Orlando Petinatti
Tiene
33 años, un programa radial, otro televisivo y ahora incursiona
en el teatro junto a Moria Casán. Dice que es consciente
que está en un gran momento pero que su carrera aún
no ha llegado a un techo. Afirma que quienes lo critican también
lo escuchan.
Conductor
de radio y television
El boom del licenciado
MAGDALENA
HERRERA
Es adorado por multitudes
y criticado por otras. En las tardes, los uruguayos lo llaman para
contarle sus más secretas intimidades, y pedirle una mano.
Es capaz de telefonear a maridos infieles, amantes, esposos despechados
o mujeres desilusionadas, si la historia es divertida y entretiene
a su audiencia.
Más de una vez,
se ha mandado la locura de convocar a sus oyentes a que fueran hasta
la radio, debiéndose cerrar la Rambla del Buceo como pocos
actos políticos lo logran en plena efervescencia electoral.
"Lo bueno de esto es ser un poco inconsciente de lo que uno hace
y logra. Claro que siento que la gente me sigue, y también
me resulta difícil o increíble creerlo o visualizarlo",
reconoce el conductor de Malos pensamientos.
Además del programa
radial, todas las semanas Petinatti está en Canal 12 en Noche
de miércoles. Allí se codea con estrellas nacionales
e internacionales, a quienes entrevista, y al igual que en la radio
juega y se divierte con su teleaudiencia. El éxito también
lo acompaña a la pantalla chica.
Ahora, por primera vez,
habrá que pagar una entrada para ver a Petinatti. Además
de sus programas radial y televisivo, el licenciado está
en teatro, en Boom, la revue junto a Moria Casán. "Yo soy
un comunicador y me comunico a través del humor. No soy un
actor ni un humorista. No soy un hombre de radio o de televisión,
soy un hombre de los medios", asegura.
--¿Sentís
que te encontrás en el boom de tu carrera?
--No, no quiero pensar
así porque sería como haber llegado a un techo. Quiero
continuar realizando cosas y creciendo en lo mío. También
soy consciente de que, en radio, muchas veces me pregunto: ¿y
ahora qué queda por hacer? Pero, por suerte, siempre hay
más.
--¿Te considerás
un trasgresor?
--No. Me considero un
innovador. En radio, hago cosas que hasta a mí me sorprenden
todos los días. Eso es lo que intento: sorprender a los demás
y a mi mismo, para seguir creyendo en lo mío. En la televisión
sucede lo mismo. En cuanto a teatro, recién estoy arrancando
y lo disfruto. Reconozco que me encuentro en un gran momento. No
cualquiera tiene la suerte de trabajar en tres actividades que le
gustan con determinado éxito. Pero espero que el mejor momento
venga más adelante.
--Existen quienes te
critican porque...
--Pero también
me escuchan.
--¿Te ponés
algún límite en radio al exponer la intimidad de la
gente?
--Sí. Soy muy
autocrítico, y crítico de lo que sale al aire. Pero
no es una cuestión de límites sino del objetivo del
programa: entretener. La gente escucha el programa para entretenerse,
sorprenderse y divertirse. Quienes critican Malos pensamientos también
lo escuchan tanto como los que se entretienen. El criticar en este
país es un deporte nacional.
--¿Te molesta?
--No, en este país
es algo a lo que uno debe acostumbrarse cuando sobresale en determinada
labor.
--¿Llamarías
a tu programa a pedirle una mano al licenciado Petinatti?
--No lo sé. Hoy
no se me ocurre que yo tenga una historia para contar que pueda
ser divertida e interesante, y que Petinatti me pueda ayudar. Pero
Malos pensamientos me entretiene mucho.
--¿Ves programas
como "Gran Hermano", "Survivor" y "El Bar"?
--Sí, me parece
fenómeno que tengan su lugar en los medios y que haya gente
que disfrute mirando esos programas. Al público siempre le
gustó ese voyeurismo de ver lo que hacen los demás.
En la radio sucede lo mismo con las historias que salen al aire.
Es la vida misma.
--¿También
comprende las miserias humanas?
