Entrevista a Rosario Medero, directora que renunció a fines de julio al Banco Central, a propósito de las irregularidades en los bancos Montevideo y Caja Obrera, propiedad de la familia Peirano. Publicada el jueves 25 de julio de 2002.

"Hay que investigar qué pasó para que no se repita"

ALVARO J. AMORETTI / ALVARO GIZ

La renunciante directora del Banco Central, la contadora Rosario Medero, cuestionó la dependencia que el Banco Central tuvo en los dos últimos años del Ministerio de Economía y Finanzas, explicó las razones que le llevaron a votar en contra de la compra del Caja Obrera por parte del Banco Montevideo, criticó las condiciones en que el Estado capitalizó el Banco Comercial y no descartó que la entidad monetaria haya actuado con lentitud o con falta de severidad para enfrentar la crisis financiera que sacude al país.

"Lo estamos investigando para saber qué pasó y para que no se repita en un futuro. Necesitamos saber si efectivamente pudimos habernos dado cuenta antes de lo que se venía. Porque si pudimos saberlo antes, pudimos haber actuado antes", sostuvo la funcionaria, para quien si se hubiera investigado a los grupos económicos que manejaban los bancos Comercial y Montevideo se hubiera podido detectar "a tiempo conductas presuntamente ilícitas" en perjuicio de los ahorristas de esas instituciones.

El que sigue es un resumen de la entrevista que Medero concedió a El País en su despacho del Banco Central

--¿Le duele haber tenido que presentar renuncia a su cargo?

--No. Me consuela el hecho de que mi alejamiento haya servido para procesar los cambios que los nacionalistas entendíamos que era necesario realizar en la conducción económica del país. Y me reconforta saber que me voy con el respaldo de todo mi partido.

--¿Fue difícil tomar la decisión de renunciar?

--No, porque nunca me sentí atornillada al sillón.

--De todos modos, una cosa debe ser renunciar por voluntad propia y otra muy diferente hacerlo cuando el sillón que uno ocupa se transforma en materia de negociación política para renovar el Directorio del Banco Central o remover al ministro de Economía y Finanzas.

--La verdad es que cuando uno ocupa determinados cargos tiene que entender que no es demasiado libre de decidir por sí y ante sí.

--¿No?

--No. Uno no puede irse y dar un portazo, aunque sienta deseos de hacerlo.

--¿Por qué?

--Porque hay que tener seriedad y recordar que uno contrajo una responsabilidad con el presidente de la República, con el Senado que votó la venia correspondiente y con el partido político que impulsó su nombre. Y ojo, que eso no significa que en el ejercicio del cargo uno no tenga la independencia para actuar de acuerdo a sus convicciones.

--Usted habla de independencia. Durante el período en que integró el Directorio, ¿sintió que el Banco Central tenía independencia técnica para adoptar las decisiones que estimaba pertinentes o que las determinaciones se tomaban en el Ministerio de Economía y Finanzas

--Sentí que el Banco Central carecía de la independencia que, a mi juicio, tiene que tener. Y ese fue uno de los principales motivos de mi renuncia.

--¿De quién o de quiénes sintió que el Banco Central tenía que ser más independiente de lo que era?

--De todos.

--¿Del ministro de Economía?

--Sí, más independiente del ministro de Economía. Yo creo que el Banco Central tiene que decidir en función de lo que determinan sus técnicos y no de lo que resuelve un ministro, un partido político o incluso un gobierno. Es más, soy de la idea de que el ideal es lo que pasa en Estados Unidos o en Chile, países en los que las autoridades de la Reserva Federal o del Banco Central no se renuevan con la llegada de cada gobierno, porque eso los hace realmente independientes.

--¿Usted percibía desde su cargo que las decisiones que tomaba el Banco Central eran en realidad impuestas por el Ministerio de Economía?

--Sí. Las principales discrepancias que he mantenido en el seno del Directorio han estado relacionadas con temas en los que yo entendí que el Ministerio de Economía u otros organismos se estaban inmiscuyendo en determinaciones que eran propias del Banco Central.

--¿Puede citar algún caso concreto?

--Puedo citar varios, pero le pongo un ejemplo. La prefinanciación de exportaciones es una tasa que debe ser fijada por el Directorio del Banco Central, porque tiene potestades para hacerlo y porque le corresponde hacerlo. Sin embargo, se fija por una orden del Ministerio de Economía.

