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HACIENDO
COLA PARA EL CERTIFICADO DE BUENA CONDUCTA
Yo me voy, yo me quedo
Cada mañana,
400 uruguayos se despiertan temprano para tramitar el certificado
de buena conducta. Muchos hacen el trámite para irse del
país.
GUSTAVO
ESCANLAR
--¿Y vos por qué
te querés ir?
--¿Y vos... ¿vos
querés quedarte acá?
Silvana Ruggia tiene
cara de sueño y 18 años recién cumplidos. Se
acaba de despertar para sacar el certificado de buena conducta,
un trámite imprescindible para obtener el pasaporte. No sabe
qué quiere hacer en la vida, pero sí sabe lo que no
quiere.
--No quiero quedarme
acá-- dice, con sueño y con bronca.
Señala a su alrededor
y pone cara de aburrida.
--Esto es Uruguay.
A su alrededor hay 50
personas, todas con las sábanas dibujadas en las caras, que
vinieron a hacer el mismo trámite que ella. La mayoría
son jóvenes. La mayoría no llega a los 20 años.
--Esto es Uruguay. ¿Qué
te parece?
Caras de sueño
y de desesperanza. Caras de sueños y de angustia. Silvana
sigue hablando, con bronca, convencida.
--Todo el mundo se quiere
ir. ¿Qué podés hacer en este país?
Las caras de sus compañeros
de trámite parecen darle la razón. Nadie está
contento, nadie ríe.
Un hombre de corbata
entrega números. Dan 400 por mañana. La oficina funciona
de 7 a 12, pero a las seis ya hay gente haciendo cola. No es necesario:
a las 11 no queda casi nadie.
--En estos dos años
la cosa siempre está más o menos igual. Siempre hay
gente temprano sacando número para el certificado-- dice
el hombre que da los números.
Otra mañana.
Llueve. Todos están sentados en sillas de plástico,
protegiéndose de la lluvia. Hasta el portero hoy está
adentro, deja que sea la misma gente la que se encargue de los números.
"El trámite es corto, demora 20, 25 minutos. Pero hoy se
colgó el sistema y la cosa está más lenta,
si no ya estaba todo el mundo afuera", dice.
Se le acerca un joven
a preguntarle si "acá se hace el trámite para portar
armas". Le contesta que no. "El trámite se hace en otro lugar.
Acá es para solicitar el certificado de buena conducta".
"Bueno, pero es un paso para el permiso". "Es un paso. Saque número
ahí". Además de para el pasaporte, para portar armas
legalmente se exige tener buena conducta.
La más rápida
Los negocios de "fotos
para pasaporte" van creciendo año a año. En la puerta
de cada quiosco cercano a Guadalupe y San Martín, en la puerta
mismo del galpón donde se realiza el trámite, hay
gente repartiendo volantes, anunciando "las únicas fotos
autorizadas para el pasaporte". Uno saca cuatro fotos por 30 pesos.
Ofrece además "fotografía para todo tipo de eventos".
La boutique Carol, sobre San Martín, emite, según
dice su volante, "las únicas fotos reglamentarias".
La muchacha que reparte
los volantes en la puerta lo hace "como una changa". No gana casi
nada --no quiere decir cuánto, pero dice que es muy poco--
y trabaja hace dos meses. "No voy a durar mucho acá". Lo
que gana la ayuda a comprarse un libro cada tanto. Estudia Ciencias
Económicas. "Yo también me quiero ir", dice. Se llama
Andrea. Tiene 22. Su compañera, que da volantes de un salón
competidor, se protege como puede de la lluvia con una enorme campera
azul y verde. "A veces las colas son enormes, dan vuelta la esquina".
Ella está allí, en las mañanas, hace más
de dos años. "Antes había tres o cuatro quioscos en
la vuelta. Ahora son como mil".
Otra mañana.
Hace frío. La gente espera al aire libre. Aunque va a ser
un día cálido y con sol, de primavera, a esta hora
nadie soporta la temperatura. Todos están con los brazos
cruzados, acurrucados, dándose un poco de calor.
Tres amigos ocupan seis
sillas de plástico y fuman un cigarro. "Yo estudié
en la UTU", dice Guzmán, uno de ellos. "Se supone que de
la UTU salís con un oficio aprendido, que vas a conseguir
laburo rápido. Pero hace un año y medio que me recibí
y nadie --nadie, te juro-- quiso darme una oportunidad". Sus amigos
lo miran y asienten. Es el líder, el de la idea de irse.
"Entonces me voy a un país donde me den bola, donde valoren
lo que sé hacer. Acá no se puede". "Qué país
de mierda", dice uno de sus amigos, el más flaco.
"Por qué número
van" y "Qué país de mierda" parecen ser las frases
que más se repiten.
La primera se contesta
sola: hay un cartel electrónico que se mueve de a cuatro
o cinco números cada 10, 15 minutos.
La segunda frase es,
aunque no lo parezca, algo más complicada: los jóvenes
que quieren tener el pasaporte pronto para irse parecen odiar y
amar, en partes iguales, al país en donde les tocó
nacer. "Claro que voy a extrañar cuando me vaya, man, qué
te pasa", dice Guzmán. "Peñarol, la rambla, mis viejos...
todo voy a extrañar... Pero qué se va a hacer, también
quiero vivir bien. Y acá no puedo". Se hace un silencio.
Su amigo, el más flaco, lo mira y repite su línea
en el guión: "Qué país de mierda, che". Él
también es de Peñarol, a él también
le gusta la rambla. Él también se quiere ir a España.
