El culto de Amengual

Reflexivo, irónico, irreverente aparece casi después del fenómeno del Dibujazo. Es un superdotado que llegó para quedarse en la plástica. Exhibe poco, mantiene un perfil bajo y es el plástico "cult" de varias generaciones.

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MIGUEL CARBAJAL

 

Para sus colegas es uno de los grandes dibujantes que tiene el país, una especie de referente. La crítica lo ve como un virtuoso pero también como un creador sensible, serio, que se mantiene fuera de las oscilaciones de las modas. Pese a esas descollantes condiciones exhibe poco y desarrolla una carrera más bien secreta si se la compara con colegas menores en todo el sentido de la palabra pero con una mayor proyección pública. Entre lo mucho que vale y lo poco que se muestra se ha convertido en uno de los pocos plásticos "cult" que tiene el Uruguay. En lo personal es un tipo sencillo, con un regocijante sentido del humor, un irreverente que se mira a sí mismo sin indulgencia aunque en ese terreno haya más de lúdico que de formulación crítica. En el final de la presentación del catálogo de "Impromptu", su última exposición en la Sala Carlos Federico Sáez del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, la curadora María Yuguero enumera varios rasgos notorios de Alvaro Amengual. Habla de su pintura trágica, de sus angustias transformadas en ironías, de su afán de desmitificar, de su alto nivel estético y de su humana raigambre. No se equivoca en sus juicios y ella misma reconoce que la exposición de Amengual fue un punto alto en la programación de la sala y un claro motivo de destaque. En la soledad de su apartamento de Alto Palermo, ubicado en un edificio vigilado como un bunker ("No sé bien por qué, algo pasó", dice usuario poco informado) con una hermosísima vista sobre el Río de la Plata e interiores despojados con intencionalidad en donde destaca un soberbio grafito suyo que ocupa toda una pared, Alvaro Amengual recibe a la prensa. Una persistente música de jazz actúa como fondo musical del diálogo.

--Amengual, ¿un dibujante de su talla es el resultado de una facilidad natural o de una disciplina de trabajo?

--"Lo de la talla..."

--No es un juicio que provenga de su boca, claro, sino de la boca de los otros. Por humilde que se muestre no puede desconocer la existencia de un fallo generalizado respecto a lo sobresaliente de su dibujo. ¿Es un don congénito que brilló de entrada o aparece a través de la dedicación personal?

--"Yo nunca fui un dibujante apasionado de niño, con la clásica historia del chiquilín que se pasa horas delante de un papel con el lápiz en la mano. Dibujaba muy eventualmente y llegué a la Secundaria como quien dice a las pedradas. Tenía RD en Dibujo y es algo de lo que realmente me enorgullezco (risas). Hay que aventar del todo, entonces, la imagen del niño cuyas condiciones deslumbran a la maestra y ésta sale corriendo para alertar a la madre sobre el fenómeno de un genio escondido. Eso no fue así. O sea que no fui ni un virtuoso ni un apasionado. Recién en plena adolescencia fue que lo descubrí, ya grande".

--No habría un genio escondido, entonces, pero el dibujante de ahora no sale sólo del trabajo. No es el caso raro de alguien que supera un hándicap, lo vence y triunfa. Había algo muy parecido al genio dormido y alguien lo despertó. ¿Cuándo apareció el interés?

--"Supongo que cuando estaba terminando la Secundaria. Empezó por una cosa medio en nebulosa que más que nada era una apetencia cultural, una necesidad de acercarme al mundo de la pintura, al mundo del arte. El tema es también que no hubo muchos estímulos en mi familia. En mi familia no hay una formación, una inquietud especial por la pintura o por el arte en general. Excepto el gusto de mi viejo por el tango, no había otra cosa. No es un desmérito, sino un dato de la realidad. Los valores pasaban por otro lado. Y después está el contexto barrial".

GOLPE DURO

--¿Dónde nació, en qué barrio?

--"Soy de Maroñas, de Flor de Maroñas. De repente una vocación tan particular como es la pintura demoró en revelarse porque no encontró un clima propicio. Si me hubiera interesado en el fútbol, capaz que a los cinco años ya tendría las cosas más claras. El fútbol es una opción clarísima en Maroñas. De haber nacido en Carrasco el fútbol no hubiera sido tan visible y habrían saltado otras cosas, no sé".

