Perspectivas 2002 .Prevén crecimiento del 2%, sujeto a
la región .Bensión subrayó que Uruguay se
ha preparado para cualquier eventualidad .Destaca respaldo de
reservas
Optimismo pleno de cautela
El equipo económico
presentó metas para el año entrante, previendo una
moderada recuperación de la economía
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FORO.
Numerosos empresarios se dieron cita en Punta Cala para escuchar
al equipo económico
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El gobierno estima que,
si se mantienen las condiciones de hoy, en 2002 la economía
uruguaya crecerá al menos 2% lo que mejorará los niveles
de empleo. También decidió retomar la libertad para
que Uruguay negocie acuerdos comerciales con terceros países
y no aplicará los aumentos de aranceles previstos en el proceso
de convergencia del Mercosur.
Asimismo, adoptará
una política salarial "austera" para los funcionarios públicos,
aunque no supondrá rebajas, y se procurará que el
déficit fiscal no supere el 2,5% del Producto Interno Bruto
(PIB).
Además, se controlarán
otros componentes del gasto público intentando no afectar
la inversión, se licitará la atención médica
de los funcionarios bancarios oficiales para abatir en varios millones
de dólares sus costos, y estableció la meta de inflación
para 2002 entre 4,5% y 6,5%.
En cuanto al endeudamiento,
se procurará abatir su peso como porcentaje del PIB y por
ello se ha resuelto no realizar nuevas emisiones de Bonos en el
mercado local en lo que resta del año.
Estos fueron algunos
de los anuncios que realizó el ministro de Economía
y Finanzas, Alberto Bensión, al participar ayer en el tradicional
foro de fin de año de la Asociación Cristiana de Dirigentes
de Empresa (ACDE) que se realizó en el complejo Punta Cala,
y en el que disertó junto al director de la Oficina de Planeamiento
y Presupuesto, Ariel Davrieux, y el presidente del Banco Central
del Uruguay, César Rodríguez Batlle.
OTRA CAIDA. Bensión
afirmó que este año el PIB se contraerá por
tercer año consecutivo, alrededor del 1%.
El ministro dijo además
que el gobierno ha mantenido el control de gasto público
y que el componente discrecional del mismo se ubicaba en setiembre
un 3% por debajo de la meta acordada con el Fondo Monetario Internacional,
no obstante lo cual no se podrán cumplir las metas fiscales.
"En el trimestre cerrado
en setiembre tuvimos una insuficiencia del orden de U$S 40 millones,
por baja de la recaudación y a esta altura estamos estimando
un déficit fiscal para todo el año 2001 de un 3,8%
del PIB", reconoció.
Sobre la política
cambiaria, Bensión no adelantó ninguna modificación,
reivindicó las introducidas a mediados de año y destacó
sus efectos para mejorar la competitividad con Argentina y Estados
Unidos, un 15% y un 25% respectivamente.
Precisamente, en un momento
fue preguntado sobre el impacto de una eventual devaluación
argentina en nuestro país, y respondió que la economía
uruguaya se ha venido preparando para los diferentes escenarios,
que el 15% ganado frente a Argentina por medio de la política
cambiaria es una muestra de ello y un avance, y que el Banco Central
tiene reservas por U$S 3.000 millones que significan un fuerte respaldo
a las decisiones y políticas que eventualmente se implementen.
MERCOSUR. El secretario
de Estado dedicó buena parte de su intervención a
trazar lo que será la futura política hacia el Mercosur,
al que consideró seriamente afectado por los distintos regímenes
cambiarios de sus socios mayores.
En este sentido reivindicó
el derecho de Uruguay a realizar reclamos desde la autoridad moral
que le da su respeto a los compromisos asumidos.
"Va de suyo que ni Brasil
ni Argentina han provocado estas dificultades en forma deliberada:
la coordinación macroeconómica no estuvo nunca entre
las obligaciones del Mercosur; Argentina está haciendo todo
lo posible por salir de su situación actual y Brasil aplica
un sistema cambiario que entiende como el más conveniente.
Pero en estas condiciones, no sólo no funciona el comercio
intrarregional, sino que no es posible programar inversiones de
mediano y largo plazo", sostuvo.
"En el marco de estas
dificultades hemos mantenido una conducta impecable como socios
del Mercosur. Hemos sufrido los peores efectos de la situación
económica de los vecinos sin interponer ninguna acción
de represalia, ni hemos resistido públicamente esta situación
bajo la invocación fácil de nuestra pequeñez
o de la asimetría en la región", consideró.
REFLEXION. Buscando propiciar
un clima de reflexión en el Mercosur y recobrar margen de
maniobra, anunció un cambio estratégico relevante.
"Entendemos conveniente detener, sin desmantelar, el proceso hacia
el Arancel Externo Común, que debería tener una nueva
etapa de adecuación el próximo 1º de enero. Con
una visión más de fondo, vamos a plantear nuestra
posición sobre el tema cambiario con relación a nuestros
socios", anunció.
La decisión es
que Uruguay no aumentará el Arancel Externo Común
y negociará bilateralmente acuerdos comerciales con países
de fuera del bloque. También destacó que nuestro país
se reserva el derecho de --en caso de que se verifiquen desvíos
importantes en el tipo de cambio de sus socios del Mercosur y concretamente
Brasil-- adoptar medidas para corregir esta situación, que
pueden ser de estímulo o defensa de sectores específicos.
Por último, Bensión
confirmó que antes de fin de año se pondrán
a consideración parlamentaria dos proyectos de modernización
laboral.
Las complejidades de
un complicado escenario
* El ministro se mostró
sumamente cauteloso con respecto a la situación argentina
y no quiso analizar la posibilidad de que ese país salga
de la "convertibilidad".
"El gobierno argentino,
a través de su Presidente y su Ministro de Economía
ha hecho afirmaciones muy rotundas sobre la situación actual
y sobre el futuro: en particular ha enfatizado la permanencia y
la continuidad del plan de convertibilidad. Por lo tanto, ustedes
se dan cuenta de que sería una actitud impropia por parte
de nosotros como autoridades de un país tan próximo
que nos pusiéramos a debatir públicamente sobre tal
o cual eventualidad que claramente va en un sentido contrario a
los anuncios del gobierno argentino", señaló.
De todas formas, reflexionó
que los efectos adversos que Uruguay ha recibido históricamente
de la economía de sus vecinos se han visto compensados por
beneficios y que la situación en materia de intercambio comercial
con Argentina y Brasil ha llegado a un punto tal de deterioro, "que
es difícil concebir escenarios más complejos".
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