COYUNTURA | EL SECTOR PUBLICO QUIERE SEGUIR VIVIENDO COMO SI LOS INGRESOS FUERAN LOS MISMOS DE 1998

Déficit fiscal anual de U$S 800-900: se financia totalmente con deuda externa

Ahora el gobierno sólo atina a seguir endeudándose. Cuando no consiga más crédito, le será mucho más duro llevar a cabo el ajuste.

Al ser entrevistado por ECONOMIA & MERCADO, el reconocido economista Dr. Michele Santo no ocultó su preocupación por la cifra descomunal de incremento anual del endeudamiento externo de Uruguay, mediante el cual se viene financiando un abultado déficit fiscal que se mantiene incambiado desde 1999. La dificultad básica radica en la estructura del gasto del Estado porque el sector público no ha sido capaz por sus propias rigideces de ajustarse al cambio en la actual coyuntura como sí lo ha debido hacer el sector privado, sostuvo Santo. Por otra parte, el sistema político no quiere reconocer que el país es mucho más pobre de lo que era hace tres años y que no se puede seguir manteniendo el actual tamaño del Estado, mientras las empresas privadas viven un proceso de contracción permanente, dijo.

--¿Cómo evalúa la situación de las cuentas fiscales en Uruguay?

--Desde hace tres años las cuentas públicas están sufriendo las consecuencias de la contracción económica del país, lo cual tiene un impacto inevitable y directo sobre los ingresos fiscales. Como el gasto tiene una rigidez estructural muy importante en Uruguay, eso lleva a que el déficit fiscal se amplíe de una manera significativa. Basta recordar lo que fue el cambio de la situación fiscal entre 1998 y 1999, al haberse pasado de un déficit muy pequeño --menor al 1% del PBI-- a un desequilibrio superior a 4% del producto. Con algunos altibajos, este nivel se ha mantenido incambiado desde entonces, a pesar de algunas medidas de ajuste que tomó el gobierno del Dr. Batlle en base a recortes muy fuertes en la inversión pública durante los años 2000 y 2001 y en los gastos de funcionamiento, así como a los ajustes en los ingresos a través de algunas modificaciones impositivas y de las subas de las tarifas públicas.

--¿Cuál es el aspecto más preocupante del actual déficit fiscal?

--Desde 1999 estamos teniendo un déficit anual del orden de los U$S 800-900 millones que se está financiando totalmente con endeudamiento externo porque, dada la reducción de la inflación en Uruguay en los últimos años, es imposible recurrir al impuesto inflacionario para financiar la brecha fiscal. Es así que la deuda pública está registrando un incremento sustancial, con todos los problemas que eso trae aparejado para el futuro. A este ritmo, la administración del Dr. Batlle va a aumentar la deuda externa en U$S 4.000 millones o más en sus cinco años de gobierno, lo cual es una cifra descomunal que debería hacer reflexionar a todos los uruguayos.

--¿Hasta qué grado el gobierno uruguayo puede seguir endeudándose?

--El sector público siempre corre con la ventaja de que le es más fácil conseguir financiamiento, es decir endeudarse, para pasar los períodos malos en comparación a lo que puede hacer el sector privado, pero se llega a un punto en donde esa mayor capacidad de endeudamiento del gobierno se pone en tela de juicio. Lo que está ocurriendo en Argentina es quizás el ejemplo extremo de que tampoco un gobierno puede seguir tomando deuda de manera permanente. Hasta ahora, básicamente, lo que el gobierno uruguayo ha hecho es financiar el enorme desequilibrio fiscal a través de la emisión de deuda pública, aprovechando el investment grade del cual todavía goza el país. Cabe consignar que ya ha habido advertencias importantes de las calificadoras internacionales de que si no hay un cambio importante en las perspectivas fiscales y de crecimiento económico del país, esa nota difícilmente se pueda sostener en el futuro.