--Yo hago un programa
que se llama Malos pensamientos, un nombre ideal porque comprende
todo, incluso los consabidos siete pecados capitales. También
creo que en el programa se escuchan historias que así como
muestran la miseria humana y el engaño también muestran
amor, alegría y humor. Yo me comunico con la gente y escucho
lo que tiene para compartir conmigo y con la audiencia.
--¿Alguna historia
se te fue de las manos?
--No. Soy muy medido
con lo que se dice al aire. Cuando una historia no tiene humor o
deja de tenerlo, la corto. Porque más allá de ventilar
intimidades es un programa de entretenimiento y la gente tiene que
divertirse. Todas las historias deben tener su perfil humorístico,
si no dejan de servir. Por suerte, los uruguayos tienen un humor
genial y eso es lo que a mi me llena de satisfacción y orgullo.
Que la gente haya cambiado la manera de ver las cosas.
--¿Cuál
es el perfil socioeconómico del público que te escucha?
--Eso es lo increíble,
histórico y récord absoluto de la radio uruguaya.
Los oyentes de Malos pensamientos pertenecen a todos los sectores,
niveles, estratos sociales y económicos. Tanto el cadete
como el gerente de la empresa escucha y se ríen de lo mismo.
Eso es bárbaro.
--¿Los uruguayos
son grises?
--Mentira. Decir que
la gente es gris es típico del uruguayo mediocre, que afirma
que aquí no pasa nada. Claro que si le damos grises a la
gente es indudable que tendremos un país gris. A la gente
hay que darle colores, mostrarle otras cosas, que sienta que con
un programa de radio se puede entretener; que participe con su humor
en televisión. Por ejemplo, Noche de miércoles no
es un programa de juegos en la tele. La gente siente que también
puede ser pícara, mostrar humor, comunicarse conmigo y con
los espectadores. Ayer, una mujer contó en la tele que se
dio cuenta que su esposo, taxista, la engañaba. Y a toda
voz decía que no importaba, que estaba todo bien, mostró
gran humor y decía que se iba a ganar los dos mil dólares.
Maravilloso.
--¿Alguna vez quedaste
enganchado con las historias?
--No, la producción
del programa se encarga de analizar la historia, si encaja dentro
de lo que es Malos pensamientos. Una vez que se decide sacarla al
aire, yo comienzo a mantener contacto con la gente y se termina
cuando finaliza el programa.
--¿Lográs
desprenderte de ella fácilmente?
--Yo creo que las historias
quedan en mi. No sé si es bueno o malo, quizás sea
un poco jorobado vivir con todo eso metido en mi cabeza.
--¿Hacés
terapia?
--No. Hago radio, tele
y teatro.
--¿Te ves trabajando
en otra línea que no sea el humor?
--Es que a todo le busco
su lado humorístico, a cualquier situación del país
o del mundo.
--¿Cómo
se ve la situación del país desde el humor?
--El humor es una cuestión
de actitud. Es una forma de vida. Yo me considero una persona muy
optimista, muy positiva.
--¿Votaste a Jorge
Batlle?
--Sí, voté
a Jorge Batlle. Pero más allá de partidos creo que
aquí las cosas cambian con una cuestión de actitud
de la gente, no de los políticos. Yo nunca esperé
nada y por suerte todo lo que logré no se lo debo a nadie.
Nunca esperé nada de los políticos para mí.
Fui yo, con mi actitud, que comencé a hacer y a cambiar mis
cosas. Creo que las cosas se cambian desde la actitud de uno mismo.
Por supuesto que hay gente que necesita de soluciones políticas,
pero también depende de la actitud de esos políticos
como seres humanos. Yo creo en el ser humano, no en los políticos.
--Estás caminando
por París, y una persona te pregunta tu nombre. ¿Qué
contestás: Petinatti o Freddy?
--Bond, James Bond.
He caminado por París y me han gritado Petinatti. He estado
en Egipto, en Israel y me han gritado Petinatti. Lo disfruto tremendamente.
Encontrarse con un uruguayo en el exterior y que te reconozcan es
bárbaro.
--¿Dónde
termina Petinatti y dónde empieza Freddy? ¿Hay problemas
de identidad?
