RUGBY I URUGUAY VENCIO A CHILE POR 34 A 23, ES EL SEGUNDO DE LAS AMERICAS Y CONSIGUIO EL PASAJE PARA AUSTRALIA 2003

Al Mundial con un botín de oro

Con estadio repleto, los Teros cumplieron su mejor actuación deportiva de toda la historia

CEIBAL REGULES

Los Teros se metieron nuevamente en la Copa del Mundo, al superar por 34 a 23 a los Cóndores de Chile.

El Mundial de Australia 2003 era la meta celeste y la alcanzaron. Los rugbistas uruguayos, rematadamente amateurs, se suman a la Serie donde ya estaban clasificadas las encumbradas selecciones de Sudáfrica, Inglaterra y Samoa, restando aún el quinto participante, que será quien ocupe el tercer lugar de la Ronda de Europa. En dicha eliminatoria, que comienza el 21 del corriente mes, participan Irlanda, Italia, Rusia, España, Rumania y Georgia".

Los celestes tenían que ganar para llegar. Lo de ayer les permitió concretar una loca aspiración de muy pocos, pero que finalmente lograron involucrar a varios miles de hinchas. Fue para el asombro constatar que resultaron ser más de 7.500 personas gritando y alentando en el Parque Federico Saroldi. El público también jugó e impulsó fuertemente a quienes dentro de la cancha inmovilizaron a un difícil y bien preparado rival.

Fue una alegre tarde celeste, con un parcial de 28 a 6 al término de un primer tiempo donde ningún jugador de "Teros "cometió errores y además supieron anotar en todas las opciones posibles.

A PATADAS. El díscolo y siempre peligroso Juancho Menchaca llenó la cancha con sus 29 tantos, producto del trabajo silencioso de los entrenamientos. Juancho puso en funcionamiento su botín derecho con tal efectividad que el mismo tomó brillo propio y se transformó en el zapato de oro, con el cual anotó cinco penales, cuatro drops y además convirtió el try que apoyó Alfonso Cardoso, en imparable carrera.

Los Teros comenzaron el encuentro entrándole a fondo a Chile con ocho delanteros arroyadores y bien unidos en sus esfuerzos.

A los dos minutos de juego los visitantes cometieron un offside que el carismático botín derecho metió adentro.

Dos minutos después, con diferente libreto, el mismo ejecutante se paró detrás de sus delanteros y anotó el primero de los cuatro drops que cambiarían la cara a los rivales. A los nueve minutos otra patada a los palos de Menchaca puso el 9 a 0 que enseñaba una voluntad celeste de crear espacios para que los contrarios cometieran errores.

A los diez minutos de juego vino el try de Cardoso apoyado debajo de los palos y que también convirtió el goleador, sumando el 16 a 0 representativo de un dominio rugbístico total.

Vino un penal celeste, el descuento visitante, y luego siguió sumando Menchaca para finalizar con el parcial referido.

ATAQUE. Teros fue una máquina que atacó desde todas las posiciones. Los scrums eran seguros, los lines con dos torres inmarcables les permitía controlar los movimientos en la hilera, en los mauls arrasaban tragando metros de campo rival y en los rucks la pelota era celeste.

En las formaciones de los delanteros nacieron muchas de las cosas buenas. La primera línea contó con jugadores de gran nivel, donde Sánchez, Lamelas, Lemoine y en el complemento Berruti y Pérez, mostraron experiencia y obligaron a cambios en la alineación contraria. Los segunda líneas estuvieron en toda la cancha y sería injusto olvidar que Bado, Capó y Alzueta fueron además la espina dorsal de los scrums. La tercera línea mostró a los gigantes Brignoni y Grille en todo su poderío tackleando y recuperando pelotas, completando la formación un Gutiérrez muy metido en el partido, luego a un Ponte con muchas ganas de llegar a más.

Los Teros no se conformaron con jugar apretados, ampliaron la cancha con remates por las puntas, en el mayor despliegue rugbístico de su historia.

LECTURA JUSTA. Todo ejecutado con velocidad controlada, sin apresuramientos y sacando la ovalada a fuera para dar participación a los backs. La lectura del partido concretada por Caffera y Sebastián Aguirre puso a Uruguay en ataque, con la mano o mediante kicks bien ubicados por el apertura, poniendo en retroceso a los visitantes. A ello se sumó la veteranía de Diego Aguirre quien como capitán no dejó a nadie salirse de lo planificado y la disciplina posibilitó la actuación de un verdadero equipo.

Más no se podía pretender, por lo que en el complemento se bajó el ritmo, se cuidó el tanteador, todos marcaron con un despliegue efectivo y mucha concentración.

Uruguay logró integrar un equipo sin estrellas, donde todos aportaron al equipo y fue este la verdadera figura de la tarde. Los cambios no incidieron, más bien repusieron el aire para continuar con el ritmo del conjunto. Los tantos del goleador, nacieron todos del esfuerzo colectivo.

IMPOSIBLE. Chile descontó mediante tres tries, alguno producto de desatenciones nacidas en el cansancio y junto a la línea de touch, pero nunca pudieron llegar a emparejar el juego de los Teros.

El rival jerarquizó este triunfo inolvidable por la calidad del juego desplegado por Teros.

Merece especial mención Donald Curney, el árbitro irlandes que estuvo a la altura de un gran prtido de rugby. Actuó con gran equilibrio, fue justo y supo interpretar el verdadero espíritu del reglamento. Fue sin duda factor importante para una jornada plena de rugby. Lo acompañaron desde los touch, el australiano Peter Marshal y Pablo Deluca, el número uno de Argentina.