--¿Puede empezar a compararse el nivel de endeudamiento de Uruguay con los de Argentina y Brasil?

--Uruguay está todavía lejos de una situación como la de Argentina o de Brasil en cuanto a niveles absolutos. Sin embargo, es muy preocupante el ritmo al que viene aumentando el endeudamiento porque, en el caso concreto de nuestro país, existen ciertos aspectos que pueden agravar mucho el panorama como, por ejemplo, que el 100% de la deuda emitida por Uruguay es en dólares. Y esto genera problemas importantes para el futuro porque todo el mundo coincide en que el país debe mejorar su competitividad, aunque no existe acuerdo en cómo lograrlo. El hecho de que Uruguay sea más competitivo implica, por definición, que el poder de compra del dólar tendrá que subir, sea por una fuerte deflación de los precios y costos internos --lo que tendría efectos muy negativos sobre la recaudación de impuestos en términos nominales-- o porque el valor del dólar va a aumentar, o por una combinación de ambas alternativas. En ese caso, la carga del servicio de la deuda será mucho más pesada porque, si el país está endeudado en dólares y si esa moneda se valoriza en términos de su poder de compra, el servicio de la deuda tanto pública como privada pasará a ser mucho más costoso.

--¿Cómo se podría detener este proceso de endeudamiento?

--La única luz al final del túnel es que el escenario externo en un cierto período cambie de manera sustancial a favor de Uruguay y de la región, generando una mejora en el nivel de ingresos del país en base a una mejora endógena en los términos de intercambio sin mayor esfuerzo doméstico. Si eso no se da, tenemos que ser muy conscientes de la magnitud de la hipoteca que le estamos poniendo al país por este comportamiento del sector público, que quiere seguir viviendo como si el nivel de ingreso fuera el mismo de 1998, cuando hoy es mucho más bajo y, lamentablemente, las perspectivas de volver a aquel nivel son muy exiguas en el corto plazo.

Recesión más extensa

--Al comienzo de esta entrevista Ud. atribuía el abultado déficit fiscal al período recesivo que atraviesa la economía uruguaya. ¿Considera que esta recesión es sólo coyuntural?

--Todo indica que el causante fundamental del deterioro fiscal es el cambio en la coyuntura económica. No obstante, hay que ser cuidadoso con el uso del término "coyuntura" porque puede interpretarse que la situación que vive hoy Uruguay es transitoria. El gran problema es que este cambio supuestamente coyuntural se está pareciendo cada vez más a un fenómeno permanente, que es lo que genera la dificultad. Si realmente se estuviera ante un fenómeno esencialmente transitorio, uno podría preocuparse bastante menos de un desequilibrio fiscal importante que se financia con endeudamiento porque se sabe que, tarde o temprano, la situación va a volver a la normalidad con un crecimiento sustancial de la economía y con la consiguiente mejora de la recaudación impositiva, que va a permitir repagar la deuda que se incurre en el momento en el cual la situación empeora. Lamentablemente, la sucesión de shocks externos negativos que el país ha recibido desde la devaluación del real en enero de 1999 muestra una duración de la recesión mucho más extensa de la que todos desearíamos. Creo que la mayoría de los analistas económicos en Uruguay estamos concordando con una posición en la cual se le da al cambio en el contexto externo una permanencia mayor a la que se le otorgó en un primer momento.

Reducción del gasto público

--¿Cómo se podría evitar un mayor deterioro de las cuentas fiscales?

--La dificultad básica radica en la estructura del gasto público en Uruguay, porque el sector público no ha sido capaz por sus propias rigideces de ajustarse al cambio en la coyuntura como sí lo ha debido hacer el sector privado. Si se observan los números del gasto a nivel del gobierno central o de la Tesorería --porque no hay buena información con respecto a lo que está pasando con los gobiernos municipales--, prácticamente el 62% del mismo consiste en remuneraciones y transferencias a la seguridad social. Si se le agregan los pagos de intereses sobre la deuda pública, que han estado creciendo de una manera muy importante, se tiene que un 75% del gasto público total está compuesto por tres rubros: sueldos, transferencias a la seguridad social e intereses de la deuda, que, en principio, resultan muy difícil de tocar.

