TABAQUISMO. Según la ONU cada uruguayo fuma 1.562 cigarrillos por año. Las cifras de la industria uruguaya indican una tendencia a la baja.

Los más fumadores de Latinoamérica

Autoridades están sobre todo preocupadas por la incidencia entre los jóvenes. 32,3% de los liceales encuestados fuman.

CARINA NOVARESE

Uruguay es el país latinoamericano que más fuma. Según figura en el Informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Uruguay encabeza el ranking con 1.562 cigarrillos fumados en promedio por cada habitante, en un año. Lo sigue de cerca Argentina, con 1.524, Chile y Venezuela con 1.185 y Brasil con 813 cigarrillos. El país menos fumador de América Latina es Perú, con solo 189 cigarrillos fumados por habitante por año.

La posición poco honrosa según lo entienden médicos y autoridades solo es superada en las Américas por Estados Unidos, que ostenta una cifra de 2.193 cigarrillos por persona. Aunque aquí no hay un estudio específico que determine cuántas personas fuman, los expertos se acercan al problema desde diferentes ángulos. Según los resultados preliminares de la encuesta de hogares del año 2001, el 52,2% de las personas de entre 12 y 65 años probaron tabaco alguna vez en su vida y el 32,3% lo hizo en los últimos 30 días. Estos datos no presentan grandes diferencias con los obtenidos en 1998, a partir del mismo estudio.

De cada 10 personas que han experimentado con tabaco, casi siete de ellas continuaron fumando ininterrumpidamente, demostrando además una fidelidad bastante importante al consumo. Por otra parte, cuatro de cada diez fumadores declararon haber intentado dejar sin éxito.

ADICCION PRECOZ
Mientras que las cifras de la ONU dan un panorama preocupante, las que maneja la industria tabacalera uruguaya advierten sobre una tendencia a la baja en el consumo de cigarrillos en los últimos años. Según encuestas de mercado, uno de cada tres uruguayos mayores de 18 años fuma, informó Darío Díaz, gerente de Asuntos Corporativos de British American Tobacco (BAT), una de las tres tabacaleras que operan en el país. Sin embargo, advirtió, los indicadores también revelan que Uruguay es uno de los países de mayor consumo per cápita en América Latina.

Según las mismas encuestas, los fumadores uruguayos consumen por día 16,5 cigarrillos, un promedio que ha caído lentamente desde 1998; en ese año fumaban 17,5 cigarrillos y en el 2000, 17 cigarrillos por día. También en las ventas la tendencia es a la caída: en 2001 el consumo total fue de 3.214 millones de cigarrillos (unos 161 millones de cajillas), mientras que en el 2000 la venta fue de unos 3.450 millones. Estas cifras no miden lo que se vende por contrabando o lo que ingresa a través de otros canales, como free shops, aunque se estima que esto llega al 15% del mercado.

Para BAT, la explicación para esta baja en el consumo se relaciona sobre todo con las preocupaciones relativas a la salud que genera el tabaco, aunque no se descarta la recesión económica como otra de las razones. La compañía acepta las implicancias para la salud de esta conducta y apunta sus baterías a evitar que los menores de edad fumen. "Estamos haciendo campañas en los puntos de venta para que se respete la prohibición por ley de vender a menores", explicó Díaz. Por otra parte, BAT dejará de hacer publicidad en televisión, en radio y en todos los medios "en los que no se pueda asegurar que el público es adulto", como parte de una política internacional que comenzará en enero de 2003.

Una de las principal preocupaciones para autoridades sanitarias y gubernamentales es la comprobación de que son los adolescentes los que cada vez fuman más y que comienzan a edades más tempranas. Un estudio realizado por la Junta Nacional de Drogas en el año 2001 entre estudiantes de enseñanza media (1, 2y 3 de Ciclo Básico, que generalmente corresponde a los 12, 13 y 14 años), reveló que el 55,7% ha experimentado con tabaco. Un 32,3% de los jóvenes declaró ser fumador, es decir haber fumado en los últimos 30 días.

El estudio de la Junta también dejó en claro otro dato preocupante: las mujeres presentan un porcentaje significativamente superior a los hombres a la hora de haber probado alguna vez un cigarrillo, una tendencia que además aumenta por curso, confirmándose la feminización del consumo.

La investigación reveló que la edad de inicio promedio entre estos jóvenes es de 13,2 años, aunque a los 12 años ya el 30% de los que probaron un cigarrillo ya lo había hecho. Todos los datos confirmaron la tendencia hacia la precocidad en el consumo de tabaco.

50 AñOS
Estamos cumpliendo el cincuentenario de la demostración científica, fehaciente e indiscutible que demuestra la relación de causalidad entre el cáncer y el tabaco. No hay duda y nadie lo discute", dijo el catedrático de Oncología Ignacio Musé. De hecho las comprobaciones científicas de esta causalidad abarcan varios tipos de enfermedades, entre las cuales se destacan las cardiovasculares, primeras entre las causas de muerte de los uruguayos y primeras entre las causas de muerte de los fumadores.

Es en ciertos tipos de tumores en los que la incidencia directa del tabaco queda más patente para los no científicos. Está demostrado que el tabaco causa cáncer sobre todo en las zonas de oído, nariz y garganta, lo que incluye labios, lengua, faringe, laringe, esófago y pulmones. Adicionalmente, también se comprobó la incidencia en los cánceres de vejiga y en algunos tipos de los que se desarrollan en el riñón, ya que son las vías de eliminación de las sustancias que conforman un cigarrillo.

