la migración
uruguaya, debido a que allí los datos estadísticos
se presentan por nacionalidad y no por país de nacimiento
de los censados. Como la mayor parte de los uruguayos que emigran
a Europa lo hace previa recuperación de la nacionalidad de
sus antepasados europeos, esos emigrantes se pierden de la estadística
migratoria.
--¿No
se pueden obtener datos estadísticos de las migraciones por
otros medios?
--Sí.
Algunas naciones estiman la migración a través de
los registros de entrada y salida del país. En realidad,
es un registro del movimiento de personas, que muchas veces se asimila
a la migración porque en caso de haber muchas más
entradas que salidas o viceversa, puede inferirse que ha existido
una corriente migratoria positiva o negativa.
--¿Es
ese un dato relativamente fidedigno?
--Difícilmente
este tipo de registro es completo. Hace dos años se publicaron
grandes titulares en la prensa local, destacando que unas 60.000
personas se habían ido de Uruguay en los últimos doce
meses. Desde un principio sospeché que ese cálculo
estaba basado en un grave error, porque la salida de esa cantidad
de uruguayos, equivalente a un 2% de la población total,
en un solo año hubiera sido realmente una catástrofe
desde todo punto de vista. Luego de una averiguación efectuada
en la Dirección de Migraciones del Ministerio del Interior,
resultó que existe un problema de registro en las fronteras
terrestres con Brasil. Por lo general, los uruguayos que viajan
a ese país tienen mucho interés en registrarse a la
salida porque necesitan una constancia para circular en Brasil;
pero, a su regreso, los viajeros no pierden tiempo en informar a
las autoridades uruguayas de su pasaje por la frontera. Por consiguiente,
esta modalidad produce una fuerte alteración del registro
de entradas y salidas.
--¿Qué
cifras estimadas se pueden obtener de la emigración reciente?
--Dado
que la emigración hacia los países vecinos ha declinado
visiblemente, la comparación de cifras de entradas y salidas
en el Aeropuerto Internacional de Carrasco resulta ser un procedimiento
más confiable. Según la información que pude
recabar, allí se registró un saldo negativo anual
de unas 19.000-20.000 personas en 1999 y 2000. Estos números
tienen visos de acercarse más a lo que ha sido realmente
la migración anual últimamente.
De
todos modos, es una cifra muy elevada para la población que
tiene Uruguay. En nuestro país se registran aproximadamente
unos 53.000 nacimientos y 32.000 defunciones cada año. Por
consiguiente, el crecimiento demográfico natural está
en 21.000 personas. Si tenemos una cifra similar de emigrados, significa
que se ha neutralizado el crecimiento anual de la población.
Por los síntomas de la situación socio-económica
del país, no hay duda que estamos frente a un período
de migración importante similar o quizás mayor al
pico registrado luego del quiebre de la "tablita" en 1982-83.
--¿No
existe la posibilidad de lograr datos más afinados antes
del próximo censo de población?
--Sería
conveniente que el Instituto Nacional de Estadística (INE)
volviese a realizar las encuestas de migración que llevó
a cabo hasta 1982. Reconozco que era un mecanismo complejo, porque
no se interrogaba al emigrante sino a sus familiares. A pesar de
todas las precauciones que hay que tener cuando se maneja este tipo
de información indirecta, los datos recabados por aquellas
encuestas de migración fueron muy buenos. Al compararse luego
esas cifras con los resultados de los censos de los países
de destino, surgían equivalencias muy significativas. Dichas
encuestas nos permitieron estudiar mejor la emigración de
los años setenta, que tuvo motivaciones políticas
y económicas.
Destinos
preferidos
--¿Se
dirigen los actuales emigrantes a los mismos destinos que quienes
los precedieron en décadas anteriores?
--Argentina
y Brasil han dejado de ser polos de atracción de los trabajadores
uruguayos. Se podría decir que ahora los destinos preferidos
son Estados Unidos, desde que se levantó el requisito de
visa de entrada a los uruguayos, y España, por lazos familiares
e idiomáticos. El flujo migratorio hacia Australia, que fue
muy intenso en el pasado, se ha detenido debido a que resulta muy
difícil el ingreso a ese país, salvo para profesionales
universitarios y técnicos muy calificados.
--¿Cuáles
son las características más destacadas de la nueva
generación de emigrantes?