Eso deja un 25% para los gastos de funcionamiento, transferencias e inversión pública, donde este último componente ha sufrido una reducción muy significativa, estando hoy a niveles mínimos históricos de ejecución. Por lo tanto, para conseguir una mejora importante en la situación fiscal, no hay más remedio que echarle mano al gasto en remuneraciones y en seguridad social mediante un aumento del impuesto a las retribuciones personales porque nadie en su sano juicio puede plantear que Uruguay deje de pagar los intereses de su deuda pública o busque cambios en el financiamiento de la misma.

--¿Es factible que se encare una reducción del gasto por el lado de los salarios del sector público?

--El ajuste del gasto en remuneraciones presenta serias dificultades en el plano político porque no se puede reducir el número de empleados públicos debido a la inamovilidad y tampoco el gobierno se ha planteado la posibilidad de reducir sueldos. Por consiguiente, estamos en una situación muy difícil --como dicen los norteamericanos, entre una roca y una pared-- porque no hay capacidad de reacción ninguna. El sistema político uruguayo no quiere reconocer que el país es muchísimo más pobre de lo que era hace tres años y que, además, esa pérdida de riqueza tiene una permanencia mucho más grande de la que todos desearíamos. A su vez, el gobierno sólo atina a seguir endeudándose mientras pueda conseguir crédito. Cuando no se le preste más, va a ser mucho más duro llevar a cabo el ajuste.

Metas fiscales

--¿No sería necesario que el gobierno uruguayo fijase un objetivo de déficit cero como lo ha hecho el de Argentina?

--Siempre es saludable tratar de no gastar más de lo que se dispone, pero el objetivo del déficit cero no tiene ningún sentido, sobre todo si se le piensa desde el punto de vista de algún rol de la política fiscal para tratar de mitigar las fluctuaciones económicas (donde normalmente se piensa en la posibilidad de tolerar algún nivel de déficit en los períodos recesivos que se compensen con los superávits generados en los períodos de gran expansión económica), más allá de la discusión teórica que se puede hacer acerca de su efectividad.

En cambio, el déficit cero en Argentina es una cuestión de imperiosa necesidad. La dura realidad de que nadie le presta a ese país le impuso al gobierno del Dr. de la Rúa el objetivo de déficit cero. No creo que ese sea el caso de Uruguay, que podría perfectamente convivir con un déficit del 1%-2% del PBI como máximo en un contexto de recesión como el actual. Ese nivel de déficit se compensaría con los superávits que se generen cuando la economía se expanda y se busque el equilibrio presupuestal intertemporalmente, es decir a lo largo del ciclo económico con superávits en las épocas de auge --cosa que lamentablemente no se hizo en los períodos 1991-94 y 1996-98-- y con déficits en las épocas de contracción económica. Por lo tanto, no creo que sea viable ni razonable para Uruguay o cualquier otro país plantearse una meta de déficit cero todos los años.

--El gobierno uruguayo recientemente ha elevado la meta de déficit fiscal de 2.6% del PBI a 3.3%-3.5% para este año. ¿Qué puede esperarse para el próximo año en esta materia?

--Los últimos datos disponibles a julio pasado indican que se viene registrando un déficit superior al 4% del PBI en los últimos meses, con lo cual las medidas de ajuste que esbozó el ministro Bensión apuntaban a una reducción del gasto en unos U$S 130 millones a los efectos de que hacia fin de año se alcance un déficit de 3.4%-3.5% del PBI.

Si no hay una reactivación económica suficientemente fuerte, la cual aparece cada vez más lejana vista la situación regional, y si no hay un recorte del gasto importante, será muy difícil que se logren mejoras fiscales significativas el año próximo.

