COPENHAGUE | La futura UE será un coloso de 25 países con una población superior a 450 millones de personas

La Unión Europea concretó la mayor expansión de su historia

Los líderes turcos se esforzaban por mantener la compostura ante el rechazo a su intento de ingresar en la UE

COPENHAGUE | I ANSA

La Unión Europea dio ayer aprobación definitiva a su ampliación a diez nuevos países —gran parte de los cuales pertenecientes al antiguo bloque comunista del Este— a partir del primero de mayo de 2004, una decisión histórica que demandó negociaciones intensas y muy complejas.

Al término de una jornada de intensas tratativas, con picos de auténtico psicodrama, el anuncio del ingreso al "club" de la próspera UE de Polonia, República Checa, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Malta y Chipre llegó en las últimas horas de la tarde.

Ese fue el resultado de la cumbre de Copenhague de los 15 países comunitarios, entre ellos el alemán Gerhard Schroeder, el británico Tony Blair, el italiano Silvio Berlusconi y el francés Jacques Chirac.

La islámica Turquía, un país fundamental en el contexto de la "nueva" Europa, terminó por otra parte aceptando amargamente que la Unión Europea decidirá sobre su eventual ingreso dentro de exactamente dos años, varios meses más tarde de lo que pretendía el gobierno de Ankara.

HISTORIA. Pero más allá del complicado "capítulo turco", la cumbre danesa quedará en la historia por la incorporación de diez nuevos países, decisión que se adoptó a casi 15 años de la caída del muro de Berlín.

La futura UE que sale de Copenhague es un coloso de 25 países —contra los 15 actuales— y una población de 450 millones —380 millones actuales—. La "factura" final de la ampliación quedó establecida en 40.500 millones de euros, un costo relativamente modesto si se piensa en la envergadura de la complicada operación.

Poco antes de la hora de la cena, mientras la noche ya había caído desde hacía tiempo en esta nórdica y gélida capital, ocho de los 10 países candidatos ya habían cerrado sus negociaciones: sólo quedaban fuera, envueltos en durísimas tratativas, Polonia y República Checa.

Con sus casi 39 millones de habitantes —de los cuales 15 millones viven en el campo— Polonia es sin duda el país de mayor peso del grupo de los diez aspirantes. Toda la nación siguió paso a paso las negociaciones sobre la ampliación, que por pura casualidad coincidió con el 21 aniversario del golpe impulsado por el general Jaruzelski contra el líder de Solidaridad, Lech Walesa.

El objetivo de los polacos era mejorar las condiciones financieras de su acceso, sobre todo en el delicadídismo punto de los subsidios y ayudas a su agricultura, que en muchos sectores está destinada a sucumbir ante la mayor competitividad de los productos de la "rica" Europa.

SUBSIDIOS. El tema del dinero a Polonia fue abordado una y otra vez en las repetidas reuniones que el premier danés y presidente de turno de la UE, Anders Fogh Rasmussen, tuvo con su colega de Varsovia, Leszek Miller.

Finalmente, la durísima pulseada desembocó en un acuerdo tras las últimas concesiones financieras por parte de los europeos a los polacos y a los checos.

Muy diferente fue el caso de Turquía, que por cierto no logró en Copenhague la meta que se había establecido, o sea fijar para los primeros meses de 2004 una fecha que pusiera en marcha su proceso de ampliación.

El gobierno turco recibió de muy mala gana la fecha finalmente decidida, que consideró como un auténtico "portazo" a sus expectativas para adherir a la UE, aunque según precisó el primer ministro, Abdullah Gul, Turquía seguirá "avanzando en el tema de las reformas", de hecho en el respeto de la democracia y los derechos humanos, que es lo que exigen a rajatabla las normas comunitarias para poder adherir a la UE.