JORGE NASSER COMO SOLISTA

La milonga sicodélica

Hace casi una década Jorge Nasser, en plena consolidación de su banda "Níquel", decidía sacar un disco solista, producido nada menos que por Jaime Roos. Este año repitió la experiencia solista y convocó de nuevo a Jaime, quien junto a Rada, Sandra Mihanovich y Pepe Guerra son algunos de los invitados de lujo de "Efectos personales", un disco de baladas y milongas que presenta a otro Nasser, más reposado, más íntimo, pero con la calidad de siempre.

--Parece que el líder y letrista de "Níquel" necesita salir de la banda para contar otras cosas. ¿Por qué?

--Es porque toda la música que tengo adentro no cabe en la banda. Cuando escuchás este disco encontrás la respuesta, porque esta es una música que Níquel no puede hacer. Tiene que ver con determinados códigos que están en el disco a nivel de textos, muchas cosas que no estaría bien que las hiciera Níquel.

--Pero con Níquel ya habías hecho algunos experimentos similares a este sonido, por ejemplo en la serie de recitales del año 98 en la sala Vaz Ferreira...

--Níquel había llegado hasta la orilla de esto. Pero este disco es como salir al espacio exterior. En el pasado yo "obligué" al grupo a recorrer muchos kilómetros dentro de lo que son las composiciones y eso es muy peligroso para una banda de rock en un momento en que todo el mundo tiende a encasillar. El rock de hoy es absolutamente previsible salvo honrosas excepciones y entonces la mayoría de los artistas encuentran su veta y la agotan porque es la manera de identificarse.

--¿Qué historias querías contar en este disco? ¿Cómo se dio esa mezcla de temas propios y ajenos?

--Las historias son mías pero los textos, en algunos casos, son de otros. En este disco yo versionó algunas canciones que me hubiera gustado componer, porque están diciendo lo que yo estoy sintiendo. La selección de temas se fue dando sobre una base de estado de ánimo artístico. El disco es una especie de "manifestó" que rescata la tristeza y la melancolía, hay una sublevación conceptual. Yo quería que la milonga se viera de otra manera, yo acá estoy haciendo una milonga cósmica, una milonga sicodélica, dándole una inyección roquera para ver que pasaba. Y no te creas que es una idea loca y punto, es algo que vengo estudiando desde hace años, ha sido una tarea complicada que podía haber sucumbido, por el peligro de la cruza. Pero a mí me agarró una pasión impresionante y desde el año 95 cuando produje el disco del Cuarteto Zitarrosa que estaba acariciando esta idea, de explotar este sonido. Acá no hay nada que haya salido por casualidad, es un disco muy pensado, es el fruto de una maduración muy grande y de un enorme respeto por los estilos que estoy tocando.

--Aparecen en el disco tres temas de Mateo, músico al que produjiste en presentaciones en Buenos Aires pero con el que poco se encasilla tu obra anterior...

--En el caso de Mateo, por ejemplo, hice sus canciones porque me parecen maravillosas. Yo quería demostrar que era algo más que un músico extravagente y provocativo, quería mostrar al Mateo áureo, al que conocía a la perfección la mecánica de una canción, el gran compositor de canciones. Y encima de eso con el valor agregado de llevarlo a la milonga, porque sus composiciones son tan perfectas que soportaban cualquier ritmo.

--¿No creés que tomaste muchos riegos con este disco?

--En mi carrera el riesgo ha sido constante. Este disco sin dudas es el riesgo máximo. Por momentos me vienen estremecimientos de hasta cuando voy a poder seguir haciendo este tipo de cosas y seguir viviendo de la música. Pero el riesgo es uno de los ingredientes fundamentales del arte, el arte sin riesgo no es arte. La vida sin riesgo no es vida.

--¿Cómo se dio la elección de los músicos invitados?

--Era una manera de luchar contra conceptos preestablecidos de que tal no puede tocar con cual, que muchas veces son imposiciones de la industria musical. Si alguien pensaba que Sandra Mihanovich no podía cantar conmigo le demostré que no, porque para esa canción era necesaria una voz femenina y el resultado es espectacular, está sonando mucho en las radios, si es un hit es un hit bien intencionado, de origen noble. En el caso de Pepe Guerra es porque se trata del artista folclórico que toma más riesgos y además tiene la voz del macho uruguayo, entonces me parecía interesantísimo proponer los quiebres y los saltos que eran muy jugados para los dos. La clave de este disco ha sido tomar riesgos.

--¿No creés que este disco reperfila tu carrera y te lleva al campo del cantautor?

--Yo he deambulado entre líder de la banda de rock y el cantautor todo el tiempo. Yo me identifico más con la figura del escritor de canciones, y una vez que la canción está pronta busco la forma mejor de exponerla. Con este disco estoy entrando un poco más en la zona del cantautor, que es muy diferente a ser líder de una banda de rock. Creo que son momentos en la vida y hay que saber respetarse los momentos.

--¿Cómo fue la experiencia de grabar con tu hijo Francisco, que toca la batería en todos los temas?

--Francisco esta ahí por razones musicales, no por ser mi hijo. Era la persona con la sensibilidad indicada para hacer esa mezcla, además de que me llena de placer como padre. Tiene un enorme respeto por la milonga y eso que él tiene una banda de rap metal radical, pero acá demuestra una enorme apertura mental.

--¿Y dónde queda Niquel en todo esto?

--No necesariamente el hecho que haya hecho este disco le plantea una crisis de identidad a la banda. Me parece que son cosas que corren por carriles diferentes. Níquel ha cumplido 15 años y ha hecho todo lo que tenía que hacer, menos un recital de despedida. Entonces estamos pensando en eso, en un recital de despedida para despues entrar en un largo stand by donde tendremos mas tiempo para analizar en profundidad muchas cosas.

Gonzalo Sobral

Fotos: María Inés Hiriart

Suplemento Sábado Show - Sábado 3 de Octubre