Publicada el sábado 19 de enero en la sección ESPECTACULOS

TOSAR FUE ADEMAS DE PIANISTA, COMPOSITOR Y DOCENTE, UN PUNTAL DEL NUCLEO DE MUSICA NUEVA Y DEL CENTRO CULTURAL DE MUSICA

Gran maestro de maestros

La muerte de Héctor Tosar deja un vacío difícil de llenar en la cultura musical uruguaya

EDUARDO ROLAND

En la tarde del jueves 17 de enero de 2002, falleció en su ciudad natal a los 79 años, Héctor Tosar Errecart (Montevideo, 1923), pianista, compositor y docente que marcó a varias generaciones de músicos nacionales con su sabiduría artística.

Tosar, como se le solía llamar, no sólo fué uno de los compositores más prestigiosos de su generación a nivel latinoamericano, sino el más importante de la historia de la música erudita uruguaya después de Eduardo Fabini (1882-1950), como se sabe el Compositor Nacional por excelencia.

Su figura siempre resultó una referencia en el ambiente musical culto, por su conocimiento, su rigor, su mente siempre abierta a lo nuevo y su disposición generosa a transmitir lo mucho que sabía.

OBRA. Dejó una extensa obra que comenzó a escribir con sólo 16 años y que abarca piezas sinfónicas, corales, música de cámara, para canto y piano y para piano solo. Su primer profesor de composición fue el maestro ítalo-uruguayo Lamberto Baldi, que precisamente le estrenara al frente de la Ossodre, su 'opera prima' titulada Toccata, una pieza destinada increíblemente a ser la más difundida y reconocida por el público general.

Es fácil imaginar la emoción de aquel jovencísimo Tosar escuchando el estreno de su primera pieza por una gran orquesta como la del Sodre el mismo día que cumplía 17 años. Era el 18 de julio de 1940. Para los críticos, aquella composición con influencias de Baldi y --según su autor-- de Stravinsky, demostraba "virtuosismo orquestal" y un fuerte temperamento, además de una tendencia a las estructuras sólidas que se prolongaría en el resto de su obra.

Luego de continuar en Montevido con sus estudios de piano, armonía e instrumentación --con Kolischer, Mujica y Baldi respectivamente-- realiza su primer viaje a Estados Unidos becado por la Fundación Guggenheim. Esto le permitió estudiar composición nada menos que con Aaron Copland primero y con Arthur Honnegger después. En aquella fructífera estadía también asistió a los cursos de dirección orquestal dictados por Sergio Koussevitsky y presentó su Concertino para piano y orquesta en Nueva York, actuando el propio Tosar como solista y Leon Barzin como director.

De vuelta en Montevideo con un bagaje notable, no permaneció aquí por mucho tiempo, ya que nuevamente fue becado para estudiar en el exterior. Esta vez el destino fue París, el otro gran centro cultural de Occidente junto con Nueva York. Allí continuó profundizando en la composición y en la dirección orquestal, con figuras de primer orden como Darius Milhaud, Jean Rivier y Jean Fournet.

De regreso una vez más a su tierra, Tosar se dedica con fuerza a la composición y al piano, instrumento que dominó con maestría. En este punto es bueno recordar que aunque su nombre está asociado fuertemente a su condición de compositor, Tosar era un excelente pianista, y si bien no ejerció la dirección orquestal, fue por elección personal y no por falta de capacidad y conocimiento.

Cuando en setiembre de 1957 ganó con Divertimento para quinteto de vientos el Primer Premio del I Concurso Internacional de Compositores convocado por el Sodre, Washington Roldán desde las páginas de este diario escribía: "es la obra de un talento con ideas propias y sin lugares comunes". Y respecto al segundo movimiento, "Tango", afirmaba que "es el hallazgo más notable que se conoce en el tratamiento por un músico culto de esta forma popular tan inadaptable fuera de su ambiente". En el jurado que había premiado a Tosar estaban, entre otras personalidades, Lauro Ayestarán y Alberto Ginastera, considerado hoy el compositor argentino más importante de todas las épocas.

PROYECCION. De ahí en más, la obra de Tosar va cobrando mayor importancia en los círculos musicales de diferentes ciudades de América Latina, por lo que sus viajes son constantes. Es que, aun en sus comienzos neoclásicos ya mostraba una singularidad, una veta personal que siguió cultivando más allá de la corriente estética a la que se acercara, como cuando abandona la tonalidad y toma elementos del dodecafonismo.

En resumidas cuentas, podría afirmarse que Tosar siempre fue Tosar, un autor que sin cerrarse a las nuevas corrientes se mantuvo fiel a ciertas convicciones artísticas que en definitiva lo consagraron como un grande.

Como injustamente ha sucedido hasta con el propio Fabini, la obra de Tosar no escapa a la carencia casi absoluta de difusión, en tanto no existen grabaciones de alta calidad técnica al alcance del público. Si, como suele pasar, alguien se interesara a partir de su muerte por saber de qué trata la música de Tosar, deberá esperar a que alguna pieza suya sea incluida en el programa de un concierto, o conseguir el disco con grabaciones históricas coeditado por Tacuabé y el Sodre hace dos años.

El mejor homenaje entonces que debería hacerse a este gran compositor uruguayo que acaba de dejarnos es tomar los recaudos para preparar una grabación profesional de una muestra antológica de su obra más significativa. Y editarla con todo el cuidado que Héctor Tosar merece.

Declaración de Presidencia

El presidente de la República, Dr. Jorge Batlle, se sumó a las manifestaciones de dolor ante la muerte de Tosar. En un comunicado emitido desde el edificio Libertad se señaló: "Los uruguayos que hemos tenido el honor de conocerlo y el placer de disfrutar de su arte y de sus conocimientos no podemos sino sentirnos embargados por la tristeza. El maestro ha dejado, sin embargo, un gran legado de señorío, de amor por la cultura y de talento en el arte de su música que todos debemos sentir como propio. El buen nombre de nuestro país se acrecentó en el mundo de la mano de su arte, de la mano de su espírtu. Allí donde estuvo Tosar o la música de Tosar estuvo una simiente del alma del Uruguay que ha tenido el privilegio de contarlo como uno de sus más insignes representantes".