--Uno supone que es el equipo económico, que integran el ministro de Economía y el presidente del Banco Central, el que toma esas determinaciones. ¿No es así?

--No lo puedo saber. ¿Saben por qué? Porque no soy parte de ese equipo económico, porque nunca fui a una reunión de ese equipo económico y porque incluso siempre he tenido dificultades para acceder a la información que maneja ese equipo económico.

--No deja de llamar la atención que como representante de un partido que es el principal socio del gobierno, usted no haya podido acceder a esa información.

--Llama la atención de cualquiera. Y llama más la atención si uno se pone a pensar las responsabilidades que tenía como directora del Banco Central y el hecho de que debiera afrontarlas sin acceder a información clave para la toma de decisiones.

--¿De qué cosas no se enteraba?

--No me enteraba de casi nada.

--¿Se le ponía, por ejemplo, al tanto de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional?

--No. Por lo general me enteraba de los términos de la negociación una vez que ya existía un acuerdo. Y otro tanto sucedía con las modificaciones de política cambiaria.

--¿No se le consultaba?

--No, nunca.

--¿Y no se le informaba de la decisión de modificar la política cambiaria?

--En algún caso recibí una llamada cinco minutos antes de que se efectuara el anuncio oficial a la prensa. En otra ocasión me enteré de una modificación de la política cambiaria en un supermercado en Punta del Este, porque me encontré con el gerente general y a él le estaban informando en ese momento. Y ese tipo de cosas, y otras que sucedieron, me demostraron hasta qué punto resultaba difícil tomar determinaciones congruentes, cuando las decisiones del Banco Central se tomaban fuera del Banco Central. Fíjense que la semana pasada aprobamos en el Banco Central un sistema de pago de deudas con títulos públicos. Es una norma que debe tomar el Banco Central porque implica modificar una normativa del Banco Central. Y resulta que por casualidad veo en un diario que el Ministerio de Economía aprobaba un régimen especial para el pago de deudas con títulos, cuando estoy convencida de que no tiene potestades para ello.

--Queda claro que, en el equipo económico saliente, quien mandaba era el ministro de Economía.

--Y ojo, que a mí no me parece mal que el ministro de Economía mande. Por el contrario, soy de la idea de que el ministro de Economía es quien tiene que mandar. Porque si no manda el ministro de Economía, ¿quién tiene que mandar en un equipo económico? Lo que creo es que un ministro puede tener el mando, pero también puede haber ámbitos de diálogo.

--¿No los había?

--No. Creo que se escuchaba poco.

--¿Había poco diálogo?

--Muy poco.

--También se ha dicho que existía poco diálogo entre los tres integrantes del Directorio del Banco Central. Es más, se ha afirmado que la relación entre todos ustedes era muy mala y hasta se ha sostenido que rara vez pudieron ponerse de acuerdo para votar algo por unanimidad.

--Eso último no es así.

--¿No?

--No. Yo sé que hay rumores de que eso es así. Pero no lo es. Sin ir más lejos, este año el Directorio tomó más de trescientas decisiones y yo me manifesté discorde en no más de diez o doce oportunidades. Quince, a lo sumo.

--¿Las más importantes?

--No sé. Hubo decisiones muy importantes en las que todos estuvimos de acuerdo. La intervención del Banco Montevideo la votamos por unanimidad, por ejemplo.

--¿Y había diálogo entre ustedes tres?

--Diálogo había.

--¿Había diálogo pero no una buena relación?

--Yo no puedo decir que entre nosotros había una buena relación, porque no la había. Teníamos una relación de trabajo.

--Desde fuera se percibió que ustedes tres nunca llegaron a funcionar como un verdadero equipo.

--Miren, yo no voy a decir que el que tuvimos fue el mejor funcionamiento ni que he pasado aquí días felices. Pero bueno... también hay que pensar que nos tocó enfrentar tiempos muy difíciles y tomar decisiones demasiado trascendentes como para que siempre estuviéramos de acuerdo en todo. Pero tiene que quedar claro que muchas veces votamos cosas importantes por unanimidad.

--Pero muchas veces también votaron divididos en temas trascendentes en medio de una crisis financiera que reconoce pocos antecedentes.

--Sí, es cierto. Y admito que en temas esenciales votamos divididos. A mí me queda, en todo caso, la tranquilidad de que siempre traté de buscar puntos de encuentro. A veces los encontré y a veces no.

