Publicado
el viernes 22 de febrero en la sección CIUDADES
MERCADO
AGRICOLA | Ya comenzó el reciclaje del histórico edificio,
que en dos años se convertirá en centro comercial
y gastronómico
La
verdulería del siglo XXI
Se
invertirán tres millones de dólares. El proyecto es
parte de la revitalización de un barrio decaído
CARINA
NOVARESE
El
reciclado Mercado Agrícola, que además de mercado
pasará a ser un centro gastronómico y comercial, estará
pronto en dos años. Los trabajos de demolición de
una de las estructuras adosadas al edificio, sobre la calle Martín
García, comenzaron a mediados de febrero y continuarán
con el reciclaje de la estructura de hierro que data del siglo XIX.
Los
encargados del proyecto, el estudio Gronda y Asociados, el arquitecto
Fernando Giordano y la Asociación de Agricultores Unidos
del Uruguay, prevén que la remodelación del mercado
estará pronta en dos años. "No podemos ser precisos
en las fechas porque todo el reciclaje se realizará con el
mercado funcionando", explicó Leonel Labat, director
ejecutivo de la empresa de desarrollo de emprendimientos inmobiliarios
que lleva adelante el proyecto, en el que se invertirán unos
tres millones de dólares.
Como
consecuencia de esta primera etapa el mercado volverá a mostrar
su fachada original, parte de la cual fue cubierta muchos años
después de su emplazamiento con dos estructuras de hormigón
sobre las calles Martín García y Amézaga. Debido
a que el edificio es Monumento Histórico, es imposible hacerle
ningún tipo de cambio estructural. Por el contrario, el objetivo
es preservar el carácter y el ambiente tradicional de mercado,
pero con parámetros modernos.
A LA
CARTA. El nuevo mercado reservará su nave central para los
vendedores de frutas y verduras, a los que incorporará otros
que ofrecerán plantas y flores. De esta manera el centro
del edificio se dividirá en cuatro cuadrantes de 400 m2 cada
uno, en el cual se ubicarán 72 puestos de cada una de las
especialidades.
El
gerenciamiento conjunto de Gronda y Asociados y la Asociación
de Agricultores prevé que todos los puestos de venta mantengan
una unidad visual, el mismo tipo de iluminación, además
de que se piensa en algún tipo de uniforme para los vendedores.
El
anillo perimetral del complejo estará ocupado por locales
gastronómicos. Sobre las calles Valle Inclán y José
L. Terra se ubicarán cuatro amplios restaurantes, cada uno
de los cuales tendrán entrepisos.
También
habrá locales de esta rama sobre la calle Martín García,
que pasará a convertirse en una peatonal. Allí se
ubicarán cuatro restaurantes que en dos niveles dispondrán
de un área de 400 m2. Y recostados sobre el ala de la calle
Amézaga, habrá ocho espacios destinados a bares, locales
de comidas rápidas, heladerías y otros, de menor área.
Inicialmente
se había considerado la construcción de cines o alguna
sala de espectáculos, pero la creciente incorporación
de salas al circuito montevideano ha hecho desistir de esta posibilidad
a los promotores del emprendimiento.
Por
lo pronto, todos los comercios minoristas que ya existían
y se ubicaban en la estructura adosada al Mercado sobre Martín
García, se trasladaron al anexo sobre Amézaga, que
al finalizar el reciclaje albergará a comercios minoristas
de todo tipo. Incluso se piensa en incorporar en esa área
stands de productos típicamente uruguayos, explicó
Labat. Ya existen interesados en ocupar los futuros locales, desde
cadenas de comida rápida presentes en Montevideo hasta restaurantes
parrilladas
Para
los responsables del proyecto, así como para la Intendencia
de Montevideo que renovó la concesión del predio
a la Asociación de Agricultores por 20 años,
el nuevo Mercado será uno de los elementos de revitalización
de un área tradicional de Montevideo que en los últimos
años ha sufrido un grave proceso de deterioro.
Aunque
las obras recién comienzan, los cambios en el mercado se
iniciaron aún antes. Entre ellos se descubrió que
el piso original del lugar es de adoquines, luego de limpiarlo a
conciencia. Para el futuro se planea que los vendedores sean formados
y cumplan ciertas exigencias, entre otros parámetros.
En
cuanto al público que este centro puede atraer, Labat considera
que sin duda incluirá a la población de la zona, así
como a consumidores del área del Palacio Legislativo y el
oeste de la rambla, en primera instancia. A ello se suma una amplia
zona del Cordón en la cual la oferta gastronómica
es poco variada, así como quienes se incorporan a las nuevas
realidades que propone el Plan Fénix.