--No, no tengo problema
alguno de identidad. Yo soy Petinatti desde el momento que salgo
de mi casa. Y cuando vuelvo, lo dejo en la puerta. Ojo, soy muy
parecido a lo que se escucha y se ve. No podría estar disfrazándome
de gracioso toda la vida. Me encuentro con compañeros del
liceo, de los que soy muy amigo, y me dicen que hago lo mismo que
hacía antes en la clase.
Mentalmente las tres
horas y media de radio lo cansan más que los 60 minutos de
tele o las dos horas de teatro. Pero Petinatti dice que como lo
disfruta no se da cuenta. "En la radio dejo absolutamente todo porque
se tiene que dar entretenimiento a la gente en forma constante,
y no estás apoyado con la imagen. Todo lo que se diga tiene
que ser divertido, todas las conversaciones que salen al aire deben
tener algo de humor, y todo tiene que lograr el objetivo de entretener
a la gente. Eso cansa mentalmente. La televisión también
pero no tanto porque me descanso en la imagen, no requiere la velocidad
radial. El teatro no me cansa, es una experiencia nueva, un desafío
que me propuse y que recién estoy comenzando a disfrutar".
Petinatti no anda con
vueltas. "La gente tiene que ir a ver Boom porque se va a divertir
mucho, porque va a ver un espectáculo que no parece uruguayo,
porque tiene buenos actores y actrices, un gran cuerpo de baile,
porque contagia alegría con la música y porque está
Petinatti".
El licenciado dice que
nunca más en la vida olvidará el primer aplauso que
recibió de la sala repleta. "Hacer teatro es una experiencia
fascinante. Una de las razones por las que acepté es por
la oportunidad de formar parte de una producción donde cada
uno tiene su lugar y la posibilidad de enfrentarse al público.
Hago radio y tele y no tengo al público en frente".
Hizo buenas migas con
Moria Casán, a quien acusa de haber sido una de las causantes
de su incursión teatral. "La trayectoria de Moria Casán
como actriz también me ayudó a aceptar incorporarme
a Boom. Es una excelente compañera de trabajo, sin divismo
ni protagonismo algunos. Es una mujer muy inteligente, que la tiene
clara, más allá de su exposición en las revistas
y en la televisión argentina. Es una aporta ideas nuevas,
que suma".
Claro que antes de aceptar
la propuesta, Petinatti lo pensó y lo repensó, pero
sintió que era la oportunidad de seguir creciendo. "Quizás
tuve miedo cuando me ofrecieron trabajar en el musical. Pero después
de analizar las ventajas y las desventajas que implica todo nuevo
desafío, me di cuenta que hubiera sido muy cómodo
para mi descansarme en el éxito de la radio y la televisión
y no hacer nada. Me encantan los desafíos y el teatro me
pareció una nueva experiencia. No actúo, ni canto
o bailo. Tengo dos monólogos y tengo un sketch con Moria
pero no personifico a nadie. Cuando me dijeron tenés que
ser vos mismo en el teatro, no tuve más miedo".
Todo bien con Moria
--¿Quién
está de novio actualmente el Licenciado Petinatti o Freddy?
--Yo, creo que el que
se enamora soy yo, no el personaje.
--¿Te podrías
enamorar de una mujer como Moria Casán?
--No, no creo. Siempre
busco el bajo perfil en lo que tiene que ver con mis relaciones.
Sería muy difícil para mi tener una relación
con una mujer como Moria, no por ella en particular, por la edad
y por su exposición. Quizás en una mujer estoy buscando
otra cosa. Tampoco creo que podría enamorarme de una mujer
como la hija de Moria.
--¿Qué tiene
que tener una mujer para enamorarte?
--Tiene que tener mucho
sentido del humor, una gran personalidad y que me acompañe,
además de los atributos físicos que son muy buenos
pero que no es todo.
--¿Cuántos
años tenés?
--33 ¿y vos?
--¿Tenés
en cuenta tu imagen a la hora de anunciar que tenés novia?
¿Tenés en cuenta si algunas de tus seguidoras se van
a desilusionar si decís que te vas a casar?
