Hospital en peligro .Desde que los laboratorios amenazaron con cortar el crédito, el principal centro de salud del país se encuentra al borde de la omisión de asistencia

El Clínicas en la sala de espera

En un año el nosocomio tiene 9 mil ingresos y egresos, 37 mil atenciones de emergencia y cien mil consultas

LUIS ROUX

El Clínicas es un sentimiento. Basta hablar con un paciente o un acompañante o un médico o una enfermera o la directora del hospital, para entender que lo que pasa en esos cien mil metros cuadrados es algo sagrado. Por sus 530 camas pasan más de nueve mil pacientes por año, otros 100 mil usan la consulta externa y 37 mil pasan por la emergencia.

Como hospital público, atiende a los que no pueden pagar la cuota de una mutualista y como hospital universitario allí están los alumnos y los profesores de prácticamente todas las especialidades; tiene Centros de Tratamiento Intensivo (CTI) específicos para diversas enfermedades y aplica tecnologías avanzadas y equipos multidisciplinarios para tratar los problemas más graves y complejos.

El Clínicas también es un centro de investigación, desde el microscopio electrónico hasta los quirófanos, y tiene como tradición estar a la vanguardia en tratamientos, intervenciones e incorporaciones tecnológicas. Tal vez lo más interesante de todo eso es que funciona. Y funciona bastante bien, a juzgar por lo que se dice de ambos lados del mostrador.

Así lo entiende María de los Angeles González (49), quien concurre todos los días al Clínicas desde hace un mes y medio, para acompañar a su marido Juan Manuel Vasini (48), que está en el CTI de nefrología.

La atención que recibe su marido es más que satisfactoria: "Excelente, desde el punto de vista médico y humano", advierte González. "Los medicamentos necesarios están y nunca he tenido que pagar absolutamente nada. Pregunté, pero me dijeron que no necesitaban".

González acude en los estrictos horarios de visita que permite un CTI, pero hay muchos que duermen y comen en el hospital. Llegaron desde distintas partes del interior para acompañar a familiares y el Clínicas los mantiene durante períodos que pueden llegar a contarse en meses.

Son gastos necesarios, que se realizan, según la directora Graciela Ubach, con "déficit cero", vale decir que no se gasta un peso más que lo asignado por el Parlamento. El problema es que la Tesorería General de la Nación tiene un atraso de más de 5 millones de dólares en liberar esas partidas y entonces cada compra se transforma en una puja entre el hospital y los proveedores.

Hace dos semanas los laboratorios anunciaron su decisión de cortar el crédito al Clínicas y entonces cundió la alarma. Si la amenaza se concretara, eso significaría la omisión de asistencia del principal centro de salud del Uruguay. Porque el Clínicas no dispone de efectivo, sino que se maneja con "crédito presupuestal", por el cual se emiten órdenes de compra.

Graciela Ubach afirma que eso no puede pasar, porque "el Clínicas es insustituible". Por eso Ubach lucha por cada uno de los tres mil ítems que compra el hospital como insumos para funcionar, desde víveres hasta medicamentos. "Si un proveedor me dice que no me puede entregar la mercadería yo le digo que lo ponga por escrito y yo voy a pedir otro precio, porque son cosas necesarias", afirma la directora.

Sin embargo Ubach comprende la situación de los proveedores: "Los laboratorios nacionales compran materia prima en dólares y los atrasos en los pagos les significan una gran pérdida de dinero, por efecto de la devaluación", explica. También entiende la situación de los proveedores más modestos, a los que los atrasos pueden hacerles cerrar.

Entonces la conclusión es inmediata: el Estado tiene que cumplir con el presupuesto votado por el Parlamento. "Yo no vivo en una burbuja y me doy cuenta perfectamente de la crisis en la que vivimos, pero hay cosas, y una de ellas es el Clínicas, en las que no se puede cortar ni ahorrar ni atrasarse. El Clínicas debe ser privilegiado", advierte Ubach.

MILAGRO. Hay algo que parece claro al hablar con la directora del Clínicas: la dirección va a luchar cuerpo a cuerpo contra quien sea para que el hospital mantenga todas sus funciones. Pero también queda claro que la pelea no se acaba en la dirección. Cada médico, nurse, enfermero, limpiador y empleado de vigilancia tiene la camiseta puesta. Lo ven los pacientes y sus acompañantes, y lo aprecian.