--Si
se estudian los censos de Estados Unidos de los años setenta
y ochenta, se puede ver que emigraron muchos uruguayos que eran
obreros industriales con un nivel educativo relativamente alto,
así como también profesionales universitarios. No
es una mera casualidad que se haya formado una fuerte colonia uruguaya
en una zona industrial del estado de Nueva Jersey. Considero que
el reclutamiento de mano de obra especializada de parte de empresas
norteamericanas tuvo mucha incidencia en la captación de
ese tipo de emigrante en aquella época. Pero ya en los años
noventa se observó un cambio en el perfil de la migración
uruguaya, que evolucionó de forma acorde con las modificaciones
del mercado de trabajo en el mundo, donde la mayor demanda laboral
está en el sector servicios.
--¿Cuáles
son las ocupaciones más comunes de los uruguayos que han
emigrado en años recientes?
--Según
mi percepción en base a distintos viajes realizados en los
últimos años y no en cifras estadísticas de
las que carezco, los actuales emigrantes uruguayos son reclutados
como mozos y meseras en restaurantes, como empleados en actividades
relacionadas con el turismo, como obreros no especializados en la
construcción y también desarrollan tareas como pequeños
empresarios ofreciendo una serie de servicios anexos a la construcción
(sanitaria, carpintería, pintura, etc.). En cambio, los que
acceden a empleos calificados son un número menor, pero quizás
significativo para las dimensiones de la población de Uruguay.
Fuga
de cerebros
--¿A
qué se considera emigración calificada?
--Existen
diversas definiciones sobre el tipo de especialistas que se incluyen
bajo emigración calificada, así como sobre la gama
de niveles que esta denominación abarca. Hay estudios que
incluyen a los obreros especializados, pero otros trabajos tienen
un concepto más restringido. Por ejemplo, la National Science
Foundation de Estados Unidos usa una clasificación que define
como "ingenieros y científicos" en la que incluye
diferentes especialidades de las ciencias básicas, naturales
y las ingenierías y también a los científicos
sociales. En general, la definición depende del enfoque de
la investigación que se pretende realizar y también
del tipo de información que se dispone.
--¿Qué
magnitud tiene el brain drain o fuga de cerebros en Uruguay?
--Según
mis cálculos, entre el 9% y el 10% del total de profesionales
y técnicos uruguayos se encontraba en los Estados Unidos
y otros once países latinoamericanos en la década
de los ochenta. Estas estimaciones no tuvieron en cuenta a los residentes
en países europeos o en Australia. Por su parte, el sociólogo
César Aguiar estimó una cifra de 14%, en donde incluye
a la emigración calificada en los demás continentes,
con lo cual los resultados de ambas investigaciones son bastante
coincidentes. Según los datos de censos de la década
de 1990, se puede inferir que el porcentaje de emigración
calificada permaneció sin cambios con respecto al número
de profesionales que vive en el país, lo que constituye una
cifra elevadísima.
Sin
embargo, todo indica que hoy no existe una migración masiva
de profesionales universitarios como ocurrió en décadas
pasadas, porque la gran mayoría de las personas con títulos
profesionales que habilitan a un ejercicio liberal se encuentran
bien ubicadas en el plano socioeconómico. Por otra parte,
en los países de recepción las colegiaturas están
actuando como organismos de control muy restrictivos. Más
bien, el brain drain consiste actualmente en una selección
muy exclusiva de aquellos técnicos en áreas estratégicas
como telecomunicaciones, informática, ciencias básicas
y biotecnologías.
--¿Cuáles
son las características de la emigración calificada
en la actualidad?
--Los
países desarrollados están llevando a cabo políticas
tendientes a captar "cerebros" --técnicos y científicos--
no sólo en los países en vías de desarrollo
sino también en economías de igual nivel. En los países
receptores esta competencia, que se ha agudizado por el reclutamiento
que realizan las empresas transnacionales, se ve reflejada en el
actual diseño de políticas oficiales. En el caso de
Estados Unidos, se ha aumentado a casi 200.000 el número
de visas otorgadas anualmente para personas con altas calificaciones
que ingresan por un período de cinco años. Este tipo
de políticas se repite en prácticamente todos los
países desarrollados, donde al tiempo que se cierran las
fronteras para la inmigración masiva se ponen en práctica
medidas para alentar el ingreso de personas con determinadas calificaciones.
--¿Se
aplica el brain drain de la misma manera en todos los países?
--Existen
otras modalidades que tienden a extenderse. Un caso típico
de brain drain de nuevo tipo tiene lugar en la India. El enorme
desarrollo experimentado por la informática en esa nación
ha sido acompañado por un crecimiento de la emigración
calificada hacia los Estados Unidos y otros países desarrollados.