--No, creo que lo van
a disfrutar como yo lo disfrutaría. No pienso en esa balanza,
además no soy un sex symbol. No me considero un galán,
el día que me case es el día que esté seguro
de tener a la mujer de mi vida al lado mío, formar una familia
y querer tener hijos con esa persona. Todavía no llegó
ese momento.
--¿Nunca pensaste
en usar peluquín?
--No, no tengo problema.
El pelo se me empezó a caer desde muy joven. Tanto el color
como el poco pelo que tengo son parte de mi personalidad. Me divierto
y juego mucho mi falta de pigmentación, palidez, o con mis
pies planos. No son un complejo.
--¿Cuan importante
es el dinero en tu vida y en tus decisiones?
--El dinero es importante,
pero hay otras cosas que son tan importantes: el afecto, la familia,
las relaciones, la pareja de uno. El dinero es importante para tener
una tranquilidad más adelante. Yo vengo de una familia de
trabajadores, de empleados, que laburaron toda su vida y no hicieron
un peso. Nunca nos faltó nada pero tampoco sobró.
Yo tuve la suerte de crecer laboralmente y económicamente.
El dinero es una tranquilidad para mí y los míos.
--¿Te cuidás
haciendo dieta?
--No, debería
hacerlo mucho más. Yo trabajo con mi imagen, soy conciente
que tengo que bajar cuando tengo unos kilos de más. Debería
cuidarme más en las comidas, y hacer ejercicio pero no tengo
tiempo. Los ejercicios que hago son orales, y públicos.
--¿Cuántas
horas dormís al día?
--Me encanta dormir
mucho. Tanto mi cuerpo como mi cabeza necesitan siete u ocho horas
para recuperar esa energía, ese cansancio mental del que
hablábamos. Pero me acuesto muy tarde y me levanto tarde
también. Yo no trabajo solo cuando llego a la radio o a la
televisión, me levanto y prendo el noticiero para ver si
hay alguna noticia que sirva para utilizar. Me acuesto y lo último
que hago es apagar la tele o la computadora, porque me quedo informándome.
Sin querer estoy trabajando desde que me levanto hasta que me acuesto.
--¿Sentís
que tus seguidores de radio y televisión van al teatro para
verte a ti?
--Yo creo que sí.
Por esa gente es que acepto un nuevo desafío. No es porque
Petinatti está en el teatro que va, pero sí para ver
qué es lo que hace Petinatti con Moria o con quien sea.
--Tus inicios en radio
fueron en el programa de Figares. ¿El alumno superó
al maestro?
--No, nunca me sentí
alumno de Figares. El primer día que crucé a la radio
fue para ver cómo era por dentro y luego pasaba más
tiempo ahí que en mi casa, que estaba en frente. No solamente
iba al programa de Figares, también iba cuando estaban los
otros conductores. Yo aprendí radio mirando a todos, como
aprendí televisión mirando como trabajaba Cacho de
la Cruz en El show del mediodía, y no me puedo sentir alumno
de Cacho. Las cosas que hago son innatas, propias mías, tuve
la suerte que alguien me diera esa primera oportunidad. Para triunfar
hay que estar en el momento exacto y el lugar justo, y bueno a mi
me pasó eso.
--Se había comentó
que terminaron peleados.
--No, yo no termino
una relación afectiva o laboral con un portazo. Las cosas
siempre se pueden resolver de otra manera. Yo arranqué en
la radio sin querer, en un programa que se llamaba Subterráneo,
que conducía Figares, y un día empecé a hacer
radio y la gente terminó escuchando el programa para ver
qué personaje hacía Petinatti. Yo entiendo a Figares,
creo que lo que yo lograba con su programa fue lo que lo superó.
Desde hace años que no me encuentro con Figares y no tengo
ninguna relación.
--¿Es difícil
no dejarse superar por el éxito?
--Yo creo que la educación
que te da tu familia, principalmente tus padres tiene mucho que
ver. Asimismo, cuenta la formación de la escuela. También
ayuda el núcleo con el que te rodeás. Pero también
sé muy bien que hoy estoy en un gran momento con mi trabajo,
pero nada es para siempre. Y por eso sigo siendo el mismo que una
vez cruzó a una radio para ver de qué se trataba.
Eso son los valores que te inculca tu familia.
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