Gonzalo Medina (23) tiene a su madre muy grave, con leucemia, internada desde hace un mes en el hospital. Gonzalo asiste a los malabarismos que hacen médicos y enfermeras para resolver la falta de insumos elementales: "Por suerte a mi madre no le faltan los medicamentos, pero ayer no había circuitos y entonces le pusieron una aguja con el cañito del suero y por ahí le pasaban la medicación. Yo veo que las enfermeras hacen lo que pueden y a veces se sienten impotentes. El otro día no había novemina. Yo creo que nosotros, los acompañantes, tendríamos que salir a protestar junto a los médicos y enfermeros, porque a mí si me pidieran que comprara los remedios, tendría que salir a robar el supermercado de la esquina".

Los medicamentos esenciales están, por ahora. "Pero tenemos que estar buscando analgésicos, material blanco, suturas, catéteres; el de un piso le pregunta al de otro si tiene tal o cual cosa, y al otro día otra vez. Hay que repensar cuántas operaciones se pueden hacer por semana. Los médicos, ante la ausencia de elementos, aplican técnicas que obtienen los mismos resultados. Lo que se hace es magia. Deberían darle la orden al mérito a los trabajadores de este hospital", señala la directora Ubach.

Mientras tanto las listas de espera de pacientes en cada especialidad aumentan. En cardiología y neurología, la espera es de tres meses, en endocrinología, cuatro meses, y en oftalmología, seis, para dar algunos ejemplos.

Ante la situación, Ubach pretendía pedir un préstamo blando al Banco República, para hacer frente a los compromisos, y llegó a averiguar, pero el préstamo que le ofrecían no era tan blando, y además "el Clínicas no se puede endeudar por una situación que no generó".

Lo que pretende la directora es lograr que se pueda pagar los insumos en fecha de aquí en más, con garantía de la Tesorería, y que se negocien las deudas una por una. En ese panorama, Ubach lucha también para que se entienda la situación, sin añadirle un tono catastrófico: "Yo no quiero hacer terrorismo; lo último que quiero es que a la gente que está enferma y no tiene recursos, ahora se le diga que va a cerrar el hospital".

Ubach tampoco permite que se mire al Clínicas con lástima, como emblema de un pasado glorioso, hoy en decadencia: "Es el único hospital del país donde se hace cirugía de epilepsia. El Clínicas fue seleccionado porque es el único lugar que reúne dos condiciones: un equipo interdisciplinario muy complejo y una gran calificación del personal técnico. El 5 de junio se realizó el primer transplante renopancreático del Uruguay. El Clínicas fue pionero en múltiples áreas, y esa tónica de hospital escuela, de desarrollo, se mantiene".

Un poco de historia de un monumento

La directora del Clínicas realizó una semblanza histórica del hospital que dirige. A continuación una apretada síntesis "¿Qué tuvo diferente el Hospital de Clínicas?. En primer lugar, que se conformó como hospital docente desde su inicio. En segundo lugar que el Consejo de la Facultad de Medicina decidió que su Director fuera especialista en Administración Hospitalaria".

"Esto posibilitó que se aplicaran criterios científicos en su organización, tales como la centralización de los servicios de diagnóstico y tratamientos especiales (Laboratorio Central, Anatomía Patológica, Radiología), los servicios de atención técnicos no médicos como Enfermería, Farmacia, Nutrición y Dietética, Servicio Social, Odontología".

"Lo anterior fue la base para el desarrollo de especialidades antes consideradas complementarias, y un enfoque de trabajo multidisciplinario, con la concurrencia de otros profesionales del área de la salud".

"Un enfoque novedoso, reafirmado con la utilización de la Historia Clínica única, centralizada en el Departamento de Registros Médicos, que se aplicaba también por primera vez. Se puso en práctica una política de selección y desarrollo del personal que tuvo como resultado un conjunto de trabajadores docente y no docentes de alta calificación y con enorme compromiso institucional, lo cual era reconocido también a nivel internacional, concentrándose en el Clínicas becarios y pasantes de varios países del continente".

"El hospital fue pionero en tecnología. Uno de los ejemplos es el modelo de atención progresiva a las personas, agrupando los pacientes según las necesidades de cuidados que requerían, ya sea en salas generales, de cuidados intermedios o de cuidados intensivos. El primer CTI en el Uruguay, uno de los primeros de América, se inauguró en 1971 y fue en el Clínicas".

"Allí también se realizó el primer trasplante renal, la primera hemodiálisis, la primera cirugía cardíaca. Sus manuales de técnicas y procedimientos sirvieron de base para los de otras instituciones públicas y privadas. Funcionó como Hospital Escuela en toda su dimensión".