"Puedo trabajar en cualquier lado, man. En un supermercado, en un
taller mecánico, en una panadería, en un shopping.
Yo qué sé, de cualquier cosa puedo trabajar. En los
talleres mecánicos, allá, piden mucha mano de obra".
"Yo no me voy. Pero
tengo que renovar el pasaporte porque viajo con mucha frecuencia".
Quien habla es una periodista de 35 años, a punto de viajar
a Estados Unidos, a ver cómo luce Nueva York sin las torres
gemelas.
"A mí no me importa
nada. Yo viajo igual". Nadia Romano, de 25, ya quería irse
a vivir a Nueva York antes del atentado. No lo dudó un segundo:
sigue queriendo irse. "Tengo una prima que está allá
hace años y le va muy bien. Y lo que te tiene que pasar te
va a pasar estés donde estés, no importa el lugar".
Víctor Cabrera
no tiene planes en el corto plazo, pero igual quiere tener el pasaporte
pronto "por las dudas". Tuvo un hijo hace tres meses y no consigue
trabajo, "así que estuve hablando con mi compañera
y si pinta algo en algún lugar yo me voy y después
les mando la guita para el pasaje y que ellos vayan donde esté
yo".
La de Andrés
Martínez es una de las 400 historias de cada mañana.
Andrés estudió, trabajó, dejó de estudiar,
dejó de trabajar, se puso a trabajar de nuevo, volvió
a estudiar. Ahora dice "no puedo más". Tiene 24 años.
Y quiere irse cuanto antes. "Donde sea. España, Italia, Holanda...
donde pinte". No sabe qué va a hacer ni qué le espera.
Sabe, sí, que apenas tenga el pasaporte va a sacar pasaje
a Madrid con los pocos ahorros que logró hacer trabajando
en la feria. "1.200 dólares. No tengo nada más. Pero
chau chau adiós". Andrés está enojado con su
país. Dice que nunca tuvo oportunidades. Y que se muere de
envidia cada vez que ve el programa En tránsito, que muestra
a uruguayos viviendo en otros lugares. "En Nueva York había
uno con terrible auto, con terrible casa, diciendo que no vale la
pena irse. Es como dice Jaime Roos: ese se olvida las que pasaba
acá. Porque acá la gente es buena, tenés amigos,
todo lo que quieras, pero para tener ese auto y esa casa tenés
que salir a robar". Andrés se acaba de separar de su novia.
Y también culpa al país por su fracaso amoroso. "Sin
guita cualquier relación se desgasta. ¿Qué novia
podés tener si no tenés ni para llevarla al cine o
a cenar de vez en cuando?".
Sentada al lado de Andrés,
Romina también sueña con España. "No, yo no
es que tenga problemas económicos ni nada de eso. Me voy
sólo porque quiero hacer un posgrado en España y después
volver". Romina es licenciada en ciencias de la comunicación
y va a estudiar a la Universidad Complutense. "Acá lo que
no tenés son muchas posibilidades de aprender y progresar
más. Por eso voy a hacer el posgrado. Si después consigo
trabajo o no vamos a ver, eso ya es otro tema. Pero eso lo voy a
ver después que vuelva".
Volver o no volver
Andrea Menchaca es compañera
de Romina. No tiene todavía planes de irse del país
pero quiere tener el pasaporte pronto "por si pinta alguna beca
o algo así". "No nos podemos quejar de este país.
Acá tuvimos la oportunidad de estudiar, así que tenemos
que retribuir eso. Yo quiero irme, hacer algún curso afuera
y volver. No tengo planes de irme definitivamente".
Fabián Argañaraz
no. Él quiere irse para siempre. Hasta el año pasado
jugó al fútbol en las divisionales inferiores y este
año, a la hora de jugar, nadie le ofreció contrato.
"Quedé afuera", dice. Tiene 19 y "acá, si no arreglaste
con Tenfield, se te hace muy difícil arreglar. Me voy a Australia,
que tengo unos tíos allá, me pongo a entrenar en algún
cuadro y listo. Y mientras tanto laburo, que acá malvín
con el laburo también". Fabián estudiaba en Humanidades
pero abandonó a mitad del año pasado. Se va en noviembre,
dice, "si Dios quiere". Todavía tiene la esperanza, allá
en el fondo, de que algún relator, algún día,
diga "gol, gol, gol de Argañaraz".
Los dedos negros
En el galpón,
adentro, a los candidatos les toman los datos y las huellas digitales.
Trabajan seis personas, tres mujeres atendiendo, dos hombres tomando
las impresiones digitales, uno de portero, repartiendo números.
Después del trámite de dos o tres horas la gente sale
con los dedos manchados y un poco de bronca, como casi siempre que
se hace un trámite en una oficina pública. Ahora tienen
que esperar 48 horas o 15 días, según si eligieron
un trámite normal o urgente, si pagaron 40 o 165 pesos.
Hay una muchacha de
18 recién cumplidos que está sola, sentada y enchufada
a su walkman. Karen Müller no habla con nadie pero cada tanto
se sonríe. Está escuchando el programa de Petinatti.
Se lo graba una amiga, porque ella va al liceo de tarde. "La parte
que más me gusta es cuando llama a alguien que está
en otro país", dice. "La escucho y pienso 'dentro de unos
meses me va a estar llamando a mí". Karen está estudiando
para no llevarse ninguna materia a febrero y "terminar el liceo
en diciembre, así me voy enseguida después de las
vacaciones". Quiere pasar su último enero en el país
en Cabo Polonio y después irse a Holanda, donde tiene una
amiga. "Marina está allá estudiando y trabajando de
moza en un bar hace dos años y le está yendo bien.