Aliviar la carga impositiva

--¿No se podría modificar el sistema tributario para reducir el costo país?

--La mejor contribución que el sector público puede hacer a la recuperación de la competitividad de la economía sería que aliviara la carga impositiva que le ha impuesto al sector privado, particularmente los tributos que afectan los costos de producción como, por ejemplo, los aportes patronales a la seguridad social que encarecen la mano de obra, los impuestos explícitos e implícitos que están incluidos en las tarifas públicas, etc. Si Uruguay pudiera tener precios de energía y comunicaciones similares a los que se cobran a nivel internacional y eliminar los aportes patronales sobre la mano de obra en todos los sectores, la transferencia de ingresos que le haría el sector público al sector privado sería muy importante, mejorando de manera significativa la rentabilidad y competitividad de las empresas privadas para que éstas pudieran a su vez incrementar sus niveles de actividad, inversión y empleo de mano de obra, único camino viable para poder salir de la actual depresión económica. Pero para poder bajar esos impuestos, es menester bajar el gasto público porque se parte de un agujero fiscal muy grande. Pensar en reducir impuestos con un déficit de más de 4% del PBI, con un aumento del endeudamiento de más de U$S 800 millones anuales y sin generar una reducción equivalente del gasto público, es una utopía. En ese punto, el país está trancado desde varios años porque el sistema político no quiere asumir el costo político --valga la redundancia--de reconocer que el país es mucho más pobre de lo que era hace tres años y que no puede seguir manteniendo el actual tamaño del Estado, mientras el sector privado vive un proceso de contracción permanente.

--¿Qué efectos tendrá la generalización de la tasa del IVA propuesta por el ministro Bensión?

--El gobierno ha planteado algo muy sensato que es la generalización y reducción de la tasa del IVA hasta llegar a niveles del 15% en los próximos años. Al menos en ese planteo está pensado que haya un impacto recaudatorio neutro. Eso tiene mucho sentido común porque la solución no radica en aumentar los ingresos, sino en bajar el gasto, cuyo tamaño es el más alto en América Latina, que constituye la pesada cruz que carga la economía uruguaya y que tiene que financiar el sector privado.


Política cambiaria en función de los acontecimientos de la región

* --El gobierno ha anunciado que se continuará con la actual política cambiaria hasta mediados del año próximo. ¿Una rectificación de la política cambiaria podría contribuir a la baja del costo país?

--La política cambiaria ha sido una de las áreas en las que el gobierno ha actuado mejor. La modificación cambiaria que se introdujo en junio pasado, acelerando el ritmo de devaluación y ampliando la banda de flotación, básicamente buscó compensar en el segundo semestre el impacto del llamado "factor de empalme" creado por el ministro Cavallo en Argentina. Es muy difícil, si no imposible, para el gobierno uruguayo moverse más aceleradamente en materia cambiaria sin saber a ciencia cierta cuál será el escenario regional en el corto plazo. Las interrogantes que se plantean son enormes como, por ejemplo, el mantenimiento o no de la convertibilidad del peso argentino, la eventual modificación de la paridad uno a uno, la inclusión de otras divisas en la canasta de monedas, lo cual podría generar una devaluación implícita en el vecino país, o el nivel de depreciación del real en Brasil.

El manejo de la política cambiaria uruguaya tendrá que estar en función de cómo se desarrollen los acontecimientos a nivel de la región, lo cual nos lleva de vuelta a que el gobierno debe encauzar todos sus esfuerzos en el corto plazo al ajuste fiscal, el que tendrá que ser hecho independientemente de lo que ocurra a nivel de las políticas cambiarias de los países de la región. En todo caso, alteraciones de la convertibilidad o una mayor devaluación de Brasil impondrán la necesidad de un recorte del gasto público más fuerte. Si bien se puede discutir que la magnitud del ajuste fiscal será mayor o menor de acuerdo con lo que sucede en Argentina o Brasil, es indudable que de cualquier manera hay que encarar la solución por ese lado.