--¿Y en qué temas trascendentes votó en contra de la mayoría?

--(piensa algunos segundos) Bueno, yo no estuve de acuerdo y voté en contra de la compra del Banco Caja Obrera por parte del Banco Montevideo.

--¿Por qué?

--(cierra los ojos y pide algunos segundos para meditar la respuesta) Porque consideré que se otorgaban al Banco Montevideo algunos beneficios que excedían lo que establecían los pliegos.

--¿Usted veía venir lo que pasó luego con el Banco Montevideo?

--No. Desgraciadamente el tiempo me dio la razón en cuanto a que venderle el Caja Obrera el Banco Montevideo no fue una buena decisión. Pero no por ello puedo decir que en aquel momento, cuando voté en contra de esa venta, lo haya hecho porque vislumbrara que se trataba de una operación peligrosa.

--¿Y estuvo de acuerdo dentro del Directorio del Banco Central con la decisión del gobierno de capitalizar el Banco Comercial?

--No, tampoco estuve de acuerdo con eso.

--¿Por qué?

--Porque consideré que el convenio que firmó el Estado con el Banco Comercial no era conveniente para el país.

--¿Manifestó ese punto de vista en el Directorio?

--Cuando leí el convenio llamé al presidente del Banco Central y al ministro de Economía para pedirles que no lo firmaran.

--Hay quienes dicen que a mediados de 2000 ya existían informes técnicos de funcionarios del Banco Central que, por lo menos, encendían una luz de alerta respecto de la situación de mediano plazo del Banco Comercial. ¿Es cierto?

--Nosotros teníamos ya en ese momento una supervisión intensiva en el Banco Comercial.

--¿Qué la motivaba?

--Una situación de riesgo que tenía el Banco Comercial por su fuerte posicionamiento en Argentina.

--Quiere decir que a mediados del año pasado el Banco Central ya vislumbraba el riesgo de que el Banco Comercial enfrentara la crisis por la que atravesaría comienzos de 2002. Si el diagnóstico se hizo a tiempo, ¿qué falló? ¿La toma de decisiones?

--Lo que a mí me interesa aclarar es que los funcionarios del Banco Central son honestos y dedicados. Los he visto trabajar de día, de noche y los fines de semana.

--¿Siente que ha estado en cuestión la honestidad y la dedicación de los servicios técnicos del Banco Central?

--A mí nadie me los cuestionó, pero me interesa que quede claro que han hecho lo que han tenido que hacer.

--¿Pero pudo el Banco Central haber actuado mejor y más rápido de lo que lo hizo para evitar o mitigar esta crisis financiera?

--Si me preguntan si podríamos haber hecho una supervisión o una toma de decisiones más rápida e incluso más severa, yo digo que posiblemente sí. Que probablemente pudimos haber hecho esas cosas de mejor manera.

--¿Y por qué no se actuó de esa forma?

--Bueno, lo estamos investigando. Hay que investigar qué pasó para que no se repita en un futuro. Necesitamos saber si efectivamente pudimos habernos dado cuenta antes de lo que se venía. Porque si pudimos saberlo antes, pudimos haber actuado antes. Lo que está claro es que esta crisis financiera tiene que dejarnos a todos los uruguayos algunas enseñanzas fundamentales de futuro.

--¿Como cuáles?

--Como que en el Uruguay tienen que ser públicos los nombres de los accionistas de los bancos y debe mediar una autorización del Banco Central para que esos accionistas cambien. Creo que la experiencia reciente demuestra que en los últimos años pusimos demasiado cuidado en ver quiénes integraban los directorios de los bancos, y muy poco cuidado en saber quiénes eran en realidad los accionistas.

--¿Y con eso alcanza para evitar que el sistema financiero pase las zozobras por las que viene atravesando?

--No. Hay que hacer más cosas. Por lo pronto, tiene que haber una supervisión consolidada de los bancos. Hoy el Banco Central enfrenta algunas restricciones legales para hacerlo, pero hay que hacer las reformas para que pueda efectuar una supervisión consolidada. Fíjense que en los dos casos, en el del Banco Comercial y en el del Banco Montevideo, una supervisión consolidada de los dos grupos económicos que manejaban esas instituciones hubiera permitido detectar a tiempo conductas presuntamente ilícitas a partir del estudio de la operativa de las demás empresas de esos grupos económicos. Con eso no evitaremos que existan fraudes, porque ese riesgo siempre existe. Pero sí podemos minimizarlo.