Yo quiero hacer teatro y danza como ella y acá no me gusta
nada. Voy a probar allá. Capaz que me va bien, como a ella",
dice.
--Pero para trabajar
de moza en un bar podés quedarte acá.
--¿Sabés
cuánto gana ella de moza en un bar? Mil quinientos dólares
gana. ¿Acá para ganar 1.500 dólares qué
tenés que hacer? ¿Vos ganás 1.500 dólares?"
Karen saca conclusiones
históricas. "Mis abuelos vinieron acá a laburar y
eran más jóvenes que yo. Ahora es mi tiempo para irme".
"Sí, capaz que
un poco extraño, no te lo voy a negar... Pero cada vez hay
menos cosas para extrañar acá...". Sin quererlo, de
repente se le llenan los ojos de lágrimas. Para volver a
sonreír, para volver a estar sola, se pone de nuevo los auriculares,
vuelve a escuchar a Petinatti.
A Rossana Gómez
la acompaña su padre. La despertó, la llevó
en auto y ahora está ahí con ella. El ya tiene pasaporte,
pero, según dice Rossana "él no se va a ir ni ahí,
dice que ya está viejo, pero me da manija a mí para
que me vaya. Dice que tengo que irme ahora que soy joven, que si
no me voy cuanto antes me pierdo la oportunidad". El padre de Rossana
interviene de repente en la conversación. "Es así.
Mirá la malaria que hay, mirá qué oportunidades
tienen los jóvenes. Nada. Y es cada vez peor".
"Sí, papá,
pero yo por lo menos quiero terminar el liceo...", dice Rossana.
"Terminá el liceo
y después te vas..."
"¿Dónde
querés que vaya?"
"A cualquier lado, España,
Estados Unidos, a cualquier universidad donde se pueda estudiar.
¿O querés estudiar acá?"
En Uruguay se emite
un promedio de 200 pasaportes diarios. El récord se alcanzó
en setiembre del 2000, cuando se emitieron 7.485 en 30 días.
En todo el año 2000 se entregaron 61.296 pasaportes. Este
año, hasta agosto, se llevaban emitidos 40.696. En mayo se
emitieron 5.917, en junio 5.753, en julio 5.358 y en agosto 5.307.
"Sí, es una guita,
pero es una inversión", sonríe Fabián, dispuesto
a pagar 630 pesos por el trámite urgente del pasaporte con
la esperanza puesta en Australia. El tampoco se pierde ningún
capítulo de En tránsito. "Hay una cosa que me da un
poco de miedo", dice. "Vos ves a los tipos cómo la están
pasando allá y la mayoría está con bronca,
como resentido. Había uno, que estaba en Chile, que tenía
una amargura contra los chilenos que no se podía más.
Yo no quiero que me pase eso a mí. No quiero terminar así,
viejo, con bronca y escuchando el himno. Para eso me quedo acá".
Fabián reconoce
que, primero, se va a juntar con sus amigos uruguayos, para adaptarse,
"pero en cuanto pueda zafo y trato de insertarme allá. No
quiero ser de esos exiliados que se pasan juntando entre ellos,
comiendo asado y tomando mate, que no se abren para nada... ¿Entendés?".
Martes de lluvia
Es martes y llueve.
Los que hacen la cola no son todos jóvenes. Hay personas
de 30, de 40, de 50 años. "Yo estoy jugado. Me voy a probar
suerte a otro lado", dice Ramón Isasi, un hombre de 55 años
y pelo canoso. "Hice de todo en la vida, soy un animal de laburo.
Fui obrero de la construcción, carpintero, mozo, changador,
en una época, de atrevido nomás, laburé de
sanitario... Ahora no hay nada. Hay que irse, m'ijo". Ramón
suena más resignado que amargado. Tiene un primo "que le
va bien en Canadá, se fue hace 15 años, y ahora me
voy yo". Ramón tiene esposa e hijos, "pero los hijos ya están
grandes, ya están haciendo su vida, y a la patrona me la
llevo conmigo".
Otro hombre, acompañado
de su hija, se va indignado después de hacer el trámite
de pasaporte para los dos. "¿Usted va a escribir? Escriba,
escriba que no pueden atender a la gente en un galpón así,
con goteras, al aire libre, mojándose, chupando frío.
Escriba eso. Escriba que así es como echan a la gente del
país". Padre e hija quieren el pasaporte para irse juntos,
los dos, a España. Ella tiene 42. Él 64.
OPINAN
LOS LECTORES
¿Usted se queda
en Uruguay?
¿Usted se va?
Cientos de lectores respondieron
a la convocatoria realizada desde las páginas de QuePasa
y la edición digital de El País. Algunas de las respuestas
recibidas fueron:
Adrian Bottaro,
Montevideo
No me iría nunca,
la tierra natal no se abandona. Da el mismo trabajo progresar acá
que en cualquier parte del mundo.
Gabriela Ponteprino,
Montevideo
Me quedo porque tengo
la esperanza de que la situación del país cambie.
Además es un país tranquilo para criar a mi hija.
Y no quiero estar lejos de mi familia.
Nicolás Rodríguez,
Montevideo
Me voy a España
en marzo o abril del 2002 porque no puedo seguir viviendo para pagar
impuestos, consumir productos caros, pagar la nafta un 60% más
que en España y ganar un sueldo miserable. Estoy harto de
ser robado por el gobierno... Suerte para quien se quede en este
pobre país sin futuro.