En resumen, haber extendido el horizonte temporal de la política cambiaria hasta mediados del año próximo va en el buen sentido, con la salvedad de que si se produce una alteración importante en las reglas de juego en la región, Uruguay tendrá que seguir detrás de inmediato. Además, la flexibilidad que introdujo recientemente el gobierno en la política cambiaria también va a facilitar que se acelere el ajuste externo en cuanto a la mejora de la competitividad.

--¿El BCU puede asegurar que con sus reservas actuales será capaz de enfrentar una corrida hacia el dólar con una banda cambiaria del 6%?

--En el corto plazo, las reservas del BCU tienen el nivel suficiente como para enfrentar cualquier tipo de corrida frente al dólar. El problema es, otra vez, la situación fiscal. A mediados de 1981 también se decía que las reservas monetarias del país eran inexpugnables y que la relación entre reservas y pesos en circulación era aproximadamente de tres a uno. Pero cuando se tiene que emitir billetes todos los meses para pagar un déficit fiscal descomunal y el público cambia indefectiblemente esos billetes por dólares al BCU, no hay reservas que aguanten si no se corrige la situación fiscal. No obstante, en las coordenadas actuales, con el déficit fiscal que tiene el país y el nivel de reservas de la Autoridad Monetaria, a corto plazo el BCU está en condiciones de mantener la banda cambiaria contra cualquier ataque especulativo que pueda darse.

--¿Sería viable una eliminación de la banda cambiaria dejando flotar al peso para mediados del año 2002?

--Es muy difícil tener una flotación libre en un país tan dolarizado y en el cual el sector público tiene una incidencia tan fuerte en el mercado de cambios. Nuestra experiencia con la flotación no ha sido muy buena, por lo cual hubo muy pocos períodos de flotación pura. El último que recuerdo funcionó luego del quiebre de la "tablita" y duró algunos meses, aunque la moneda no flotó de una manera muy limpia sino que lo hizo dentro de un esquema de flotación sucia, siendo muy grande el grado de intervención del sector público directamente en el mercado de cambios e indirectamente mediante la tasa de interés. En consecuencia, se debe analizar con mucho cuidado la opción de una flotación porque habría que fijar claramente las condiciones operativas del sector público en ese contexto. Sí creo en que hay otras alternativas a la flotación como podrían ser la creación de una nueva banda más arriba, la fijación del tipo de cambio a un nivel más alto, una devalaución en escalón y luego pasar a un régimen de "tablita" con un ritmo de devaluación descendente, etc. Aunque no descartaría totalmente la flotación pura, creo que de irse a un esquema de ese tipo hay que fijar reglas muy claras respecto a las compras de divisas del sector público y la política de tasa de interés y operaciones de mercado abierto a seguir.


Ajuste permanente del sector privado

--¿El Estado no ha contribuido con el ajuste?

--El aumento de la desocupación, las rebajas de sueldos más significativas y la enorme pérdida de rentabilidad de las empresas se ha dado en el sector privado. Mientras tanto, las empresas estatales están agravando la situación del sector privado al fijar tarifas en los servicios públicos mucho más altas de las que se podrían cobrar a los efectos de transferir más recursos al Estado, que tiene que seguir pagando un nivel de gastos que no es capaz de reducir.

No me queda ninguna duda de que el sector público no ha hecho absolutamente nada para ayudar al sector privado. Basta comparar las cifras globales del gasto público en la actualidad y las de hace tres años medidas en dólares. Prácticamente no ha habido ninguna reducción en tanto que el tamaño de la economía del país ha caído 15%-20% en dólares con respecto a lo que era en 1998.