--¿Se va con la sensación de que desde el Banco Central pudo evitarse la situación por la atravesaron el Banco Comercial y el Banco Montevideo?

--Hay algunas cosas de las que no puedo hablar, por la discreción que me pide la Carta Orgánica del Banco Central. Y hay otras cosas que entran dentro de los elementos y los hechos que el Banco Central está investigando. Por ejemplo, yo no puedo decir hoy que en esos casos hubo fraude. Pero puedo decir que hubo presuntas acciones que pudieron implicar un perjuicio para los depositantes. Y será la Justicia la que tendrá que determinar quiénes son los responsables y cuál es el delito que esas personas cometieron.

--Por estos días, son muchos los ahorristas que dicen haber sido aconsejados dentro del Banco Montevideo y por personal del Banco Montevideo para enviar su dinero a Islas Caymán. ¿Estaba al tanto el Banco Central de que eso estaba sucediendo o se percató cuando ya era demasiado tarde?

--Nosotros teníamos información de que eso estaba pasando. El problema fue que la situación comenzó a cambiar día a día producto de la crisis regional.

--¿Y no pudo el Banco Central, en ese tema concreto, haber actuado antes para evitar que más gente fuera perjudicada? ¿No se hubiera podido impedir que las personas que a último momento sacaron sus depósitos con destino a Islas Caymán se hubieran visto afectadas por esta situación?

--Y... a lo mejor hubiéramos tenido que tomar una decisión unos días antes. Pero hay que tomar en cuenta que para intervenir había que tener recursos. Y para tener recursos había que cerrar primero el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Presiones, enfrentamiento y tirantez

Al término de la entrevista con El País, los periodistas solicitaron a la contadora Medero una copia del informe escrito que, el lunes, presentó al Directorio del Partido Nacional. "Disculpen, pero no puedo", se excusó la funcionaria.

Pero horas después El País pudo finalmente acceder al informe reservado.

En él, la directora renunciante del Banco Central del Uruguay deja constancia de sus "múltiples opiniones contrarias a las decisiones adoptadas" en el organismo y advierte que "en reiteradas ocasiones" el Ministerio de Economía y Finanzas ha actuado "excediendo sus competencias y afectando negativamente la autonomía y el patrimonio del Banco Central del Uruguay".

En su escrito, Medero también explica su oposición a la forma en que el gobierno capitalizó el Banco Comercial y señala incluso que al expresar su discordia en el Directorio fue objeto de "presiones diversas", que derivaron en que los dos miembros colorados se negaran a aprobar las actas de las sesiones en las que se había analizado el tema.

"La asistencia resulta ilegal en virtud de que los montos son muy superiores al valor del patrimonio de la institución, contraviniéndose los límites previstos en los artículos 36 y 37 de la Carta Orgánica del Banco Central", dice Medero en su informe.

Asimismo, la funcionaria admite que en el Banco Central han existido "fallas en la supervisión de las instituciones financieras" y denuncia que durante su gestión vivió una situación "permanente de enfrentamiento y tirantez" con el presidente César Rodríguez Batlle y la vicepresidenta Eva Holz.

"Una situación --afirma-- que hizo difícil, compleja y solitaria mi labor como directora, la que sin duda hubiera sido más llevadera de haber adoptado una actitud más complaciente".

"Banqueros ricos pero con bancos fundidos"

--¿No demoró demasiado el Banco Central la intervención del Banco Montevideo y el pasaje de los antecedentes a la Justicia?

--Hay que tomar en cuenta que se trata de decisiones difíciles. Nosotros fuimos incrementando los niveles de supervisión desde el mes de febrero hasta el mes de junio. ¿Saben todos los domingos que nos reunimos en el Banco Central para analizar ese tema?

--¿Y no siente que todo el tiempo corrieron el problema de atrás?

--Puede ser, pero no es fácil tomar una decisión de cientos de millones de dólares que van a tener que pagar todos los uruguayos. No es sencillo encontrar el momento preciso para hacerlo. Lo importante es tener la tranquilidad de que se actuó con responsabilidad.

--¿Cree que el Estado podrá recuperar el dinero que perdió en esta crisis?

--Ojalá algún día el Estado uruguayo pueda recuperar el máximo posible de esos dineros y pueda resarcirse del daño que le ha causado todo esto. Porque no podemos tener banqueros ricos con bancos fundidos.