El
centro contará con un gran estacionamiento para 170 vehículos,
en la manzana lindera a la del mercado y se estima que el propio
funcionamiento del área de frutas y verduras, no provocará
problemas de tránsito.
Ya
existe una zona de exclusión de camiones de gran porte, pero
además la gran operativa del mercado se seguirá realizando
temprano en las mañanas.
Las
esperanzas de un barrio casi abandonado
El
reciclaje del Mercado Agrícola forma parte de un amplio plan
urbano de recuperación y ordenamiento del barrio Goes, una
zona tradicional de Montevideo que en los últimos años
se ha visto afectada por un proceso de vaciamiento de población.
Junto al Mercado también se está realizando un gran
complejo de viviendas en lo que era la fábrica de Alpargatas,
que incluirá 425 apartamentos. En la zona también
se emplazarán más de 800 viviendas en cooperativas,
que determinarán la radicación de 2.000 personas.
En
la manzana lindera al mercado ya se desarrolla la cooperativa de
vivienda Covigoes, financiada por la Intendencia, que reúne
88 viviendas. A esta se agregan las cooperativas Covifame (empleados
de facultad de Medicina) y Covicoa (ex empleados de Alpargatas),
que sumarán 100 viviendas. También se proyecta la
cooperativa Coviadeom, integrada por funcionarios municipales, con
180 viviendas.
Así
la comuna pretende revitalizar una zona que cuenta con todos los
servicios básicos urbanos y que, sin embargo, cada vez tiene
menos habitantes. El barrio también ha sufrido un proceso
ininterrumpido de degradación física, algo que se
acentuó sobre todo en el área cercana al mercado,
luego de que un proyecto de ampliación del mismo se dilatara
indefinidamente. En 1944 la comuna de la época expropió
tres manzanas adyacentes al edificio; como el proyecto nunca se
concretó, las fincas expropiadas quedaron abandonadas y luego
fueron invadidas por ocupantes ilegales, lo cual profundizó
el proceso de deterioro.
Se
estima que los diferentes proyectos revitalizarán la zona,
mejoraran los valores inmobiliarios y generarán trabajo.
Los impulsores del nuevo Mercado también creen que éste
se transformará en un atractivo de primer nivel en la ciudad,
que junto al Palacio Legislativo, el Barrio Reus Norte y las Facultades
de Medicina y Química puede conformar un circuito turístico
de interés.
DESDE
EUROPA
El
30 de diciembre de 1906 se colocó la piedra fundamental del
Mercado Agrícola, en un terreno limitado por las actuales
calles José L. Terra, Juan José de Amézaga,
Ramón del Valle Inclán y Martín García,
donado por Carlos H. Crocker. La obra fue del arquitecto Antonio
Vázquez y fue habilitado el 30 de noviembre de 1912.
La
estructura de hierro (5.867 metros cuadrados) se había traído
de Europa. En Bruselas había servido para una Exposición
Ganadera, con lo cual se explica que un mercado en el que se vendían
frutas y verduras, adorne sus puertas con cabezas de vacuno. Su
definitivo emplazamiento y obras complementarias concluyeron en
1913.
En
ese momento Montevideo era una ciudad de 350.000 habitantes y el
país no llegaba a 1.300.000. Con la presencia del mercado,
el barrio Goes comenzó a prosperar. Las operaciones solían
realizarse en libras esterlinas o en monedas de oro brasileñas
y argentinas.
Durante
décadas y hasta la construcción del Mercado Modelo,
el Mercado Agrícola fue el principal centro de abastecimiento
de frutas, hortalizas y verduras de Montevideo.
En
1975 fue declarado Monumento Histórico Nacional y desde 1995
también es edificio de interés testimonial nombrado
por la Intendencia de Montevideo. Como tal no está permitido
realizar modificaciones a su estructura original.
La
estructura original en hierro y con cubierta liviana tiene una superficie
total de 6.950 m2. Está compuesta por una nave central de
41 x 73 metros, con 3.000 m2 de superficie y un cuerpo perimetral
de 14 metros de ancho. Dos cuerpos laterales de hormigón
armado (sobre las calles Martín García y Amézaga)
fueron agregados posteriormente y desvirtúan las características
originales del edificio, tapando las fachadas del mercado.
En
un plazo cercano a los dos años se convertirá en un
centro comercial y gastronómico, pero seguirá prestando
funciones como mercado agrícola, dividido en sectores para
la venta de frutas, verduras, plantas y flores. Se estima en tres
millones de dólares la inversión que se realizará
en el reciclaje.
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