El sector privado ha llevado la totalidad de la carga del ajuste y lo va a seguir haciendo mientras pueda, ajustando por la vía de una gran contracción de su producción, de sus niveles de inversión, de los niveles de salarios pagados y con un aumento de la desocupación. Obviamente, este panorama de ajuste permanente del sector privado a la corta o a la larga va a implicar problemas mucho mayores para el sector público, que forzará al sistema político a hacer un recorte del gasto mucho mayor del que se quiere evitar ahora. Por consiguiente, el sector público no va a escapar al ajuste tal como ocurrió en Argentina.


Expo Prado La Asociación Rural propuso, para tratar en forma urgente y con carácter de transitorio, que se graven las importaciones y se devuelvan impuestos a las exportaciones

Estado gordo y pesado lleva al país a la ruina

Sin esas medidas, se posterga la reactivación de la economía, cuando ``ya no tenemos tiempo'', dijo ARU.


En un contexto ``más parecido a nuestro sistema de vida'', elegido ``no por casualidad'' sino porque ``este es un año xcepcional'', la Asociación Rural del Uruguay decidió manifestar su descontento ``rodeados de estos magníficos ejemplares representantes de nuestra ganadería, escasa en el mundo por lo natural, competitiva pero sin competitividad y que está pidiendo a gritos un marco nacional e internacional para manifestar todo su potencial''.
Explicando que ``el agro está de lomo duro y erizado'' y que ``no les vamos a aflojar ni tranco de pollo y seguiremos diciendo de frente nuestras verdades'', recordó que ``estas exposiciones siempre han servido para dar la posición del campo y no están hechas para escribir la historia con letra chica'', aunque aseguró que ``pase lo que pase vamos a seguir en nuestra vieja huella que es el diálogo, la propuesta seria y la posición constructiva''.

COMPETITIVIDAD. Proponiendo ``acciones que permitan elaborar una estrategia de coyuntura para que, sumando esfuerzos, identifiquemos lo prioritario, porque éste es un momento en el que no nos podemos equivocar'', Pereira Micoud denunció que ``los problemas que inciden sobre nuestra competitividad son el alto peso del Estado, el tipo de cambio real, los altos costos de las tarifas públicas monopólicas y las regulaciones
vigentes, entre otras.
A ellos se les suman los subsidios agrícolas y los problemas de acceso a los mercados. Todos ellos juntos fueron, son y seguirán siendo, asuntos de referencia obligada para todo el sector agroexportador''. Recordó que el tema sanitario dejó en evidencia la ``vulnerabilidad como sector productor y exportador, la estructura de los
servicios veterinarios oficiales, nuestro riesgo sanitario regional y la equivocada priorización del uso de los escasos recursos disponibles.
Asimismo nos dio la certeza de que si no elaboramos una estrategia sobre algunos aspectos básicos, el retorno al crecimiento de nuestras exportaciones y economía se irá dilatando''.
Pereira Micoud pidió ``fortalecer una estrategia sanitaria regional'', porque el sector agropecuario ``necesita desesperadamente retomar las exportaciones de productos que han sido afectados. Esa es la primera etapa a recorrer. Pocas acciones tienen hoy tanta importancia''.
Y explicó que se necesita un comercio mundial libre para los productos agrícolas, porque a países como el nuestro ``nos va la vida en eso'', así como la necesidad ``de tener mercados, de abrirlos''.

