Semana Política .El gobierno enfrentó la movilización más grande de este período; los sectores que la promovieron expusieron fisuras y puntos de vista disímiles.

Frente social de futuro incierto

No obstante el grupo que integran los promotores de la marcha del martes puede terminar consolidándose si el gobierno no atiende alguno de sus planteos

ALVARO GIZ

El gobierno del presidente, Jorge Batlle, enfrentó esta semana el acto de masas más importante que se ha desarrollado en su contra en este período. Los organizadores de la marcha demandaron cambios a la política económica y soluciones, pero no presentaron propuestas específicas.

La manifestación se alimentó con gente que se encuentra en un momento económico difícil, fundamentalmente empresarios y productores rurales medianos y pequeños, que han visto fracasar sus emprendimientos. También contó con la activa participación de los gremios que integran el PIT-CNT, que imprevistamente se encontraron aliados a sectores con los que generalmente no han tenido un diálogo fluido.

La actitud del Frente Amplio ante la instancia puede decirse que fue la lógica. Alentó y acompañó la movilización y cuando pudo pasó su mensaje: en las próximas elecciones nacionales voten por nuestros candidatos.

Pero, en muchos casos, ese mensaje le fue espetado como un reproche a los manifestantes de a caballo, a quienes se atribuyó "la culpa" de la situación del país por haber votado a blancos y colorados, en lugar de hacerlo por la coalición de izquierda en las elecciones de 1999.

Por esto y por otros factores es que fue curioso que en esta situación se diera la confluencia entre sectores que en otras épocas han estado enfrentados.

A pesar de todo, los puntos de vista y reclamos de estas organizaciones tan dispares quedaron plasmados en una proclama que fue leída por el actor Delfi Galviati. En ella, cada uno hizo su aporte en función de sus intereses.

El texto fue lo suficientemente amplio en sus planteos como para dejar satisfechos a todos los organizadores de la marcha. Eso tal vez explique la razón por la cual estuvo plagado de expresiones de deseos que en el papel suenan muy lindo pero nadie sabe cómo realizarlos.

Como "ejes" para "empezar a cambiar" se propuso reativar el mercado interno y generar empleo, la defensa de la producción nacional, la reactivación del sector exportador, la reformulación del papel del Estado potenciándolo como factor de desarrollo y reformulación del Mercosur.

Empero, en la proclama faltaron "propuestas concretas" como había desafiado a los convocantes el presidente, Jorge Batlle.

Al día siguiente de la marcha, el senador y hombre de confianza del presidente Batlle, Alejandro Atchugarry, también apuntó en ese sentido: "El gobierno está dispuesto a dialogar, pero sobre la base de propuestas concretas", dijo el legislador.

"Conocemos, sentimos y compartimos la preocupación de la gente, porque la situación económica del país no es la mejor, y dialogaremos con quien sea que pueda aportar soluciones", sostuvo Atchugarry en CX 14 El Espectador.

En la misma línea, el secretario de la Presidencia, Raúl Lago, anunció que el gobierno dialogará "con todos aquellos que realmente sientan, que tengan algo articulado y concreto para dialogar, para proponer y para analizar en conjunto".

"Estamos siempre dispuestos a escuchar todas las propuestas concretas que se quieran formular y reunirnos, además, con todos aquellos sectores de la vida del país que tengan algo para proponer", sostuvo Lago en nombre del Poder Ejecutivo. Y agregó: "Esto no es nuevo, lo hemos venido haciendo permanentemente, y el presidente Batlle lo ha hecho incansablemente en muchísimas oportunidades con muchísimo sectores de la vida nacional".

Coincidente con ese planteo, el gobierno decidió habilitar un espacio en la página web del Ministerio de Economía para que los ciudadanos que lo deseen le hagan propuestas sobre cómo se puede reducir el gasto público.

Pero más allá de la razón que pudiera asistirle a los manifestantes y del llamado del gobierno a que le presenten propuestas concretas, la movilización dejó al desnudo que el país atraviesa momentos de dificultades --fundamentalmente la producción y los trabajadores--, y que algún tipo de respuesta debería darse. De lo contrario, el gobierno enfrenta el riesgo de que estas acciones se generalicen y que el heterogéneo frente social que se ha reunido para esta instancia, termine consolidándose.

Asistencia blanca que inquieta

La asistencia de numerosos militantes nacionalistas a la movilización del martes 16 generó cierta inquietud en filas de esa colectividad.

El senador Francisco Gallinal admitió que la presencia de militantes blancos en la marcha y en el acto "complica" al Partido Nacional.

"Complica en el sentido de que en la manifestación vi a muchísimos correligionarios. Más que complicar compromete. Allí hay toda una visión nacionalista que hay que rescatar. No creo que hayamos perdido presencia en el campo en el transcurso de los últimos años, pero me parece que hay que prestar oídos a eso", explicó Gallinal en declaraciones radiales.

Pero la intervención blanca en la jornada no paró allí. Es más, tres intendentes --Irineu Riet Correa (Rocha), Heber Da Rosa (Tacuarembó) y Alvaro Lamas (Paysandú)-- llegaron hasta Montevideo para estar presentes en la movilización. Además, Carlos Moreira (Colonia) no concurrió pero despidió desde la explanada del municipio a quienes venían hacia Montevideo.

El único intendente blanco que se pronunció radicalmente en contra fue Ambrosio Barreiro (Cerro Largo), quien consideró que la movilización del martes tuvo un claro contenido político, fue "flechada" en su convocatoria y "la expresión de un sector de la agropecuaria y no de todos".

El miércoles, al hablar en el almuerzo mensual de ADM, el titular del Directorio blanco, Luis A. Lacalle, se refirió a la manifestación del día anterior.