Sin embargo, ningún cáncer como el de pulmón muestra tan directamente la incidencia del tabaco en el organismo humano: el 90% de quienes padecen este cáncer en Uruguay, fueron fumadores longevos. Cada año se producen unos 1.300 nuevos casos de este tipo de cáncer, lo que representa unos 3,5 nuevos pacientes por día. La gran mayoría de las personas que desarrollan tumores en sus pulmones no sobreviven más de un año y solo un 5% lo hace luego de cinco años de tener la enfermedad.

"Si en Uruguay no hubiera ningún fumador, es cierto que igual tendríamos algunos casos de cáncer de pulmón. Pero serían 130 por año y no 1.300", dijo Musé. En nuestro país el cáncer de pulmón es el de mayor incidencia entre los cánceres que desarrollan los hombres.

En pocos años, estiman los especialistas, el cáncer de mama dejará de ser el principal entre las mujeres y pasará a la cabeza, también, el de pulmón. Eso es lo que ya sucedió en Estados Unidos; los datos de la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer muestran un aumento muy significativo de la mortalidad femenina por cáncer de pulmón. Y la cifra crece año a año. La explicación es sencilla; las mujeres comenzaron a fumar en forma masiva más tardíamente y recién ahora comenzarán a notarse las consecuencias tanto a nivel cardiovascular como de tumores.

AL SUR
Además de las mujeres, los especialistas también están preocupados por los jóvenes; las causas para la precocidad en el consumo de tabaco son variadas, pero entre ellas, como a todas las edades, Musé considera que la epidemia de tabaco se traslada desde hace un tiempo y planificadamente hacia el sur.

En los países desarrollados los gobiernos comenzaron a realizar campañas antitabáquicas de importancia como consecuencia de los costos millonarios que implica para la salud pública el tratamiento de las diversas enfermedades en las que incide el consumo de tabaco. Un estudio realizado en Estados Unidos demostró que por cada dólar que se gana por impuestos o trabajos generados por la industria del tabaco, se gastan siete en el tratamiento de enfermedades relacionadas a esta adicción.

"A medida que los gobiernos de los países desarrollados comenzaron a hacer la guerra al tabaco, y eso les sirvió económicamente, las compañías comenzaron a desplazarse hacia el hemisferio sur y el tercer mundo en general", explicó Musé.

Jóvenes más vulnerables a publicidad
Aunque en los últimos tiempos son pocas las campañas masivas antitabaco que se han realizado, el Comité de Lucha contra el Cáncer sigue apostando al "trabajo de hormiga", como única forma efectiva de cambiar la mentalidad para que se deje de fumar o, mejor aún, nunca se empiece, explicó la psicóloga de esta institución, Amanda Sica.

La Comisión posee un área de educación poblacional, desde la cual se trabaja con escuelas e instituciones sociales. En esta área los jóvenes son un objetivo fundamental. Los especialistas aún no se explican porque los niños que a los ocho años hacían "campaña" en su casa para que sus padres dejaran de fumar a raíz de la insistencia sobre el tema en la escuela ahora son los que fuman, en el liceo. "Es cierto que tiene que ver con todo lo que pasa en la adolescencia, entre otras cosas la necesidad de pertenecer a un grupo, pero también se relaciona con que las sociedades modernas son más adictivas en general", explicó la psicóloga del Comité de Lucha contra el Cáncer, Amanda Sica.

El hecho de tener padres fumadores sigue siendo una influencia más que importante. Se estima que entre 100 jóvenes que fuman, 60 tiene a los dos padres fumadores, el 40 tienen a uno de ellos y solo 10 tienen padres no fumadores. "Siempre decimos: de padres no fumadores hijos no fumadores", dijo Sica.

Las investigaciones también demuestran que los adolescentes son muchos más vulnerables que los adultos ante la publicidad de cigarrillos. Según un trabajo publicado en 1995 en el Journal of the National Cancer Institute, la publicidad incita más a los adolescentes a fumar, que la presión de los compañeros. Por otra parte, una encuesta hecha en Estados Unidos, indicó que el 86% de los menores que fuman prefieren las tres marcas más publicitadas, contra solo un tercio de los adultos.

La comisión de Lucha contra el Cáncer también tiene un área de capacitación técnico profesional, para la cual el objetivo son los propios profesionales de la salud, un gran porcentaje de los cuales fuman. La comisión también coordina con los centros de salud de todo el país y ya se lograron formar varias policlínicas de tabaquismo.

4.500 SUSTANCIAS
- Un cigarrillo está compuesto por más de 4.500 sustancias de todo tipo. Cuando se quema el cigarrillo se genera un gas con partículas, que es el que el fumador inhala. Entre todas esas sustancias, la nicotina es la sustancia que genera la dependencia que provoca el tabaco, según explicó la médica toxicóloga de la Junta Nacional de Drogas, Cecilia Dell Acqua.

- "Cuando se habla de drogas de abuso, se dice que no todas las sustancias tienen el mismo potencial adictivo, lo que significa que no todas tienen la misma capacidad de que el individuo se haga dependiente, más allá del tema psicológico", dijo Dell Acqua.

- Las sustancias con mayor potencial adictivo son la nicotina y el alcohol, muy por arriba de drogas ilegales tales como la cocaína y la marihuana.

- La nicotina genera los dos tipos de dependencia: psicológica y física. El síndrome de la abstinencia, que definitivamente se produce cuando una persona deja de fumar, suele extenderse entre 10 y 15 días. Luego permanecen los problemas causados por la dependencia psicológica.

- Una de las formas de medir el potencial adictivo de las sustancias es la capacidad que tienen para generar efectos reforzadores positivos, tales como la sensación de placer que se produce cuando una persona fuma o toma alcohol y que alienta a seguir haciéndolo. También se mide a través de los efectos reforzadores negativos; en el caso del cigarrillo calma la ansiedad, el nerviosismo y hasta saca las ganas de comer.