Santiago Pírez,
Montevideo
Me quedo siempre que
tenga posibilidades de trabajar en el país. Estoy estudiando
para tratar de quedarme, pero si acá no se puede vivir, me
voy.
M.S.,
Punta del Este
Me iría si se
me presenta la oportunidad,porque año a año hay menos
posibilidades de progresar.
Rodrigo Larriera,
Montevideo
Me quedo porque es imposible
olvidarme de las costumbres.Prefiero ser un pobre alegre que un
rico nostálgico.
Mirtha Acevedo,
Montevideo
Me quedo porque aquí
está mi vida, mi familia, mi trabajo y no podría vivir
en ninguna otra parte del mundo. Con sus pros y sus contras, como
Uruguay no hay.
G.N.,
Canelones
Me quiero ir porque
soy una mujer de 42 años con dos hijos sin trabajo y con
deudas.
Juan José
Scalone,
Montevideo
Tengo 48 años
y me quedo. Creo que juntos mejoraremos el país. Es un deber
de mi generación dejarle a mis hijos y nietos un Uruguay
mejor. Creo que aquí sigue habiendo familias con valores
morales que no existen en otras partes. ¡¡Vamos todavía
que juntos podemos!!
Otto Müller,
Montevideo
Hoy más que nunca
queda claro que si bien sacrificamos algunas cosas materiales frente
a las posibilidades que ofrece el resto del mundo, aquí aún
hay esperanzas de vivir en paz. Pero no podemos descuidarnos, y
hay que trabajar para mejorar la educación, esa que en parte
perdimos, y así ser un ejemplo para el mundo, y poder así
proyectar esa paz.
E.Y.,
Tala
Me voy por la falta
de bienestar que siempre he deseado y no puedo conseguir. Con los
sueldos que cada vez bajan más y no tenemos opción
a reclamar nada ya que quedaríamos en la calle.
Marianella Ojeda,
Montevideo
Me quedo porque prefiero
trabajar 18 horas en mi país que trabajar 18 horas en un
pais extranjero y porque aquí está mi familia. Todos
deberíamos trabajar duro para sacar el país adelante.
La caridad bien entendida empieza por casa, ¿y dónde
vamos a estar mejor que con nuestros pares?
J.I.,
Punta del Este
Si me quedo es porque
apuesto a que en un futuro no muy lejano mejore la situación
económica y laboral del país. Pero me voy porque lo
que escribí anteriormente es una utopía.
Diego Cestau,
Ciudad de la Costa
Hace una semana regresé
de Estados Unidos después de haber vivido allí tres
meses con mi señora y mi hijo de 21 meses. La decisión
de volver la tomamos un par de semanas antes de los atentados. Aunque
parezca mentira ni mi señora ni yo pudimos conseguir trabajo.
Si Uruguay mejorara económicamente seríamos mejor
que Estados Unidos. Y para poder mejorar tendríamos que cambiar
la mentalidad mediocre que tenemos. No puede ser que un empresario
uruguayo, para poder hacer más plata en su negocio, le pague
lo menos posible a sus empleados, cuando la filosofía de
la economía estadounidense es tratar que los empleados ganen
lo suficiente para que puedan gastar y de este modo generar bienestar
para todos. Salvo lo económico este debe ser el mejor país
del mundo y por eso estoy decidido a quedarme y luchar para tratar
de cambiar.
Nelson Machado,
Chuy
Me quedo, ¿por
qué he de irme? Si bien hay crisis económica, hay
que sobrellevarla, porque es una crisis regional, no es culpa de
Uruguay. De hecho estamos mejor que los demás países
de la región.
Mercedes Silveira,
Castillos.
Me voy con mi marido
porque tenemos 22 y 26 años respectivamente y no tenemos
un buen trabajo. Acá en Castillos te matás trabajando
y te pagan chirolas. Mi marido trabaja de empleado en una veterinaria
ocho horas por día, hasta el sábado, y gana 1.500
pesos haciendo de todo: limpiando jaulas de pollos, cargando al
hombro bolsas de 50 kilos de raciones y hasta lavando el piso. Yo
estoy de pasantía en el BPS pero tengo trabajo hasta abril
del 2002, y justo entré cuando hicieron recortes de gastos
públicos, que sacaron todos los beneficios para las pasantías.
Amo este país, pero para la gente joven no hay futuro, así
que no queda otra que buscar por otro lado dejando atrás
nuestra familia y amigos.
M.G.,
Montevideo
Tengo 53 años
y no tengo más remedio que quedarme. Nací aquí
y me la tengo que bancar.
Eduardo Doldan,
Las Piedras
Teniendo trabajo no
hay como Uruguay En el extranjero se puede vive bien, pero se sufre
demasiado.
Miguel Angel Espejo,
Montevideo
Me quedo porque nací
aquí y aquí tengo mi familia. Es un país tranquilo
y seguro. La gente es más solidaria. Lástima que los
políticos piensan sólo en ellos y no en los problemas
de la gente. Se acuerdan de la gente un año antes de las
elecciones prometiéndoles trabajo. Eso es lo único
que le falta a mi país.
A.F.,
Montevideo
Me voy porque me estoy
muriendo de hambre y el gobierno no hace un carajo
Sebastián
Martínez,
no aclara la ciudad
Me quedo porque viajé
mucho y considero que Uruguay no es perfecto pero es único.