--Pudo haber sido un jockey, también.

--"Un jockey en Maroñas, seguro, (risas).

--¿En qué trabajaba su madre?

"En una textil, y mi viejo era municipal y tapicero. En sus proyectos no estaba precisamente tener un hijo artista. No estaban preparados para ese trago amargo (risas). Confesarles mi anhelo de ser artista era como si les hubiera dicho de improviso que era homosexual y que mi pareja iba a venir el domingo a comer ravioles en casa. Yo creo que hubieran tomado mejor lo segundo que lo primero (risas).

-- A estas alturas habrán superado el shock plástico y hasta lo disfrutan. ¿Cuándo tienen que enfrentar el "golpe" de su anuncio como futuro artista?

--"Cuando entro al Instituto de Bellas Artes San Francisco de Asís, porque en aquella época estaba cerrada la Escuela de Bellas Artes. Tenía 20, 21 años, que es una edad bastante avanzada para empezar. Mis inicios se remontan exactamente a 1977 con Clever Lara en las clases de dibujo y Freddie Faux en las de escultura".

--En las postrimerías de la generación del dibujazo.

--"Que se produce en los Setenta, en realidad y ya ha cerrado el ciclo cuando aparezco. Clever Lara, en cambio, estuvo dentro.

--Pero es mayor que Ud.

--"No, somos más o menos de la misma edad. Clever tiene apenas cinco años más que yo, que tengo 43".

--Cinco años son mucho en esa época. Después se nivelan y se sitúan dentro de una generación. La diferencia de esos cinco años aparece ya en la ubicación de Clever en San Francisco de Asís. Clever es el maestro y Ud. el alumno que recién empieza.

--"Sí, es cierto. Pero con Clever aparece otro factor. Empezó a estudiar pintura a los 7 años, primero con Osmar Santos y después con uno de los Ribeiro. Es un caso de vocación muy temprana. Pero también es un niño estimulado por su madre, que lo mandaba a talleres de expresión plástica".

--Claro, ahí funciona el estímulo. Ud. llegó solo.

--Sola mi alma. Y de una forma totalmente inusual. A veces pienso que pude haber sido bombero en vez de pintor. Hubiera ganado más plata, evidentemente. Y sería una vida más divertida (risas).

HISTORIA PASIONAL

--En ese caso hubiera necesitado la vocación de apagar fuegos.

--"Es cierto. Aunque también por ahí me gusta prenderlos".

--¿Cómo funciona la casualidad pictórica en su vida?

--En el filo de los veinte aflora esa difusa pero cada vez más acuciante necesidad artística. Me voy a la Escuela de la Construcción para ser dibujante arquitectónico y emprendo contra el dibujo técnico. Al mismo tiempo me corrí hasta lo de Gino Moncalvo".

--En la calle Canelones, frente a los Conventuales.

--"Justo. Pensé que de repente podía seguir decoración. Cuando salgo con los papeles veo el cartel del Instituto de Bellas artes San Francisco de Asís. Cruzo la calle, me enfrento a la secretaria, me informa sobre los cursos, me dice que hay historia del arte y que si voy dos veces al taller por semana tengo opción a una gratis. Creo que ni lo pensé y me anoté enseguida".

--Ese vecino molesto debe haber fastidiado bastante a Moncalvo.

--"Moncalvo perdió un alumno y yo me metí en este lío".

--¿Cuándo empieza la famosa pasión? Porque en su pintura y en su dibujo hay una delatora historia pasional.

--"El día que entré al Taller de Freddie Faux fue fantástico. Ahí tuve la certeza clarísima que me interesaba el arte. Fue un golpe muy grande".

--¿Es buen docente Faux?

--"Es fantástico. Ahora vive pasando el Parque Roosevelt y creo que sigue teniendo algunos alumnos. En ese momento su taller poseía un clima mágico. Tenía que ver con el ámbito, con el juego de las esculturas, con la luz, con la música, no sé. Pero era un encantamiento tan notorio que me dije: pá, esto es lo que yo quiero, chau".