Sin embargo, cada vez se extiende más la modalidad de trabajo
a distancia con los países centrales. Un número importante
de técnicos en informática permanece en su patria
trabajando para empresas en el Silicon Valley. Sin duda esta tendencia
a una emigración virtual y no física de ese personal
altamente especializado se constituirá en una modalidad cada
vez más frecuente y de la cual los países con menores
recursos económicos deberían aprender a sacar beneficios.
--¿Son
conscientes los gobiernos de los países periféricos
de los efectos del brain drain?
--Desde
mediados de la década de los noventa, en gran medida a raíz
del nuevo empuje de desarrollo tecnológico y de la consiguiente
demanda de altas especializaciones, hay una nueva alarma a propósito
de la migración de "cerebros". Esto surge de la
toma de conciencia de que la disponibilidad de recursos humanos
capacitados se ha convertido en un aspecto central de las estrategias
de desarrollo de los próximos años y que ello afectará
de manera decisiva las perspectivas de que los países del
Tercer Mundo se incorporen de manera activa a los grandes cambios
en la producción de bienes y servicios.
Redes
de vinculación
--Ya
que resulta prácticamente imposible detener el drenaje de
la población calificada, ¿qué medidas podrían
aliviar los efectos negativos de la emigración calificada?
--En
la búsqueda de propuestas tendientes a revertir los efectos
adversos de la emigración, existen hoy políticas orientadas
a recuperar esa movilidad en beneficio de los países de origen.
Ellas intentan sustituir la visión negativa o de pérdida,
que predominaba en el enfoque sobre brain drain, por otra que tiende
a reivindicar los aspectos positivos de la movilidad, en la medida
que las migraciones circulares o pendulares con retornos transitorios
de los emigrantes, contribuyen a la consolidación de los
mercados de trabajo locales y a su desarrollo. Desde esa perspectiva,
se busca transformar el brain drain en brain gain. A su vez, la
denominación brain drain es complementada con la de brain
exchange o brain circulation.
Hay
países que han sacado mucho rédito de la emigración
de sus connacionales estimulando políticas de retorno y de
revinculación.
Lo
que se puede decir como balance de los ejemplos de otros países
es que la emigración de recursos calificados constituye una
pérdida de gran impacto para los países de origen.
Estas pérdidas pueden convertirse en ganancia cuando se logra
el retorno o al menos la vinculación de los emigrantes con
los proyectos del país de manera que trasladen las experiencias
y conocimientos adquiridos. Lo que es claro es que los países
que han logrado recuperar de alguna manera los "talentos perdidos"
han implementado fuertes políticas en esa dirección.
Migración:
Uruguay es un caso atípico
--¿Qué ventajas puede tener la emigración?
--El
argumento más invocado como efecto positivo de la emigración
es que actúa como una válvula de escape, reduciendo
la tensión derivada del crecimiento de la fuerza de trabajo
y las dificultades de creación de empleos acordes con el
mismo. También puede ser un alivio en circunstancias de alto
desempleo porque evita tensiones y conflictos sociales. Es claro
que también es posible considerar una óptica contraria,
que vea esa presión como un factor que podría contribuir
a la búsqueda de soluciones creativas y a cambios importantes
en los sistemas productivos y en las formulaciones políticas
y argumentar que la ausencia de presión tiende a favorecer
el mantenimiento del statu quo.
Asimismo,
existe una corriente de economistas que considera que la emigración
es positiva porque muchos de los emigrantes adquieren nuevos conocimientos
y luego retornan al país de origen para aplicarlos y porque
envían remesas de dinero a sus familias que no se han ido,
etc. Además, en el caso de la emigración calificada,
alegan que opera como un vínculo con los centros de investigación
más avanzados.
--¿Resulta
beneficiosa la emigración para un país poco poblado
como Uruguay?
--Si
bien es posible que la emigración per se sea saludable para
la economía de países densamente poblados y con una
elevada tasa de crecimiento demográfico como México,
ese no es el caso de Uruguay, donde la población que ingresa
al mercado de trabajo está estancada. En cierto modo, el
Uruguay es un caso atípico con respecto a los planteos generales
con que se analiza la migración internacional, ya que experimentó
una fuerte emigración sin estar sometido a la presión
del alto crecimiento demográfico y pese a estar ubicado entre
los países de América Latina con mejores indicadores
de desarrollo humano.