Es el mejor país para formar una familia, que sigue siendo
la base de la buena sociedad, de la sociedad segura. En otros lugares
la familia ya ni existe. Si nos vamos, lo único que hacemos
es hundir al país cada vez más. Es cierto que tenemos
que evolucionar en varios niveles, pero eso no implica que nos vayamos.
Francisco Olmos,
no indica la ciudad
Todos los países
tienen dificultades, solo que en algunos son más leves que
en otros. Ir a otro país a trabajar para otros me parece
de falsos.
Daniel Uría,
Montevideo
Me voy porque es un
país que nunca va a progresar por la forma de pensar del
uruguayo, no hace ni deja hacer. Somos tres millones de habitantes
y todos con proyectos distintos. Imagínense que en mi edificio
son 30 apartamentos y en las reuniones de copropietarios no nos
ponemos de acuerdo ninguno con ninguno. Nunca lograremos nada.
R.R.,
Solís de Mataojo
Soy de origen pobre
y Uruguay me dio la posiblidad de tener un título universitario.
Con él me he realizado y he formado una hermosa familia,
también pobre pero con mayores posibilidades. En agradecimiento
a mi país y porque él me necesita para continuar sembrando
una cuota de esperanza, nunca pensé en irme. Sé que
en otro lugar podría ganar mucho más dinero, pero
me arreglo aquí, como puedo.
A.R.,
Montevideo
Aunque hay quienes no
lo creen así, yo pienso que el Uruguay es posible. Tenemos
muchas cosas para mostrarle al mundo. Tengo fe que vamos a salir
adelante, porque nos lo merecemos todos los uruguayos de corazón,
que sentimos nuestra nacionalidad desde lo más profundo de
nuestra existencia. Quienes intentan emigrar buscando nuevos y legítimos
horizontes pueden comprobar que las oportunidades no son tan provechosas
como parecían. Además, esta es nuestra tierra.
V.T.,
Montevideo
Tengo 25 años
y me quedo. Me quedo porque confío en que vamos a poder salir
de la crisis regional que estamos viviendo. Confío en el
gobierno, que no tiene la culpa de que los jóvenes no quieran
estudiar, que no se preparen. Los estudios los van a precisar en
Uruguay y en todos lados. Claro, seguro que van a ganar más
en el exterior lavando pisos, sin estudios, pero que tengan muy
claro que eso es lo que van a hacer por el resto de sus vidas si
no se ponen otras metas. Se viven quejando de todo y prefieren apedrear
los liceos y después dicen que les dan poco presupuesto.
¿Para qué lo quieren? Si después lo malgastan.
Este es uno de los tantos factores que hace casi imposible que el
país avance, que sea positivo, más allá de
las acciones gubernamentales que pueden ser correctas o no. Pero...
también estamos los otros jóvenes, los que pensamos
que en Uruguay, con esfuerzo, se pueden hacer muchas cosas.
María Budelli,
Montevideo
Tengo 75 años
y quiero quedarme en mi Uruguay porque lo amo y respeto. Uruguay
es mi tierra, mi cielo, mi todo. Caminaré por sus calles
que son mías, cantaré a la belleza de sus playas y
su cielo, el Himno único y dulce que acaricia el alma...
Tierra linda que nos legaron con amor nuestros patriotas.
Miguel Cuestas,
no aclara ciudad
En Uruguay tengo TODO,
y no es riqueza ni propiedades, son familia, raíces y sueños.
Porque no quiero que a mis hijos se les peguen modismos extranjeros
ni costumbres opulentas, la vida tiene que ser más fácil
que eso. Porque no me gusta estar cerca de Estados Unidos, porque
me es incómoda una ciudad de 20 millones de personas, porque
está la rambla, porque se consigue yerba, y por un montón
de cosas...
Rafael Di Meo,
Maldonado
Me quedo porque para
pelearla en cualquier lado prefiero hacerlo en el país que
me dio lo poco que he logrado. Los países son su gente, no
los gobiernos de turno, y nuestro capital humano es invaluable a
pesar de nosotros mismos.
Irina Martínez,
Montevideo
Me quedo en Uruguay
porque tiene el mejor cuadro del mundo, el Club Nacional de Fútbol.
V.P.,
Melo
Me voy por falta de
trabajo y por el costo de vida muy elevado.
Gastón Bello,
Montevideo
Me quedo porque si bien
Uruguay tiene sus problemas, de todas formas es un país maravilloso,
con gente espectacular. Sería muy fácil decir "bueno,
me voy y los que se queden que se arreglen como puedan". Para mí,
hay que empujar todos juntos para adelante. Todos, con un granito
de arena que pongamos, haremos un médano.
Teresita Mailhos
de Piñeyrúa,
Barra de Carrasco
Me quedo porque esta
es nuestra Patria y debemos trabajar y luchar para sacarla adelante.
¿Abandonar el barco? ¡Nunca!
J.R.,
Montevideo
Me quedo porque me falta
un año y medio para jubilarme. Tengo 58 años y 43
de trabajo. Entiendo que nuestra vida ya está hecha. El problema
son los jóvenes, como mi hijo que tiene 23 años...
N.P.,
Montevideo
Me quedo porque no podría
estar mucho tiempo sin mi familia. Si todos nos fuéramos,
¿quién queda para luchar por este país que es
tan chico pero grande a su vez? Jamás pensé en irme
y no lo pienso ahora. Conozco gente que se ha ido y tengo familiares
fuera del país que extrañan y algunos pasan muy mal,
muy angustiados, extrañan, no se olvidan de nada.