--Primero lo atrajo la escultura, entonces.

--"Me interesó mucho la escultura y durante un tiempo no sabía para dónde iba a tomar, si hacía la escultura o el dibujo. Aclaro que yo soy un gran dudador. Esa es mi especialidad, en realidad (risas). Pero en Faux estaba la seducción del espacio y la de su personalidad. Lo de Clever era más árido. Y finalmente terminé con lo de Clever".

--¿Cuánto tiempo estuvo en el San Francisco de Asís?

--Estuve dos años. Dos años y unos meses, en realidad. Entré a mediados del 77 y salí a fines del 79, cuando el Centro se cerró".

--¿Fue una decisión económica de los franciscanos o una actitud política?

--"No lo sé, nunca lo averigué".

--Fue el final para mucha gente talentosa que se formó allí.

--El día que yo entré al Instituto entró conmigo Javier Gil.

--"Es cierto. Es otro egresado del San Francisco. ¿Qué hace Ud. después que se cierra el Instituto?

--"Concurro un tiempo corto a un taller particular que había abierto Clever Lara y después sigo solo, pero siempre ligado al taller, donde terminé siendo docente diez años más tarde. Entré como docente en el Taller de Clever en el 91 y seguí hasta hace dos años atrás".

--¿Qué daba ahí, dibujo?".

--"Era asistente de Clever. Estaba para darle una mano en el taller, no tenía una materia específica. Después de la formación seguí solo los hechos. Luego me casé, tuve familia, me dediqué a trabajar, esas cosas que la gente hace equivocadamente (risas). Y en los ratos que tenía libre dibujaba y pintaba y para no perder contacto iba al taller de Clever.

--¿Cuándo aparece el Amengual pintor, porque el dibujante se nota de entrada.

--"Básicamente he sido un dibujante, pero siempre pinté, también. Lo que sucede es que he mostrado más mis dibujos. Y con la pintura empecé con coqueteos, con encuentros furtivos, hasta que me atrapó. Pero se dio después la aceptación total. Por eso lo del Ministerio de Transporte es mi primera exposición de pintura".

--Que dicho sea de paso es la exposición de un pintor, no la de un dibujante que colorea. Incluso hay algo que sorprende en la muestra. Existe un pequeño sector de dibujos y no están puestos para crear un contrapunto. Porque en este caso, y eso es difícil en Amengual, los dibujos ni pesan.

--"Fueron hechos para llenar un pequeño espacio y no para tener protagonismo. De cualquier manera en mis últimos dibujos ya había un camino abierto hacia la pintura. Son dibujos muy pictóricos, con mucha mancha y búsquedas de veladoras. No es un dibujo donde primara tanto lo lineal, que en parte existe, está bien que exista, pero ahora es más pictórico".

--Además es muy volumétrico.

"Eso es una constante. Giacoya me decía que el tema del claroscuro está siempre presente en mi obra y es cierto. A pesar que mis imágenes son prácticamente abstractas, de lectura múltiple, hay una luz real que está iluminando esa ambigüedad. Y hay un claroscuro que da como cierta certeza de realidad que de inmediato se desarticula por los juegos de imágenes".

DE TRAMO FINAL

--¿Cuándo empieza a deslizarse el dibujo hacia la pintura?

--"Hay algunos trabajos anteriores que tienen que ver con lo que expuse en el Ministerio de Transporte. En el 95 empecé a hacer unos dibujos de gran tamaño, de 2 metros por 1.50 en donde usé carbonilla en una propuesta muy gestual. La intención era descargar la energía del trazo. Ahí empiezan unas imágenes ambiguas que serán el nexo con lo que hice después Se puede encontrar su eje en la parte de la mesa, (y señala un cuadro) donde hay una existencia más figurativa que de pronto se desdibuja, se deshace, se vuelve abstracta. Ahí está el arranque conceptual".

-- ¿Por qué marca la fecha del 95?

--"Porque fue el momento en que me vi obligado a trabajar de una manera más intensa. Yo no soy un tipo de una producción nutrida, además tengo mis otras tareas".

