Grandes proyectos .Se prevé la construcción de un puerto privado en los terrenos del ex Frigorífico Nacional y una central de transporte. Los empresarios piden definiciones.

El Oeste sueña pero teme

La zona oeste de Montevideo combina actividades rurales, asentamientos, barrios y más. Ahora pide futuro.

CARINA NOVARESE

Infografía sobre el tema

El oeste de Montevideo sueña con un futuro mejor que sume trabajo y calidad de vida a su población, disminuida desde un punto de vista socioeconómico en los últimos años. Imagina en base a varios grandes proyectos que ya tienen planos, perspectivas y hasta terrenos. Pero de fecha fija nada.

Al mismo tiempo el oeste teme que esos mismos proyectos, o su gestión descuidada, terminen afectando la identidad de una zona tradicional de Montevideo, desplacen las actividades productivas y la pesca artesanal y hasta afecten el medio ambiente.

Entre ambos extremos, el futuro luminoso y los temores previsibles, el Foro Oeste de Montevideo discutió durante tres días las posibilidades para esta zona. Y dejó muchas interrogantes.

¿ESPERANZAS? Varios de los proyectos más firmes para la zona oeste son consecuencia directa del congestionamiento del Puerto de Montevideo, que con los años quedó atrapado por la trama urbana y sin posibilidades de expandirse. Si bien la Administración Nacional de Puertos tiene la esperanza de que en algún momento la Armada deje libre la porción del puerto que ocupa desde la década del 70 y se traslade definitivamente al oeste, en este caso tampoco hay fechas determinadas.

En otra etapa de desarrollo, pero aún inciertos, permanecen otros dos proyectos impulsados exclusivamente por capitales privados, pero que dependen de permisos y vistos buenos del gobierno central o departamental. Uno de ellos es el llamado puerto de Atenil. Estaría ubicado en Puntas de Sayago, donde antes funcionó el Frigorífico Nacional. Precisamente éste tenía un pequeño muelle donde atracaban exclusivamente barcazas de muy poco calado.

Atenil pretende captar tráficos variados que incluye contenedores, madera y barcos que transportan cargas sobre camiones, en un emprendimiento que se calcula requerirá una inversión de 120 millones de dólares.

Si bien esta inversión, de concretarse, será privada, el nuevo puerto necesitará de la participación del Estado en la creación de accesos ferroviarios y carreteros. Tal como señaló en el Foro Oeste el ingeniero Nelson Bascu, jefe del Departamento de Planificación de la ANP, el futuro puerto "tiene aspectos que de concretarse podrían ser positivos en la medida en que pueda complementar al puerto de Montevideo; están previstos muelles a 10 metros, el mismo calado que tiene el puerto de Montevideo y además esa ubicación está dentro de lo que la ley de Puertos fijó como zona de influencia del puerto de Montevideo, en la cual la ANP tiene potestades de administración".

El predio que Atenil compró en 1996, por licitación pública internacional, tiene 100 hectáreas limitadas por el barrio Puntas de Sayago, el club de golf del Cerro, por el norte una escuela y liceo, el barrio Casabó y un predio de la Armada.

El proyecto se divide en dos áreas; unas 89 hectáreas terrestres y unas 30 que se le ganarán al mar. Además incluye dos diques de protección, uno externo por los vientos sur y suroeste y otro de menor tamaño que protege el muelle principal, cuya longitud es de 600 metros.

TRANCAS. El proyectado Centro de Transporte y Logística de Montevideo (CTM) también está a la espera de que se defina su futuro. Supone un parque empresarial que da servicios con el objetivo de abaratar costos. Funciona como una base integral de servicios para los camiones, las tripulaciones y las mercaderías, todo en un solo sitio y bajo un régimen laboral y fiscal nacional. Sus promotores estiman que se generarán 2000 puestos de trabajo y los estudios señalan que una central de este tipo disminuiría en el orden del 50% los vehículos por kilómetros que ruedan dentro de la trama de Montevideo.

Sin embargo, los inversores que ya adquirieron un terreno en la zona oeste, se quejan de falta de espacios para divulgar su proyecto, de trámites lentos y, tal como dijo Antonio Marinetto, consultor del proyecto, de que las instituciones en Uruguay "funcionan como compartimientos estancos".

Uno de los problemas, tal vez el principal, es la calificación del suelo del lugar donde pretende instalarse. Los empresarios reclaman seguridad jurídica, sobre todo ante opiniones que aconsejan calificar una parte del suelo para luego evaluar cómo funciona el emprendimiento. "Nadie puede poner una inversión a 25 0 30 años en un suelo que no tiene una calificación clara. Llevamos casi tres años negociando la salida de este proyecto. Hemos perdido tremendas oportunidades, más de 70.000 metros cuadrados de almacenes firmados se han ido de Uruguay. Y esos 70.000 metros son 1.500 puestos de trabajo", dijo Marinetto.

Para los inversores el lugar en el que quieren instalarse es el adecuado por varias razones; la zona oeste es la puerta de la ciudad y la central debe estar sobre la ruta 1 y no sobre la 5, porque esta última es una vía colectora de la propia ciudad que tiene el entramado urbano mucho más cerca. Para ellos el CTM debe ubicarse en un punto cercano al puerto y a la ciudad, ya que cualquier emprendimiento que esté a más de 10 kilómetros del puerto fracasará, porque costará más introducir un vehículo allí que en el Mercado Modelo.

Marinetto también aceptó que el lugar tiene que estar aislado del crecimiento residencial por el mutuo beneficio del negocio y de la gente. Ante las dudas, se preguntó: "¿se va a quedar de nuevo la zona oeste mirando como los demás crecen a su alrededor?"