LOS
URUGUAYOS QUE VIVEN EN EL EXTERIOR
Cientos de uruguayos
residentes en el extranjero explicaron por qué quieren volver
a Uruguay o por qué no. Algunas respuestas recibidas a través
de
El País
digital fueron estas.
Pedro Paz,
Australia
Volvería porque
es mi tierra, me crié ahí y mis conocimientos se los
debo a la enseñanza que se me brindó, el esfuerzo
de mis padres y su dedicación. Lamentablemente ahora es un
poco tarde para regresar. Los motivos son muchos: en ocho años
que llevo en Australia las posibilidades de hacer un montón
de cosas fueron más de las que se me dieron viviendo en mi
tierra 21 años.
J.C.R.,
Estados Unidos
Me fui hace 21 años
y viví 20 en Uruguay. Volvería para estar con mi gente,
para ir a ver al manya y la celeste, para escuchar a la gente que
te habla sin despreciar.
Leonardo Correa,
Estados Unidos
No volvería en
este momento. Siempre fui un obrero de la construcción y
nunca tuve la oportunidad de tener una vivienda digna ni estabilidad
en el trabajo para poder darle bienestar a mi familia.
G.S.,
Paraguay
Volvería porque
me encanta Uruguay, pero no lo hago por la situación económica,
y porque mis hijos nacieron e hicieron su vida acá.
P.C.,
República
Dominicana
Volvería porque
allí está toda mi familia, porque a pesar que cuando
uno está allí despotrica contra todo, cuando uno está
afuera se da cuenta que no es tan grave. Aspiramos invertir en Uruguay
lo que podamos ganar aquí, y así poder vivir y criar
nuestros hijos.
Eduardo Sasco,
Perú
Quiero a mi patria,
pero no volvería porque llevo aquí 20 años
y tengo todo aquí.
Pablo Galanena,
Israel
Volvería y me
iría y otra vez volvería y otra vez me iría
para al final alguna vez volver.
Maximiliano Navarro,
Estados Unidos
Volvería si un
milagro pasara, si el mundo cambiara, si el pobre fuese rico, si
hubiese trabajo, si hubiese alguien en quien creer en el gobierno,
si en los trabajos no te trataran como si fueras nada, si estudiar
tantos años diera sus frutos.
Atilio Lecuna,
Estados Unidos
No volvería porque
el trabajo no existe. Lamentablemente si querés progresar
te tenés que ir o vivís toda tu vida "corriendo la
coneja". Chau, el país se extraña como loco.
Ivonne Ricci de Ruiz
Díaz,
Venezuela
No hay sueño
más grande en mi vida que volver; pero no sé si hay
trabajo. Nunca vendimos nuestro hogar allá, porque siempre
pensamos volver.
Denisse Ipes,
Argentina
Volvería porque:
1) tengo a toda mi familia y amigos; 2) me gusta el estilo de vida
y la calidez de la gente; 3) me gusta su geografía y extraño
horrores los paisajes; 4) me gustaría criar a mis hijos en
mi país y que sean ¡URUGUAYOS!
Hugo Santana,
Canadá
Porque extraño
mucho después de 23 años, pero me inquieta el panorama
económico y la perspectiva de una victoria del Frente Amplio,
y quizás una revolución.
Cristina T. Bebelacqua,
Australia
Salí por falta
de futuro para mi hijo. Traté de volver dos veces. La primera
fue en 1983. A los cuatro meses tuve que retornar. No había
llevado dinero, fui con la ilusión de trabajar como los demás
uruguayos y no pude. La segunda vez fue en 1992. En esa oportunidad
fui con dinero, compré mi casa, el trabajo para mi esposo
(en Coetc), un auto y los muebles. Aunque todo estaba bien para
mí, mi hijo no podía conseguir un trabajo que le permitiera
vivir dignamente. Lo que ganaba no le permitía ni comprarse
ropa. Volvimos a Australia en 1996. Y aquí estoy sufriendo,
llorando por no poder estar en mi país, pero mis hijos están
primero que mi dolor. Mi querido Uruguay no cambia y no hay futuro.
Aquí mi hijo trabaja, paga alquiler, se compró auto
y moto con su sueldo.
Francisco Macedo
Gómez,
Israel
Volvería, por
la única razón que mis raíces son charrúas
y adoro a mi gente. Pero con tanta crueldad de los que dirigen al
país las esperanzas cada vez son menos....(continuará).
Catalina Ortiz,
Argentina
Extraño mucho.
Si tuviera un trabajo volvería volando a Montevideo.
Luján Coutinho,
Venezuela
Volvería porque
a pesar de todo lo que digan es el mejor país para vivir
en paz. Lo único que necesitamos es que abran fuentes de
trabajo, todo lo demás lo tiene.
Eduardo Gramoso,
Estados Unidos
Con el mismo trabajo
que tengo acá, nunca tendría el mismo nivel económico
en Uruguay. Claro que también extraño el carnaval,
la rambla, el estadio y a mi familia. Pero cada día que me
comunico con amigos, familia, leo los diarios o escucho las radios,
me convenzo que hoy no regresaría a vivir, sí a visitar
y llenarme de todas esas cosas que extraño.
Jesús Rodríguez,
Inglaterra
Todo obrero debe buscar
un lugar donde trabajar, comer bien y vestirse. No me importa la
bandera, mi tierra será siempre aquella que me dé
oportunidades para vivir bien y poder ayudar a mis padres ya que
los políticos en Uruguay lo que hacen es enriquecerse ellos
y el pueblo sigue sufriendo.
