Guitarrista, Pianista y Compositor

Un músico formidable Egberto Gismonti

Mañana a las 20.30 horas en el Ballroom del Radisson se presenta el guitarrista brasileño junto a su hijo Alexandre en guitarra y Zeca Assumpção en contrabajo. El famoso artista volverá a encontrarse con su público luego de muchos años de ausencia.

EDUARDO ROLAND

A varios años de que llenara por última vez el Teatro Solís --cuando vino acompañado por Nando Carneiro, Jacques Morelenbaum y Zeca Assumpcao-- regresa a Montevideo Egberto Gismonti, el músico instrumental latinoamericano más reconocido mundialmente. Se presentará mañana en el Ballroom del Radisson Victoria Plaza en formato trío, junto a su hijo Alexander en guitarra y a su viejo colega Zeca Assumpção, un contrabajista de primera. Gismonti tocará piano en algunas composiciones y guitarra en otras, y según adelantó quizás realizará algún dúo de guitarras con Alexandre.

Aunque en un principio el músico pensaba interpretar solamente temas nuevos, luego resolvió, como regalo para su incondicional público rioplatense, hacer algunos de sus temas clásicos en los conciertos de Montevideo y Buenos Aires.

Como sucede en Noruega, Japón o España, en nuestro país Gismonti tiene gran caudal de seguidores desde hace unos 15 años, cuando la obra del guitarrista y pianista brasileño comenzó a difundirse a través del sello alemán Editions of Contemporary Music (ECM) auténtico reservorio de la mejor música contemporánea.

Además de excelente pianista y guitarrista, Gismonti es un compositor que ha conseguido un idioma propio y, en parte intransferible, en tanto muchas veces se adecua a su particularísima manera de abordar la guitarra, a la que arranca sonidos insospechados. Artista exigente al extremo y de vasta cultura general, se ha ganado cierta fama de personalidad algo engreída e intolerante. Teniendo cabal conocimiento de ésto, previo al contacto telefónico con su casa de Río de Janeiro podía temerse que la comunicación naufragara en las dificultades propias de tener que abarcar aspectos complejos en unos pocos minutos plagados de posibles malentendidos

Lo que sigue es la conversación mantenida con un Gismonti de voz distendida, cuya disposición y buen ánimo fueron en aumento a medida que avanzaba la charla a la distancia.

-- ¿Qué recuerda de sus últimas presentaciones en Uruguay?

-- Recuerdo a una gran amiga uruguaya, la pintora Berta Luisi, también el grupo de danza Babinca, que después del concierto me mostró parte de un espectáculo que estaban preparando, en fin, la entrada del teatro. Recuerdo bastante a pesar de que ya han pasado como ocho o nueve años de la última vez que estuve.

-- ¿Ha cambiado su música desde aquel tiempo?

-- Para responder de una manera superficial diría que sí. Ahora, para alguien que ha grabado tantos discos y tanta música para películas esta es una pregunta que podría ser respondida con más profundidad.

-- Comprendo las dificultades que supone una explicación más profunda, pero sería de interés que usted diera algunos elementos más a manera de ejemplos?

-- Bueno, voy a intentar responder, pero repito: yo no se qué grado de conocimiento tiene usted de mi música.

-- Le diría que, como un buen número de uruguayos, no sólo conozco sino que admiro la mayor parte de su obra.

-- Si usted la conoce, sabe que los cambios no son solamente aquellos muy evidentes; por ejemplo antes tal músico tocaba instrumentos acústicos y ahora toca eléctricos, o antes tocaba sólo y ahora con un grupo. Estos cambios son ocasionales; si hablamos de cambios más profundos tendríamos que hacer referencia a cambios permanentes, donde cada día se hacen pequeños descubrimientos. Entonces, en este sentido yo tengo la absoluta certeza de que no sólo mi música, sino que yo mismo como persona cambié desde la última vez que estuve en Montevideo. Porque además, al ser una persona que siempre busca aprender nuevas cosas es imposible no cambiar.

-- ¿Y algún acontecimiento especial en este período?

-- El haberme reencontrado después de muchos años con mis amigos los indios Xingú y tocar con seis de ellos en el Teatro Castro Alves de Salvador, en Bahía. Fue algo que me hizo pensar mucho y sentirme muy feliz. Otra buena e importante experiencia que tuve en estos últimos años fue encontrarme y tocar mucho con Gilberto Gil, que además es un gran amigo. Con Gil pude apreciar otro perfil de la música. Pero si usted conoce mi música verá que en cada uno de los más de cincuenta discos que he grabado, busco que siempre haya algún nuevo y pequeño descubrimiento.

-- Para un compositor que, como es su caso, ha encontrado un lenguaje propio por el que se le reconoce en el mundo entero, ¿es razonable intentar cambios radicales o lo adecuado es ir profundizando en el estilo logrado?

