AVANCES
| En su investigación sobre Uruguay, la Comisión para
la Paz no encontró indicios sobre ejecuciones de detenidos
Catorce desaparecidos murieron por las torturas
Hasta el momento los
familiares de estas personas no han sido notificados por la comisión
sobre sus conclusiones.
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RECLAMO. Los familiares
demandan conocer la verdad sobre el destino de los desaparecidos
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IVAN KIRICHENKO
Los 14 uruguayos cuyas
desapariciones fueron aclaradas por la Comisión para la Paz
murieron por "exceso de torturas" y no por ejecuciones, en ningún
caso permanecieron vivos más de un mes a partir de la fecha
en que fueron detenidos, entre ellos el Partido Comunista es el
grupo que más integrantes tenía, y al menos uno de
ellos desapareció en 1981, informaron a El País los
voceros del organismo, Carlos Ramela y Gonzalo Fernández.
Hasta el momento los
familiares de esas 14 personas que desaparecieron en territorio
uruguayo durante la dictadura no fueron notificados sobre los avances
de la comisión, pero serán informados antes de que
el organismo finalice su trabajo de investigación.
Es difícil establecer
características comunes entre las 14 desapariciones, ya que
algunas de las personas fueron secuestradas en la calle y otras
en sus propios domicilios, dijo Fernández. También
difieren los detalles de los operativos de detención, y los
lugares en los que permanecieron detenidas las personas.
Sin embargo, la comisión
estableció que todos murieron por torturas. Y que no existen
indicios sobre eventuales ejecuciones, sostuvieron ambos voceros.
La mayoría de
las desapariciones aclaradas hasta el momento se produjo entre 1974
y 1976, aunque también existe al menos un caso de 1981, explicó
Ramela. Según la nómina que publicó la organización
de familiares de desaparecidos en su sitio en Internet, en 1981
desaparecieron en Uruguay los militantes del Partido Comunista Félix
Sebastián Ortiz y Antonio Omar Paitta Cardozo. El último
desaparecido en Uruguay según esos registros fue Miguel Angel
Matto Fagián, quien fue detenido el 29 de enero de 1982.
En cuanto al tiempo
que pasó entre la desaparición de las personas y su
muerte por torturas, la Comisión para la Paz concluyó
que en la mayoría de los casos transcurrieron "pocos días"
entre uno y otro hecho, y que en ninguna de las situaciones pasó
más de un mes, informó Fernández.
Entre los 14 casos que
la comisión considera aclarados --en virtud de que dispone
de datos sobre lugares y fechas de fallecimiento--no se encuentran
los de las dos personas que desaparecieron antes de la dictadura:
Abel Adán Ayala y Héctor Castagnetto, quienes desaparecieron
en 1971 y 1972 respectivamente.
Ambos casos "desde el
punto de vista técnico no ingresarían en el período
de trabajo de la Comisión, que es el del régimen militar,
pero la decisión fue incluirlos porque presentan similitudes
obvias. Hoy están en el listado y se están estudiando
como si fueran dentro del período", señaló
Ramela a El País en su edición del 16 de enero de
este año.
Los familiares de las
personas cuyas desapariciones fueron virtualmente aclaradas aún
no fueron notificados, por lo cual los nombres permanecen en reserva.
De todas formas, serán informados sobre los avances antes
de que finalice el plazo de funciones del organismo.
Durante las primeras
semanas de la labor de la Comisión para la Paz, la organización
de familiares de desaparecidos comunicó que prefería
que los casos aclarados fueran notificados a todas las familias
respectivas al mismo tiempo, luego de finalizado el plazo para la
investigación oficial.
Sin embargo, tiempo
después el grupo de familiares revisó su posición
y dejó a la comisión en total libertad de comunicar
sus avances en la fecha que lo considere pertinente. Hasta el momento
fueron notificados los familiares de los cinco uruguayos desaparecidos
en Argentina de cuyos restos óseos la comisión determinó
el paradero.
DESTRATO. En una entrevista
publicada por El País el 16 de abril pasado, el integrante
de la comisión José Claudio Williman afirmó:
"La lucha contra la guerrilla siempre es una guerra sucia. Pero
el seguir torturando, y llegar a que se le muera la persona, es
una cosa que nunca la pude entender (...) Acá ha habido una
prolongación en el destrato del detenido, que no puedo comprender.
Injustificado".
Acerca de los métodos
de desaparición aplicados en Uruguay, la comisión
concluyó tiempo atrás que, a diferencia de lo que
sucedió en Argentina --donde los desaparecidos fueron 30
mil según organizaciones de derechos humanos y 15 mil según
estimaciones oficiales-- en Uruguay no se produjeron "vuelos de
la muerte", o sea que no se desarrolló una práctica
sistemática de arrojar a los desaparecidos al mar desde aviones
o helicópteros.
Hasta el momento, el
organismo no ha podido hallar restos óseos de desaparecidos
en Uruguay, aunque sí halló restos de dos uruguayos
desaparecidos en Argentina y de uno desaparecido en Bolivia. También
posibilitó la identificación del cadáver de
una mujer argentina desaparecida cuyos restos aparecieron en la
costa uruguaya durante la década de 1970.
Asimismo, la comisión
se acerca a cumplir un año de funciones --el próximo
9 de agosto-- en pleno trámite de exámenes de ADN
a dos jóvenes residentes en Buenos Aires entre los cuales
cree que se encuentra el desaparecido Simón Riquelo, luego
de obtener avances en su investigación del caso.
Aunque la ley de caducidad
saldó de manera legal la cuestión de las violaciones
de derechos humanos durante la dictadura, el gobierno del presidente
Jorge Batlle estimó que las heridas del pasado permanecen
abiertas mientras no se aclaren los casos ni se marque una postura
oficial al respecto.
Por ese motivo, Batlle
apeló a un "estado del alma" propicio para "sellar la paz
entre los uruguayos", al tiempo que se desarrolla una investigación
oficial por parte de la Comisión para la Paz, creada con
ese objetivo específico.
Crítica
de familiares
El grupo de familiares
de desaparecidos durante la dictadura pidió ayer públicamente
al presidente Jorge Batlle que acceda a detener a los oficiales
retirados requeridos por un juez argentino, y solicitó al
Parlamento que no permita que las Fuerzas Armadas uruguayas integren
los cuerpos de paz de Naciones Unidas.
En un comunicado, los
familiares preguntaron a las nuevas generaciones militares "hasta
cuándo van a tolerar esta ignominia que los separa de sus
compatriotas", y advirtió que "cuanto más tarden en
rendir las mínimas cuentas que con máxima tolerancia
y garantías hoy se les solicita, más cuentas se les
acumularán y más desgastada estará la tolerancia".
Familiares dijo que
las Fuerzas Armadas uruguayas "no son dignas" de representar al
país en el exterior porque "no quieren forjar la paz en su
propio país".
"La población,
en el año 1989, refrendó la ley (de caducidad) aspirando
a facilitar la paz, pero no a perpetuar la ignominia de seguir ocultando
el paradero de los desaparecidos y por tanto continuando el crimen.
Las Fuerzas Armadas tienen en sus manos una decisión clave:
o se suman a la corriente dignificadora y pacificadora, a la que
estamos convocados, o siguen por lo menos marginados y divorciados
de la sociedad a la cual, es bueno no olvidarse, se deben y la que
también --es bueno recordar-- las mantiene", sentenció
el grupo.
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