--¿Cuáles son?

--"Doy clases de dibujo en la ORT en la parte de diseño gráfico. Doy clases particulares, y además tengo una vez por semana clases de dibujo en el departamento de Flores".

--Es un sacrificio.

--"Y no como mucho (risas)".

--Creo que interrumpí un planteo y como se dio finalmente lo del 95?

--"Sylvia Arrozés, que vivió en Perú un tiempo, llevó una serie de exposiciones a Lima. En una, sobre 30 artistas nacionales, fueron obras mías e interesaron lo suficiente como para pedirme una muestra individual. Salió una exhibición en la municipalidad de Miraflores y me vi obligado a redoblar el ritmo de trabajo para llegar a tiempo".

--¿Cómo le fue en Lima?

--"Me fue muy bien. Tuve buena recepción crítica y vendí. Y eran dibujos, lo que es mucho decir. Acá es difícil vender dibujos. Se paga la ausencia de color. La pintura te da otras cosas, pero el blanco y negro proporciona una mayor potencia visual.

--Y desde hace unas décadas proporciona también otra cosa. Ahora está el rescate de la foto en blanco y negro, que parece más refinada que la de color. Eso sucede porque se mira hacia atrás. El blanco y negro volvió con una cuota de prestigio que parecía haberse perdido. E incluso se valoriza en la decoración. Esos grafitos enormes suyos deberían ser una tentación para cualquier diseñador de interiores.

--"Lo de la fotografía es cierto. Ha revalorizado el blanco y negro. Pero además el estigma del dibujante me ha jorobado bastante. Como se me conoce más como dibujante, la gente tendía a no verme como pintor. Yo soy culpable porque he demorado en salir a mostrarme de pleno. Pero tampoco reniego el dibujo. Lo que quiero es..."

--Coexistir como dibujante y como pintor, cada cosa por su lado aunque por ahí se junten.

--"Exacto. Estoy haciendo las dos cosas. A veces el dibujo es independiente, en otras forma parte de los estudios previos, porque en mi pintura hay dibujo, hay construcción y estructura. Pero no existe el regodeo del dibujo y a veces siento esa pérdida. Soy difícil, lo sé, además de gran dudador. Porque tampoco puedo volver muy importante la tapa de dibujo previa porque en mi pintura prima la improvisación. De todas formas en algunos cuadros hay como un puntapié inicial de dibujo, queda como una idea. Y paralelamente hago dibujos aparte. Ahora estoy haciendo una serie de dibujos eróticos".

--¿Qué pintores le interesan?

--"Me interesan muchos. Espínola Gómez me parece una referencia ineludible. El retrato suyo es el único que tengo en la biblioteca al lado del de mi hija, habrá notado. Me gusta mucho Clever Lara que me parece no sólo un gran pintor, sino alguien de una cultura casi inhumana, asombrosa. Iturria es muy valioso. Me interesan mucho Carlos Musso, Carlos Seveso y Marcelo Legrand. Me interesa parte de Javier Gil y me entusiasman Javier Bassi y Fló. En el caso de Musso y Seveso se da eso que también exhibe Espínola Gómez de una destacada actitud moral ante la pintura".

--¿Cómo se lleva con la computadora?

--Me llevo, solamente. Me gusta chivear con ella, pero no la utilizo para el trabajo. Me interesa en cambio como la utiliza Fló. Utiliza dibujos de él, los escanea, los reelabora pero alterando relaciones de valores, de sutileza de color. Pero esencialmente la obra es manualmente suya. Utiliza la máquina como un medio".

--¿Qué proyectos tiene para el futuro?

--"En lo inmediato tengo una exposición en Buenos Aires en la Galería Blanca García Uriburu. Me lleva Sylvia Arrozés y está pensada para octubre. Básicamente es la misma que mostré en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Eso es lo bueno de vender poco, que las muestras conservan su coherencia (risas)".

--Es un punto de vista optimista.

--"Es el único punto de vista que se puede tener cuando se elige el camino del arte. O cuando se quiere ser artista para que no suene pomposo. Se buscan las gratificaciones pero no se pueden esquivar los sinsabores".