-- Es muy buena su pregunta y voy a tomarla como respuesta. Un compositor que tiene la experiencia que tengo y que ya encontró su propio lenguaje, encontró también la propia felicidad a través del lenguaje musical. Entonces ahora respondo preguntando: ¿vale la pena dejar que se pierda la felicidad encontrada?

-- ¿En estos pequeños cambios experimentados influyó en algo el hecho de haber comenzado a tocar con sus hijos?

-- Mucho. Influencia muy positivamente. Siendo músico y teniendo la música como fundamento vital es muy gratificante que mis dos hijos --que son muy musicales-- se hayan interesado por ella música y tengan una buena relación con lo que a mí me gusta.

-- ¿Qué instrumentos tocan? --Bianca toca piano y Alexandre la guitarra. Hablando de ésto debe aclarar que tanto para este concierto de Montevideo, como para los de Chile y Buenos Aires, Bianca no estará, ya que anda muy complicada con unos trabajos de la Facultad. El que va a sustituir a Bianca no es tan bonito pero es Zeca Assumpção. Por lo tanto el trío será con contrabajo, mi hijo Alexandre en guitarra y yo que voy a tocar piano y guitarra.

-- ¿Qué le diría a aquella gente que no conoce su música pero que puede estar interesada en asistir a su concierto?

-- Es algo muy difícil. Ahora, conociendo un poco la historia cultural de una ciudad como Montevideo, podría arriesgar un consejo: puede ser de interés para quienes sienten la necesidad de una música que no está en absoluto relacionada con lo que es la que comercialmente a nivel mundial. Y otra cosa que podría agregar es que si se gusta de músicos que tocan muy bien, se puede asistir tranquilo al concierto. Les podrá gustar o no la música que se haga, pero es seguro que siempre estará bien tocada.

-- ¿Qué tipo de música escucha en intimidad, en su casa, en los ratos libres?

-- Oigo muchas cintas que me mandan músicos del mundo entero que pretenden ser producidos por el sello que tengo desde hace años, llamado Carmo. Por eso siempre tengo gran cantidad de música para escuchar. Ahora, cuando no hago esto, me gusta escuchar música folclórica de diversos países.

-- ¿Nunca escucha música sinfónica?

-- Cuando más escucho música sinfónica es en los conciertos en que se hacen mis obras o toco con las orquestas.

-- ¿Ha escrito mucha música sinfónica últimamente?

-- Sí, tanto para orquesta sinfónica como para formaciones de cámara. Diría que ya tengo una obra considerable en ese campo.

-- Parecería que Villa-Lobos tiene asegurado un sucesor...

-- No, considero que en Brasil hay espacio para muchos, es un país muy grande. No preciso ser sucesor ni de Villa-Lobos ni de nadie, hay lugar para todos.

-- De acuerdo, ¿pero de alguna manera usted considera que ha continuado con el legado, con ese fuego que encendió Villa-Lobos?

-- ¡Ah, como fuego sí, es seguro! Como musicalidad, como personalidad y temperamento, no sé. Ahora, como ese fuego que yo traduzco de la siguiente forma: 'un amor profundo por la cultura brasileña', eso sin duda.

En agosto se presentará Courtney Pine

* Un par de semanas después de la presentación del genial Egberto Gismonti, llegará a Montevideo una de las principales figuras del jazz británico: el saxofonista negro Courtney Pine, quien comenzó a destacarse en los años 80 mezclando jazz con reggae y soul.

La prensa especializada esperó en su momento que se convirtiera en un nuevo John Coltrane o Sonny Rollins ultramarino, pero su condición de músico abierto a las corrientes estilísticas que van apareciendo fuera del mundo del jazz (en el rock y el pop) lo alejó de aquel vaticinio.

Aunque precisamente en las novedosas fusiones que logra, reside en la actualidad el mayor atractivo de la música que produce este improvisador nato. En su último disco (Back in the Day, 2000) retoma algunos patrones rítmicos del soul de los años 60 a los que agrega algo de hip hop y por supuesto, jazz.

Su presentación en Montevideo el próximo 7 de agosto, en el marco del Jazz Tour, representará seguramente el punto más alto del ciclo, junto con Gismonti. El singular saxofonista inglés traerá una numerosa banda integrada por Peter Martin en bajo, Robert Fordjour en batería, Cameron Pierre en guitarra, Donal Gamble en percusión, Dennis Rollins en trombón y Chris Jerome en teclados y máquinas.

A propósito, cabe agregar que tanto parte del concierto de Gismonti como el de Country Pine serán reproducidos por Tevé Ciudad, luego de una iniciativa de cooperación entre los organizadores del Jazz Tour y el canal codificado de la Intendencia capitalina.