LO QUE PASA? Respondiéndole a quienes últimamente han minimizado o pretendido desconocer lo que el sector representa, enumeró que en los últimos años las exportaciones de carne pasaron de 150 mil a 250 mil toneladas y se bajó la edad de faena en un 50%. La lechería creció a un 10%. En trigo, en producción por hectárea, el rendimiento uruguayo es igual al de Canadá, Australia, Argentina y EE.UU. Y en arroz se producen 700 kilos por hectárea más que en EE.UU.
``Y si la agropecuaria no es importante, pregúntenle al ministro de Economía qué pasó luego de la aftosa con la recaudación, el nivel de actividad y las exportaciones'', desafió.
Poniendo énfasis en sus palabras, precisó que ``en los últimos meses hemos visto camiones parados, agroindustrias sin materias primas, jornales perdidos, el seguro de paro a pleno, cadenas de pago que se cortan y repercusiones negativas en actividades quenormalmente nadie asocia con la agropecuaria''.
Respaldado por los aplausos, se preguntó primero ``Qué le pasa a nuestro agro?'', para responderse luego ``Le pasa lo que al país. No somos competitivos, estamos caros en dólares, nos es difícil llegar afuera con nuestros costos o, al transformar las divisas, éstas no rinden. Llámenle atraso cambiario, costo país o como quieran, pero el lastre de un Estado gordo y pesado, que no se actualiza, nos está llevando a la ruina. Aunque elogiando el haber ensanchado la banda cambiaria y acelerado el ritmo devaluatorio, dijo que, por lo hecho por los países vecinos, el país sigue quedando fuera de competencia en materia de exportación.

DENUNCIA. ``El gasto público es casi cuatro veces lo que produce toda la agropecuaria, equivale a 28 millones de novillos gordos, al triple de todas las exportaciones del país o, si se lo quiere ver desde otro ángulo, a 50 años de toda la producción nacional de leche. El uso irresponsable de fondos públicos genera situaciones como los pases en comisión que escandalizan a nuestra gente.
Muchas intendencias municipales realizan prácticas cuyo objetivo es mantener empleados y no servicios
eficientes. Desde finales de los ochenta a la fecha se duplicaron los salarios pagados por las intendencias,
llevándose todos los años la zafra entera de lana del país. La ineficiencia y el costo estatal, y la falta de velocidad en su reestructura, son un elemento irritativo para un sector privado que ve como esta inequidad entre lo público y lo privado, empeora una situación económica que desmantela sus filas, quiebra empresas y aumenta el
desempleo.
Al mismo tiempo que el país tiene un 16% de desocupación, todos ellos privados, seguimos aferrados a la inamovilidad del empleo público. La carga tributaria directa e indirecta se traslada a las empresas como forma de preservar las cuentas nacionales. La ineficiencia monopólica de los entes autónomos se traslada silenciosamente a nuestras empresas y a toda la población a través de las tarifas. Empresas como Pluna y AFE mantienen directorios y empleados sin tener ni aviones ni trenes. Sólo del frigorífico al consumo casi la cuarta parte del precio corresponde a impuestos indirectos.
Debido a la importancia de la estabilidad financiera en el costo de la captación del crédito internacional, el ector privado actúa como variable de ajuste'', pautó como largo monólogo, proponiendo entonces acelerar la
reestructura del Estado e intimar ``a los partidos políticos a no partidizarla'', porque sin ella ``no será posible la reactivación del sector privado, el crecimiento de la economía y el aumento del empleo''.

PROPUESTA. Anunció que la Asociación Rural propone como medida ``de urgente consideración y con carácter transitorio la creación de un recargo a las importaciones de productos y una devolución de impuestos del mismo tenor a las exportaciones''. Decimos claramente que sin estas medidas, la reactivación de nuestra economía sería postergada y hoy ya no tenemos tiempo.



A SU MANERA

Madrugador
Según Protocolo de Casa de Gobierno, el Dr. Batlle llegaría al ruedo de la Rural a la hora 14.30. Sin embargo, a las 13.50 ya estaba sentado en las gradas de madera, y él mismo fue recibiendo a los directivos dueños de casa, al intendente Mariano Arana, al ministro y al subsecretario del MGAP y hasta a buena parte de la prensa.

Vacío

Así permaneció el palco donde siempre se ubican las autoridades y los invitados, por decisión de la Junta Directiva de ARU, como forma de marcar austeridad ante la situación que viven el sector y el país. Ni siquiera los fotógrafos y camarógrafos pudieron subir allí para tener una mejor perspectiva para su trabajo.