Sylvia Fernández,
Estados Unidos
Si en Uruguay pudiera
trabajar, no lo pienso dos veces. Vuelvo, ahí tengo todo
lo que amo y quiero. Extraño los olores de la ciudad que
el viento trae cuando va a llover o en primavera cuando todo empieza
a brotar. ¡Qué bonito es Montevideo en primavera! ¡Nuestra
gente!
G.F.,
Estados Unidos
Pensamos volver porque
Uruguay es lo mejor, aunque esté fundido. Acá no es
el paraíso como lo cuentan. Aparte, con todo esto de las
torres no da para más. ¡¡NO EMIGRE, URUGUAYO!!
Fabián Civetta,
España
Volvería si no
fuera por una cuestión económica. ¡¡¡COMO
EL URUGUAY NO HAY!!! ¡¡¡VAMO' ARRIBA COMPATRIOTAS!!!
Cecilia Matonte,
Estados Unidos
Soy de Montevideo y
hace sólo cinco meses (aunque para mi van como 30) que estoy
en Estados Unidos y realmente extraño muchísiiiiimoooo.
Extraño a MI PAIS, URUGUAY, a mi gente, mis costumbres, Peñarol,
los asados, el truco, el vino, el mate, pensar que voy a pasar el
verano lejos de Rocha, las fiestas... mejor lo dejo por acá,
si no terminaré volviendo mañana. Sí, ya sé,
ustedes se estarán preguntando: ¿y qué hace ahí?
Bernardo Wigozki,
Venezuela
Volvería porque
la educación, la cultura y el ambiente familiar no lo he
conseguido en 23 años viviendo en Venezuela. Pensamos con
mi esposa pasar nuestra vejez en Uruguay.
Martín E.
González,
España
En agosto regresé
a Montevideo de vacaciones luego de 20 meses fuera del país,
y me di cuenta de que las condiciones económicas y laborales
han empeorado. Vivo en Tenerife con mi esposa e hija (y hay uno
en camino) y deseo algo más para ellos que luchar por salir
adelante. En Europa no hay límites para el trabajo y el estudio.
Europa es lo que el Mercosur aún no es y quizás nunca
llegue a ser. "No soy de aquí, ni soy de allá", pero
emigrar ha sido la mejor decisión de mi vida.
Víctor Madera,
Brasil
Me vine a Brasil con
8 años. Aquí estudié, trabajo y crío
mis hijos. El corazón me apunta el regreso a mi tierra, pero
sé que es inviable cualquier mudanza.
Alejandro Lombardia,
Alemania
No volvería porque
me rompió el alma ver a 100.000 boludos en Mc Donald´s,
mientras los hermosos viejos bares cierran; porque no soporto la
perfidia de dos partidos "grandes" que impidieron un experimento
político, porque no soy amigo de convivir con gente que dice
que no hubo tortura, asesinatos, robo de niños, mientras
los culpables se pasean sin más; porque no me banco la mentira
de que algún día cambiará, el cuento ese ya
es muy viejo; porque no va a prosperar un país donde 50 tienen
todo, 100.000 los cuidan y el resto vive en el 50, en el 30 ...;
porque admiré al Batlle original y no a esta caricatura pseudointelectual
que se nos ríe y se las da de carismático. Porque
no se toleran la verdades y te califican de "bolche"; porque los
que abusan no abren paso a los demás, sino sólo a
sus discípulos. Qué raro, ¿no?, que afuera todos
prosperamos y ahí nos hundimos cada día más.
Me quedo acá, porque no soy boludo, me sobra la guita y me
cagaré de risa de todos allá, hasta el día
que me dejen volver a mi país, que es lo que más me
gustaría y no puedo, porque si no estaría en un tacho,
laburando por tres lucas. Chau.
Mariel López,
Estados Unidos
Aquí por lo menos
tengo una vida digna, aunque la carga de nostalgia que llevo conmigo
no es poco...
Christian Paulsen,
Chile
Volvería por
el fútbol, la familia, los amigos ¡y las minas, claro!
Marcelo Mondelli,
Inglaterra
Volveré porque
un país se hace con su gente, y sin gente es apenas un lugar
con coordenadas geográficas.
Rodrigo Beramendi,
España
No volvería por
lo difícil que es lograr allá lo que aquí uno
logra en seis meses.
Joaquín Castro,
Estados Unidos
No volvería porque
Uruguay nunca me dio ninguna oportunidad.
Leonel Pérez,
Estados Unidos
No pienso volver más.
Aquí está el futuro de mis hijos. En Uruguay trabajaba
mucho y no me daba para comer. Hace ocho años que salí
y estoy arrepentido de no haberme ido antes. Fue una pérdida
de tiempo haberme quedado tanto tiempo esperando un cambio. Uruguay
no cambia más. Yo le doy un mensaje a la juventud uruguaya:
si pueden emigrar háganlo. Se sufre un poco al principio,
pero después tienes la recompensa. Háganlo, por favor.
Héctor Flores,
España
Hace diez años
que vivo en Barcelona y todavía no he encontrado mi lugar.
Mi país es mi único lugar. Lástima que me di
cuenta después, volvería hoy mismo si pudiera. Poco
a poco nos vamos dando cuenta de lo difícil que es quedarse
y lo difícil que es volver. Seguiremos escuchando a Araca,
a Alfredo, mirando El País en Internet, colgando baldosas
de la vereda y matrículas uruguayas en nuestra casa... Yo
volvería porque es MI país, mi tierra. No es tan bueno
ésto, ni tan malo aquello.