Nuestro
país comenzó tempranamente a desarrollar una modalidad
emigratoria que en sus inicios fue esencialmente regional y con
el carácter de migración interna. Los movimientos
se dirigían fundamentalmente a Buenos Aires, que actuó
durante mucho tiempo como "metrópolis" regional.
Por otra parte, el nivel educativo elevado de la población
y las expectativas depositadas en la educación como mecanismo
de movilidad social generaron comportamientos y aspiraciones, que
se vieron frustrados por el estancamiento en el crecimiento económico.
Se
estima que remesas de emigrantes uruguayos son de poco monto
--A su juicio, ¿cuál es el efecto económico
más notorio de la emigración en el país de
origen?
--Es
el que resulta de las remesas de dinero enviadas por los emigrantes
a sus familias. A pesar de que su estimación es compleja,
la magnitud de los montos que han alcanzado las transferencias de
los emigrantes a los principales países de emigración
es muy significativa.
En
muchos de ellos, como México y los países de América
Central y del Caribe, las transferencias de dinero de los emigrantes
han contribuido a mejorar la balanza de pagos y constituyen una
fracción significativa del PBI. El aporte de las remesas
al desempeño individual y familiar de los propios emigrantes
es un efecto directo cuyas consecuencias son indudables; más
cuestionada ha sido la contribución de estas transferencias
al desarrollo nacional y a la generación de actividades económicas
que contribuyan a crear empleos.
El
argumento de que las remesas sólo contribuían a aumentar
el consumo de las familias de los emigrantes y no se empleaban en
actividades productivas fue confirmado por los resultados empíricos
sobre comunidades en México, que pusieron en evidencia que
entre el 60% y 90% de las remesas de los emigrantes se destinan
al consumo de las familias (mantenimiento de la familia, salud,
construcción o remodelación de la vivienda, bienes
de consumo, etc.) Sin embargo, nuevas aproximaciones al tema analizan
los efectos multiplicadores, directos e indirectos, de las transferencias
de dinero por parte de los emigrantes. Los resultados estiman que
por lo menos U$S 84 millones, de los U$S 2.000 millones estimados
de remesas anuales a México, se destinan a la inversión
directa, al tiempo que el dinero destinado al consumo contribuye
a incrementar la demanda de bienes y servicios producidos en México.
A esta estimación se debe agregar el impacto que la migración
y las remesas tienen sobre las economías locales que benefician
indirectamente a los hogares de los no-emigrantes.
--¿Se
conoce a cuánto ascienden las remesas que envían los
emigrados uruguayos a sus familiares que se han quedado en el país?
--Lamentablemente
no se ha podido saber hasta ahora el peso real de dichas remesas
en Uruguay, debido entre otras razones, a la forma en que se llevan
las cuentas nacionales. De todas maneras, se sospecha que el monto
es pequeño, sobre todo en proporción a la gran cantidad
de emigrantes que tiene Uruguay. Por ejemplo, en algunas encuestas
que hemos efectuado en zonas fronterizas como Bella Unión
y lugares cercanos a Buenos Aires como Colonia, hubo un "no"
rotundo a la pregunta sobre la existencia de remesas. Como hipótesis
de trabajo ya que no lo puedo asegurar, considero que la modalidad
de la corriente migratoria uruguaya difiere de sus similares latinoamericanas
porque está basada en la emigración de núcleos
familiares completos. Puede ser que en una primera etapa, el jefe
de familia se vaya solo al exterior y envíe algún
dinero a su cónyuge e hijos, pero al poco tiempo suele mandarlos
buscar. En cambio, la emigración tiene otro sentido en sociedades
con fuerte arraigo en el medio rural y con vínculos familiares
muy extendidos. Por lo general, es uno de sus miembros quien emigra
como forma de ayudar a la supervivencia del grupo familiar, pero
su objetivo último es acumular en el país de origen.
--¿En
qué medida los emigrantes uruguayos invierten sus ahorros
en Uruguay?
--Mientras
no haya una encuesta específica, será muy difícil
saberlo con un cierto grado de exactitud. Lo único que puedo
decirle, porque me enteré durante un viaje reciente que hice
a Estados Unidos, es que varias inmobiliarias uruguayas tienen sucursales
en Nueva Jersey y que están trabajando activamente en la
venta de propiedades en Uruguay, lo cual es el reverso de lo que
está ocurriendo en este país. Ello se debe a que muchos
emigrantes aspiran a retornar y radicarse en su tierra una vez que
se jubilen y que también aprovechan a invertir en inmuebles
debido a la caída de su valor en Uruguay. Es probable que
estos ingresos sean tan importantes como las remesas familiares.
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