El líder herrerista sostuvo que fue una expresión "justamente apasionada" y destacó la forma en que se condujo, "con respeto a la opinión ajena en el ejercicio de las libertad dentro del margen del derecho que muestra que la nuestra es una sociedad distinta y mejor".

Agregó que "frente a esa manifestación tenemos que decir muy claro que hemos escuchado, comprendemos y haremos todo lo que sea posible" para atender los planteos realizados.

El campo y la ciudad marcharon bajo lluvia

Las consignas iban desde las demandas de trabajo hasta el problema residuos tóxicos, pasando por Venezuela y Cuba

A mediodía en la plaza 1º de Mayo todo parecía una reunión entre amigos. Una especie de campamento de los productores de Colonia, con sus banderas verdes y blancas que lucían la leyenda Rentabilidad o Muerte, era la vanguardia. Después empezó a llegar la caballada a rodear el Palacio Legislativo.

Cuando todavía la muchedumbre no había ganado la calle, el conductor de un auto se trabó en un diálogo áspero con los jinetes: "¿Qué es esto? Parece una película del Lejano Oeste", desafió. "Andate", lo invitaron los viajeros, que estaban en un clima festivo que éste no compartía.

La tradición de corear consignas frente al Parlamento se cumplió a cabalidad: "Inútiles crónicos", "entréguense, que están rodeados", "se va a acabar, se va a acabar, su maldita impunidad". Los gritos provenían de los montevideanos. La gente de a caballo se limitaba a saludar y sonreír. Un paisano, sin embargo, se apeó de su cabalgadura y saludó a un grupo de diputados que estaba en la explanada del edificio anexo al Palacio: "Aquí andamos, molestando", se presentó.

Entre dos jinetes dialogaban sobre las ventajas de revistar como funcionario en el Palacio Legislativo, en lugar de dedicarse a tareas tan azarosas como la producción agropecuaria.

Otros que eran multitud eran los periodistas, que le aportaban su cuota de color al paisaje, con entrevistas al aire a los conductores de tractor y gran despliegue de cámaras de fotos y de televisión y urgentes conversaciones por celular: "Estoy frente al Anexo y lo único que tengo son unos caballos, acá. Estoy esperando porque van a entregar una proclama", comentaba un camarógrafo que era requerido por el canal.

La caballería partió a la vanguardia. A su pasaje los capitalinos vivaban y algunos aprovechaban a corear alguna frase de aliento.

Una mujer que no se cansaba de agitar la bandera roja, azul y blanca, gritaba a voz en cuello, con poca sutileza: "Voten al Frente Amplio".

ARRIBO. Parte de la caballada llegó hasta las escalinatas del Palacio Legislativo pero decidieron emprender el regreso.

Las consignas eran variopintas: un cartel recordaba las complicaciones en Venezuela: "Los pueblos tienen derecho a tener el gobierno que elijan. Viva Chávez y su pueblo". También había banderas venezolanas y alguna que otra cubana, pero un ómnibus de Ucot batió el récord de extravagancia, con una de Cuba y otra de Palestina.

Otras consignas también tenían cabida, como el cartel que decía: "No más residuos tóxicos en Pavón" o el desatinado grito de un ciclista, que se le ocurrió "Heil Hitler".

Detrás de los caballos salió la gente a pie, y después los tractores y más gente a pie y ómnibus y más gente a pie.

Parece que el trayecto tomó de sorpresa a unos cuantos, porque el tránsito por las calles Uruguay y Paysandú, sobre todo, se trancó al llegar a Libertador y dejó filas interminables de ómnibus y de autos con la esperanza de que se cortara la marcha.

"La marcha no se corta. Es una marcha", sentenció un improvisado militante de seguridad.

Una caravana de ómnibus de Copsa debió realizar una maniobra por Libertador hacia abajo y después sortear toda la marcha para seguir su paso.

Por 18 de Julio la situación era la misma. En el cruce de Cuareim un carrito tirado a caballo pidió permiso y no se lo concedieron, negativa que dio paso a un conato de pelea, pero que no pasó de ahí: "Tengo hijos, tengo hambre, tengo que cruzar la calle", decía el conductor, pero primero pasó la marcha.

La marcha terminaba en la cuadra final de 18. El acto empezó apenas tarde. Con la llegada de Tabaré Vázquez comenzó el himno, mientras el máximo dirigente de la izquierda uruguaya declaraba a los medios de prensa bajo la lluvia.

El pan, el trigo y que el gobierno "despierte"
Las banderas de Rentabilidad o Muerte eran un poco exóticas pero los militantes que las portaban eran productores rurales del departamento de Colonia, que estaban preocupados, tanto como en el resto del país.

Andrés Briosso (49), lechero y ganadero, acudió a la marcha "con la esperanza de despertar al Gobierno". Briosso espera una gesto de sinceridad: "Que reconozcan que se equivocaron, que den marcha atrás a esta política económica que sólo nos puede llevar al desastre".

Juan Capellino (48) quiere que se bajen los costos de los insumos agropecuarios: "Antes se vendían dos kilos de trigo y se compraba un kilo de pan; ahora para comprar un kilo de pan se necesita 17 kilos de trigo".

Capellino no cree que se logre resultados concretos con la marcha: "Ya hemos hecho otras marchas, sin consecuencias". De todas maneras el productor cree que es imperioso cambiar: "No hay producción que te dea si te sacan más de la mitad".

Roland Buffa (43) es camionero y cree que los cambios tienen que ser profundos, con protección a la producción nacional y castigo a los especuladores e importadores. "A mí no me alcanza con que me saquen impuestos, porque no hay trabajo. No me pueden sacar impuestos porque no tengo ganancias", ilustró.