L.V.,
Australia
Hace 30 años
que dejé mi país. ¿Estoy feliz? No. ¿Fue
una buena decisión? Económicamente, sí; espiritualmente
no. A esta altura de la vida sentimos que no tenemos patria. Porque
aquí no somos ni seremos nunca parte de la sociedad y cuando
hemos visitado Uruguay nos encontramos aislados, no somos parte
de la familia. Por eso a todos los que piensan en dejar su país;
deténganse y piensen varias veces qué van a hacer.
Trabajen fuerte en lo que sea, barrenderos, lavaplatos, limpiadores,
y traten de vivir en familia y amistad que es muy, muy, duro no
tener estas cosas que muchas veces de jóvenes no valoramos.
Líbano Rodríguez,
México.
No volvería porque
fui torturado por uruguayos. No volvería porque los uruguayos
piensan que son el ombligo del mundo. No volvería porque
ya lo dijo antes alguien más sabio que yo: "los uruguayos
son ingobernables". Eso que debiera ser una vergüenza y un
estigma, se agita como bandera de orgullo nacional. No volvería
porque la costra política llamada izquierda está decidida
a tomar el poder (y para desgracia lo logrará) Y por último
no volvería porque sencillamente, basta salir al mundo para
comprender la serie de mitos, supersticiones y estupideces que nos
han hecho creer.
J.L.,
Venezuela
Volvería y lo
primero que haría sería caminar por la rambla, que
extraño muchísimo, como los pan con grasa.
Roberto Peón,
Estados Unidos
Con 70 años y
jubilado, aquí pedí trabajo en un hospital y me aceptaron,
con el mismo sueldo que todos. El día que en cualquier país
de Sud América suceda esto, tal vez vuelva.
Rafael Mondino,
Italia
Hace siete años
vinimos con mi esposa. Al volver a Uruguay en el 96 descubrimos
que era exactamente lo mismo estar allí o acá. Hoy
que mi hijo está por cumplir 2 años no volvería
porque no me encuentro contento ni tranquilo en el momento de pensar
en el futuro. En Italia tengo muchas cosas, como El País
digital, la radio vía Internet, Recoba y Montero, que me
recuerdan a Uruguay. Desde hace un par de años compro la
yerba y el dulce de leche en Milán y ayer mi esposa encontró
mandarinas de Salto en el supermercado.
Alejandro Pereira,
Brasil
Somos tres uruguayos
y el nene que es brasileño. Me gustaría volver, pero
la guita tira más que una yunta de bueyes y en Uruguay no
podés mantener un nivel de vida. Si sacara la lotería,
vuelvo para poner un negocio y vivir tranquilo. De otra forma es
muy difícil.
Silvia Etcheverry,
Holanda
No volvería porque
no hay posibilidades laborales y eso me angustia muchísimo.
Si bien extraño mucho, acá encontré un país
tolerante y abierto para los extranjeros y soy muy feliz.
María José
García,
Estados Unidos
Siempre en mi mente
estuvo regresar. Pero me pregunto: ¿otra vez empezar de cero,
como cuando llegué aquí? Mi hijo mayor tiene 22 años
y el próximo año se recibe con un master en animación
por computadora. El menor quiere seguir los mismos pasos. Ambos
tienen muy desarrollado el arte, ¿qué harían
en Uruguay?, ¿dónde podrían desarrollar su profesión?
Nos acostumbramos a un ritmo de vida que allí no podríamos
tener. Se habla mucho de la fuga de talentos, pero ¿qué
se hace para que ésto no pase?. Claro que desde el fondo
de mi corazón quiero regresar. Pero no se puede.
Andrés Makukina,
Estados Unidos
A pesar de que vivo
en Boston, la tragedia de Nueva York me golpeó muy de cerca.
Me planteé si volver o quedarme, y aun no tengo respuesta.
A la distancia se valora lo que no se tiene,la sencillez de caminar
por nuestras calles, de andar por 18, disfrutar de un helado en
la plaza Independencia. Disfrútenlo ustedes que sí
lo tienen. Cualquier cosa que hagan, siempre van a perder algo.
ESPAÑA
SI, ESTADOS UNIDOS NO
Los
números del éxodo
UNA ENCUESTA REALIZADA
por la Consultora Datos para QuePasa reveló que 7 de cada
10 montevideanos (71%) conocen a alguien que se quiere ir del país.
Pero el 63% de los montevideanos nunca pensó todavía
en irse de Uruguay.
El porcentaje de montevideanos
que conoce a alguien que se haya ido o esté pensando en irse
del país es mayor entre los más jóvenes: el
80% de los menores de 29 años están en esa condición,
igual que el 85% de los estudiantes universitarios.
La mayoría considera
que la gente se va del Uruguay por la falta de trabajo (73%) y por
la crisis económica (18%).
La mayoría, aun
los que no piensan en irse (65%), creen que la vida en el exterior
será mejor que en Uruguay. El porcentaje disminuyó
respecto al año 2000, en que el porcentaje de los que pensaba
que les iría mejor en otro lado era de 69%. El 82% de los
menores de 29 años piensa que viviría mejor en otro
lado.
El país elegido
como el mejor para vivir es España (36%). El porcentaje de
los creen que Estados Unidos es el mejor país para emigrar
cayó sensiblemente respecto a una encuesta similar realizada
el año pasado, cuando un 33% lo había elegido: ahora
sólo el 18%.
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