LAS DUDAS. Más allá de los grandes proyectos persisten las dudas de las autoridades y sobre todo, los temores fundados de los vecinos de la zona, que no entienden demasiado bien qué prioridades son las que finalmente se definirán para ella.

Y allí surge el eterno debate sobre si debe o no mantenerse la calificación de suelos agrícolas que le confirió el Plan de Ordenamiento Territorial a buena parte del oeste. De hecho las dos únicas áreas de alta calificación de Montevideo, Rincón del Cerro y Melilla, están ubicadas al oeste.

El progreso y las grandes inversiones ­si no se toman los recaudos necesarios­ podrían chocar con la naturaleza productiva de la zona y hasta con la tradicional pesca artesanal, que terminaría desplazada o eliminada.

El mismo progreso, paradójicamente y de nuevo si no se toman las previsiones correctas, podría generar más aislamiento y pobreza en una zona repleta de asentamientos que, según confirmaron los analistas del Instituto de Urbanismo (ITU) de la Facultad de Arquitectura, siguen surgiendo y nunca disminuyendo. Para el ITU la zona oeste "condensa enormes potencialidades de renovación, transformación y cambio que deben ordenarse armónicamente". Para los técnicos la cercanía de sectores urbanos, periurbanos o "potencialmente urbanizables", rurales y costeros (todos los cuales existen en el oeste) genera "fricciones de borde" que deben preverse y mitigarse.

Según los relevamientos del ITU, desde 1985 y hasta la fecha se produjo un crecimiento significativo de los asentamientos irregulares, mientras que los sectores consolidados de la ciudad siguen perdiendo población. "Esta tendencia de receptividad poblacional no será revertida fácilmente y menos si se abren expectativas reales o imaginadas de trabajo en la zona, por lo cual deben preverse políticas al respecto", advirtió en el Foro Oeste la arquitecta Ingrid Roche.

El ITU recomienda no realizar modificaciones en el paisaje natural de las áreas suburbanas, rurales y de protección costera, reservándolas para actividades de tipo recreativo o turístico. Considera además que en las zonas de usos mixtos, próximas a las rutas nacionales o que utilizan antiguas estructuras edilicias, hay "grandes ventajas comparativas para emprendimientos industriales no contaminantes, servicios al transporte de cargas, al puerto y depósitos".

Destaca que mientras proyectos como el CTM pueden ser positivos (siempre que se cuiden los impactos ambientales), iniciativas tales como el apostadero naval en Punta Lobos y el puerto de Atenil "generan un tráfico de personas, vehículos y los consiguientes servicios, que no pueden considerarse positivos".

El ITU también apunta que la propia existencia de densos asentamientos, de población sin servicios y que vive en la extrema pobreza, "comprometen la propia existencia de la actividad agrícola".

Mientras que se definen otros grandes planes, como el posible traslado del Mercado Modelo a la Tablada o la construcción de una vía que unirá Canelones con Montevideo por el oeste, las incertidumbres están lejos de ser evacuadas.

 

Una zona en el centro de un gran remolino

La diputada del Movimiento de Participación Popular, Lucía Topolansky, exhortó a que se defina "de una vez por todas" si el territorio del oeste seguirá siendo o no, en buena parte, zona protegida. "No se puede desproteger de a mordiscones; eso no conduce a nada desde la perspectiva de quienes habitamos en la zona ni tampoco desde el punto de vista del valor de la tierra. Estamos ante un suelo rural con un índice Coneat altísimo, que una vez que sea depredado pasarán varias generaciones para que se recupere".

Topolansky se manifestó contraria a emprendimientos tales como las playas de contenedores, ya que el "poco trabajo que generan es de muy mala calidad: 11 pesos la hora. La zona rural, incluso con todo el problema económico que afecta al país, genera mejor trabajo y mejor calidad del mismo".

En cambio dijo estar de acuerdo con que se construya una rambla retirada de la costa, con accesos a la playa, siempre que se garantice el uso público de ésta. La diputada y vecina de Melilla también coincidió con que sobre la costa se genere una zona residencial, porque es una zona de malos suelos agrícolas. "Pero nos oponemos terminantemente a los countries. Así como no creemos en los ghettos de pobres tampoco lo hacemos en los ghettos de ricos", dijo.

También se refirió a los efectos de una especulación inmobiliaria que en su opinión ya comenzó. "Si se toman estas decisiones hay que hacerlas públicas a los cuatro vientos, porque el valor del suelo cambia. Y acá hay una cuestión inmobiliaria. El POT ha intentado que no se produzca especulación, pero me temo que esto será difícil de lograr. Ya ha pasado en los bordes del Bajo de la Petisa, donde chacareros acorralados por la situación económica vendieron a precio de regalo predios que van a empezar a valer otro monto".

Por su parte, la presidenta de la Junta local No.17, Rosana Paredes, dijo en el Foro Oeste que la población del Cerro ha sufrido y sufre "por parte de las autoridades públicas las consecuencias de la subvalorización e indiferencia de las posibilidades del área oeste. El barrio creció pero el trabajo se fue. Hoy muchas de las miradas se dirigen a lo que llamamos el patio trasero de la ciudad. Se escuchan voces sobre grandes emprendimientos y grandes obras de infraestructura; no hace mucho tiempo una ciudad satélite por allí nos invitaba a jugar a los Supersónicos".

Para Paredes todas las obras proyectadas hacen que "nos sintamos en el centro del remolino. Sin embargo las tenues referencias físicas, temporales y concretas de los emprendimientos por parte de sus proponentes y también de las autoridades públicas, de alguna manera nos obstaculizan hacer mayores comentarios".