Ciento treinta y cuatro lectores enviaron sus preguntas a Jorge da Silveira desde más de veinte países.

Uruguay debe rematar desde afuera y probar al arquero

A poco de partir hacia Ecuador y durante dos horas, el popular comentarista y columnista de El País, Jorge da Silveira, dialogó con los lectores de EL PAIS digital a partir de las preguntas que comenzaron a llegar a nuestra redacción desde el viernes 2. Fueron 134 lectores que desde una veintena de países comunicaron sus dudas, sus convicciones y su rebeldía.

Las preguntas dan cuenta de la preocupación de los aficionados ante los altibajos en el rendimiento de la selección nacional, así como de la incertidumbre ante las perspectivas clasificatorias, habida cuenta que quedan por delante dos partidos muy difíciles.

Las respuestas por su parte, no eludieron ninguno de los problemas planteados, ni redujeron la complejidad de la situación que rodea a la selección uruguaya. Tampoco, como puede apreciarse, se buscó la brevedad que podría dejar algunos aspectos ríspidos librados a interpretaciones ambiguas. Más bien fueron respuestas exhaustivas, completas, complejas. Respuestas que evidencian un profundo respeto por el lector.
El éxito que coronó este evento pionero, tratándose de medios uruguayos, seguramente nos alentará a proseguir en esta línea de interactividad, para permitir el contacto de los usuarios y lectores de EL PAIS con especialistas de la categoría de Jorge da Silveira.

Agradecemos una vez más a los lectores, su participación, esta vez más activa que de costumbre en la edición de EL PAIS digital. Respondieron como siempre a la confianza con que fueron convocados; con preguntas pertinentes y equilibradas. Sabiendo poner la distancia necesaria entre sus convicciones y un tema que como el fútbol, moviliza todas las emociones.

Y en nombre de los lectores y del equipo editor de EL PAIS digital, agradecemos la disposición y la generosidad de un profesional como Jorge da Silveira, que porque comprende la angustia del hincha, muchas veces incrementada por miles de kilómetros de distancia, se pone a su servicio para calmar la ansiedad ante instancias decisivas.

La celeste se juega mañana miércoles en Ecuador, una parada de las bravas. Como toda la afición deseamos gritar un triunfo. Pero ante todo deseamos no olvidar que se trata de una justa deportiva.

En cuanto a lo inmediato, que es el partido de mañana con Ecuador, la receta parece ser, dado que Uruguay tendrá la altura en su contra, "rematar desde fuera y probar al arquero". Pero sea cual sea el resultado, quedarán los juicios de Jorge da Silveira para reflexionar, con más calma, sobre la situación real de nuestro fútbol.

En síntesis


- Tenemos cada vez menos jugadores capaces de mostrar sus condiciones cuando más se requieren.
- Passarella consiguió cosas importantes: disciplina interna y apoyo para la selección. No logró su tercer objetivo que fue modificar el estilo de juego haciéndolo más técnico y superior en elaboración ofensiva.
- Si nos atenemos a los números, Púa obtuvo un número mayor de puntos.
- Un diagnóstico profundo de nuestro fútbol: se necesitan dirigentes que sepan lo que quieren, que contraten técnicos adecuados para hacer un fútbol diferente al que jugamos y fundamentalmente cambiar la mentalidad de nuestros jugadores.
- Púa juega un fútbol más conservador que el de Passarella, pero no menos efectivo.
- El problema más grande son nuestros jugadores que son incapaces de mantener un nivel de juego durante los 90 minutos, no saben graduar el ritmo, ni manejar el trámite de un partido. Eso no es culpa del técnico.
- Magallanes es una baja enorme; es el jugador con más clase que tenemos.
- El problema de la falta de personalidad de nuestros equipos no es atribuible a los técnicos.
- Si Uruguay entra quinto esto no significa que automáticamente estará en el Mundial. Australia va a ser un adversario dificilísimo.
- Francisco Casal es un empresario inteligente, ha abierto mercados y mejorado las condiciones de contratación de los jugadores uruguayos. Ha tenido lo que tiene porque se lo han permitido. Se ha transformado en un hombre poderoso y muchas veces el poder nubla y lleva a cometer errores. Creo que ningún monopolio es bueno.
- El fútbol uruguayo tiene un gran atraso en materia de dinámica en la individualidad de los jugadores y fundamentalmente en sentido colectivo.
- Un cambio en nuestra manera de jugar conlleva una profunda autocrítica y no la tenemos.


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