ADIOS | Sanguinetti definió a Tarigo como un hombre de "honradez cívica y moral"

Una vida inspirada en la "convicción democrática"

Recibieron sepultura los restos del Dr. Enrique Tarigo. Sanguinetti destacó su convicción democrática y honradez

Acompañados de sus familiares, amigos, integrantes del gobierno, y del Partido Colorado, fueron inhumados ayer con honores de jefe de Estado los restos del Dr. Enrique Tarigo, destacada figura de los ámbitos del Derecho, la docencia, el periodismo y la política.

Entre los que rindieron homenaje a Tarigo estuvieron el ex presidente Julio María Sanguinetti y su esposa, el vicepresidente Luis Hierro López, el ministro del Interior Guillermo Stirling, el ministro de Relaciones Exteriores Didier Operti y su esposa, el ministro de Defensa, Yamandú Fau, el diputado Alberto Scavarelli, también estaban el secretario de la presidencia Raúl Lago, el ministro de Trabajo, Santiago Pérez del Castillo, el ministro de Educación, Leonardo Guzmán, el director de la Oficina de Presupuesto y Planeamiento, Ariel Davrieux, el ex presidente del Banco Hipotecario, Salomón Noachas, Ope Pasquet y Roberto Asiaín, compañeros de la lista 85 que fundó el Dr. Tarigo.

Del Partido Nacional la única figura presente fue Juan Andrés Ramírez, mientras que no asistió ningún representante del Frente Amplio.

Los oradores, que fueron el secretario general del Partido Colorado, José Luis Batlle, el ex presidente Julio María Sanguinetti y el vicepresidente Luis Hierro López, en representación del gobierno, coincidieron en señalar a Tarigo como protagonista de la recuperación de la democracia.

En representación del Partido Colorado, José L. Batlle recordó al "ciudadano que tanto dio para el restablecimiento de las libertades y para el funcionamiento de nuestra institucionalidad".

En una reseña de la vida política de Tarigo, Batlle recordó la primera reunión por el intento de la salida institucional, a la que junto a él, asistieron Tarigo, Carlos Manini Ríos, Eduardo Jiménez de Aréchaga, Máximo Gurméndez, el primer acto político de carácter público después de tantos años de silencio que fue la primera aparición en la escena política nacional de Tarigo.

También señaló la fundación del semanario Opinar, "desde donde hace conocer su pensamiento opositor a la dictadura", las elecciones internas de 1982 en la que participó con la lista ACE, su postulación en las elecciones de convencionales en las que ocupa el segundo lugar luego de Sanguinetti, y su participación en todas las conversaciones hasta que en el acuerdo del Club Naval culmina el proceso y alcanzan las elecciones de 1984 en las que completó la formula con Sanguinetti.

Una vez recuperada la democracia, —prosiguió Batlle— "clausuró Opinar en el entendido de que había cumplido su misión, luego participó una vez más de una elección y a partir de ese momento comienza a retirarse lentamente volviendo a su profesorado y su estudio profesional".

UN GRAN DEMOCRATA. El ex presidente definió a Tarigo como un hombre de "convicción democrática sin claudicaciones", y de "honradez cívica y moral en todos los planos de su vida".

"Con él, la República pierde a uno de sus más grandes hombres, uno de sus más grandes figuras democráticas. Más de una vez recurriremos sin duda a su recuerdo para seguir sosteniendo esa misma convicción y fe en una sociedad libre, democrática y respetuosa de la ley", concluyó.

Sanguinetti relató que en agosto "tuve el triste privilegio de recibir de su boca la noticia de que había tomado la decisión de renunciar a todo procedimiento médico y esperar mientras pudiera de pie y trabajando".

"Este episodio final de esta vida dimensiona lo que fue su firmeza de carácter, su sentido de la dignidad, su fuerza mantenida aún hasta el momento en que sabedor del desenlace, ahorró a los suyos todos los dolores preanunciados y se mantuvo en pie", aseguró Sanguinetti.

El líder del Foro Batllista se refirió también a la vida de Tarigo como una vida "consecuentemente vivida, siempre con la firme adhesión a sus lealtades, al derecho, a la ley, a la Constitución, a su familia, a un Partido Colorado y a un Batllismo al cual le tocó representar en circunstancias muy particulares".

Aunque sostuvo que más de una vez le oyó decir que era un batllista convencido pero que no se sentía un político de la militancia, dijo que "en ellas demostró poseer las mejores condiciones del político que son la adhesión a sus principios, el coraje para sostenerlos, la inteligencia para difundirlas, para difundirlas y publicitarlas". También recordó la figura de Tarigo como "la voz de los millones de uruguayos que anhelaban la restauración democrática", como la "figura líder de lo que era la oposición del gobierno de facto".

Con la voz quebrada, el vicepresidente Hierro se refirió a Tarigo como un formidable hombre, íntegro, amante de la libertad y democracia, constructor de la República.

Hierro resaltó que era un hombre de "buen humor por fuera de su aparente hosquedad, un hombre con sentido del cariño, amistad" de la que dijo haber participado durante años.