Respeto
El minuto de silencio solicitado en homenaje a los caídos en el ataque terrorista que sufrió EE.UU. tuvo amplia acogida. Sólo fue quebrado, con sonidos que parecían lamentos, por balidos, mugidos y hasta algún cacareo de los grandes campeones que estaban en la pista.

Obvio
Cuando fue instado a hablar, Batlle no se hizo rogar. Aunque ya se había anunciado por los altavoces que comenzaba el desfile de los grandes campeones, dejó su sombrero como cuidando su lugar en la grada, y con paso seguro fue hasta el atril. ``No se podía quedar sin hablar. Ya el año pasado se quedó con la sangre en el ojo'', dijo un veterano dirigente ruralsonriendo, como sabiendo que lo iba a hacer.

Estilo
Al retirarse, Batlle no encontró una puerta cercana para salir del ruedo, por lo que se trepó a las altas vallas
utilizadas para la prueba integral de caballos Criollos, ``voleó la pierna'' y pasó a la calle que circunda la pista, entreverándose entre el público, obligando a custodios y periodistas a hacer lo mismo para no perderlo de vista. Así se fue de la Rural, sorprendiendo a la gente que paseaba por miles en elpredio, firmando autógrafos y
dándole la mano a quien se la tendía.


DE AQUI Y DE ALLA

Cambios


``El Presidente de la República contestó muchos de los planteos que hizo el titular de la ARU, pero más que eso, me parece que dio pautas de la proximidad del Poder Ejecutivo hacia los problemas del agro. Siempre se genera un clima de diálogo muy bueno, eso lo tenemos que mantener. Los problemas están y hay que resolverlos, pero para eso, tenemos que conversar. Me parece que en unos pocos días las cosas pueden comenzar a cambiar y a ponerse mejor. Habrá que seguir conversando. El pedido vinculado con los lecheros, hace mucho que está solucionado. El MGAP mandó el proyecto de Ley al Parlamento, cumplió todos los
estudios y propuso las fórmulas de pago''. Ing. Agr. Gonzalo González, ministro de Ganadería, Agricultura y
Pesca.

Comunes

``Sufrimos los mismos problemas. Tenemos gobiernos pesados, agigantados y se le quiere cargar más
impuestos a la producción primaria. El Presidente de la República, asumió la responsabilidad de que
no se puede gastar más de lo que recauda. Nos piden a los productores que seamos competitivos,
pero no podemos competir en estas condiciones, no tenemos los marcos adecuados, por eso, debe
haber una reestructuración del Estado y ahí deben jugar un papel importante los partidos políticos.
La política nos está asfixiando. En Paraguay el agro representa entre el 80% y 90% del Producto Bruto
Interno, entonces, vivimos las mismas circunstancias con la única ventaja de que no tuvimos fiebre
aftosa.
Hay que trabajar en conjunto los problemas regionales y el sanitario es uno de ellos. Capitalicemos los errores, porque se pagan caro cuando un país pone pordelante los intereses económicos, políticos, antes que los sanitarios''. Dr. Juan Nestor Núnez, titular de la Asociación Rural del Paraguay.

Equilibrado

``El de Pereira Micoud me pareció un discurso equilibrado en el que dijo muchas verdades, pero, en el que también reconoció con mucha altura, sin agresiones, proponiendo cosas, que eso es lo importante.
También me gustó la improvisación del Presidente de la República y comparto totalmente lo que dijo
sobre el ALCA y sobre la posición que hay que tener frente a Europa. Tenemos que ir a pelear como bloque y no podemos aceptar negociar ningún otro tipo de cosas, si no se negocian primero los problemas agrícolas. No podemos negociar otras cosas, si primero no se analiza lo agrícola que tanto nos afecta. No puede ser que nosotros vayamos a discutir las cosas que los afectan a ellos y lo que necesitamos, ellos no quieren sentarse a
conversar''. Enrique Crotto, presidente de la Sociedad Rural Argentina.