Remo Di Leonardi

"Se perdieron U$S 14 millones para salvar a Migranja, que equivalen a la mitad del endeudamiento del sector y el Gobierno nos dice que no existen recursos cuando pedimos soluciones para más de 30 mil familias"

Presidente de la Confederación Granjera del Uruguay

"El contrabando de frutas y verduras se incrementa"

PABLO ANTUNEZ

-- ¿Por dónde pasan los problemas de la granja?

-- "Son consecuencia del pasado. Necesariamente tenemos que hablar del pasado, porque es como que llegamos a la mañana sin pasar antes por la noche. Se nos incluyó dentro de un Mercosur que fue de papel, no existió, con reglas de juego distintas a las de los países vecinos, con otros costos de producción y totalmente desarmados. No fue gradual la reconversión, ni estuvo de acuerdo con el sistema comercial que, por otra parte, tuvo un impacto muy fuerte. La granja fue muy agredida por las exportaciones de países que producen a escala y que nos tapan de mercadería sólo con los excedentes. Somos un país pequeño con un costo extremadamente alto y nos pusieron en el Mercosur, pero no nos dieron las pautas, ni nos defendieron como hay que defender a un país pequeño. Tampoco nos ofrecieron la oportunidad de opinar o de decir que no. Si a eso le sumamos la agresión causada por el contrabando, que tuvo impunidad en el gobierno anterior, creo que al sector le quedan pocas opciones para seguir adelante".

-- ¿Cuáles son las soluciones a la crisis del sector?

-- "Pasan por crear un Instituto en el que estén todas las partes necesarias y competentes, que genere políticas que sean mandatarias para el Poder Ejecutivo y que le permitan al sector, de una vez por todas, decidir cuál será su futuro. Vamos a entendernos, eso no se logra si no hay una inyección de parte del gobierno y si no se le demuestra al sector un interés real. Hay que tomar decisiones. La granja tiene un peso social muy importante, son 30 mil productores, no es poca cosa. Históricamente el país jamás ha quedado desabastecido de productos hortifrutícolas y ahora la familia granjera se está disgregando. Los valores, que son importantes para el país se van perdiendo. La granja genera trabajo, es gente que nace dentro del sector, que lo vive, su gente no es esa que se consigue a la vuelta de la esquina. Hay que nacer para ser granjero y hay que sentirlo, por eso vemos con mucha pena como se nos está saliendo de las manos un sector que fue creado durante generaciones. El país está cambiando globalización por valores humanos que no tienen precio".

-- ¿Ese Instituto es el Inagra? ¿En qué está el proyecto vinculado con su creación que ha impulsado la Confederación Granjera del Uruguay?

-- "El proyecto del Inagra se basa en agrupar a todas las entidades que trabajan en torno a la granja. La meta es agruparlos en una sola institución para mejorar su funcionamiento y para poder contar con la autonomía o la potestad de poder crear políticas a largo plazo, con gente conocedora o avezada en el tema".

"Lamentablemente la gente que maneja los destinos de la granja pueden tener las mejores intenciones, pero muchas veces desconocen cuáles son las causas reales de los problemas, porque muchas veces son cargos políticos, más que cargos por su idoneidad".

"Sabemos que es complejo y que tenemos que trabajar mucho, pero si queremos apuntar al futuro, vamos a tener que sentarnos con las gremiales y los legisladores y sacarlo adelante"

-- La empresa "Migranja" estuvo llamada a ser en cierta medida el buque insignia del sector, pero se fundió y la Corporación Nacional para el Desarrollo adquirió una buena parte de las acciones. ¿Qué incidencia tuvo la firma en la crisis de los granjeros uruguayos?

-- "En esa insignia se invirtieron entre U$S 30 y U$S 35 millones. A ese emprendimiento se le ha dado más dinero que a todo el sector hortifrutícola, que tiene una deuda de alrededor de U$S 28 millones. Pensamos que la novela caducaría cuando la empresa dio quiebra, pero asistimos atónitos a ver como la Corporación Nacional para el Desarrollo adquirió las acciones. No sé con qué objetivo siguieron gastando o por qué razones, siguieron perdiendo U$S 7 millones anuales. Entonces, a nosotros no nos cierra que cuando planteamos que la granja necesita recursos nos digan que no hay dinero".

"En este ejercicio que se va a cerrar ahora, las pérdidas de la empresa serán iguales o superiores, por eso no encontramos explicación al hecho de que, por un lado se gastan U$S 14 millones, que equivalen a la mitad de la deuda del sector y cuando pedimos recursos no hay".

-- ¿Cómo influyen los productos subsidiados que ingresan al mercado y compiten con los nacionales?

-- "Es un gran problema. Nosotros tuvimos una entrevista con la Comisión de Ganadería del Senado y nos dijeron que el ámbito para plantearlo es el Ministerio de Economía y Finanzas. Nosotros miramos con asombro que muchas veces vagamos de una oficina a la otra y nadie es responsable de la situación que se está viviendo. Todas las autoridades están informadas, nosotros nos dedicamos a trabajar, no somos economistas, pero veo que en este momento tenemos que cumplir todas las funciones. El Poder Ejecutivo, viendo la estructura de la granja y viendo la situación que vive, está debidamente informado de las consecuencias".

"Principalmente ingresan duraznos en almíbar, tomates y arvejas. El 90% de los tomates que se consume en el Uruguay son importados y el 30% viene de Europa, fuertemente subsidiado. Las autoridades lo saben".

-- Parece haber un recrudecimiento en el contrabando de productos hortifrutícolas en los últimos días. ¿Es así?.

-- "Sí, eso es notorio y el gran pulso para medirlo es el Mercado Modelo. Cuando el abastecedor del interior viene y se resiste a llevar determinados productos, es porque están entrando de afuera".

"Hay algunas mercaderías que son básicas para el contrabando, como tomate, zanahoria, morrón, cebolla y papa. Cuando el abastecedor del interior empieza, en pocos días, a bajar la compra de esos productos es que está entrando de afuera. En estos días, hemos visto con asombro que se está recrudeciendo el contrabando en los departamentos limítrofes".

"Se empezó a trabajar contra este problema con el gobierno del Dr. Batlle y al principio, hubo un aumento importante de las ventas en los departamentos limítrofes (30 o 40% más), pero ahora se volvió atrás. Si además del problema de competitividad que tenemos, todavía somos avasallados por el contrabando, el por venir es bastante negro".

-- Desde esferas oficiales se evalúa la reconversión como positiva, pero siguen quedando pequeños productores que, por un problema de escala --manejan menos de 3 hectáreas--, no pueden acceder. ¿Qué balance hacen los granjeros?

-- "Si bien la intención fue buena, la reconversión no mostró los efectos que el sector granjero esperaba. Para acceder a ella el productor debe aportar un 75% del capital. Una hectárea de manzana cuesta entre U$S 10.000 y U$S 12.000. Si el productor tiene riego y toda la tecnología, recibe entre 22% y 25% del costo de plantación de las nuevas variedades. Hoy por hoy, ninguno está en condiciones de poner el 75% restante. Por eso creo que hay que replantearse nuevamente este tema, hay que ver de qué manera se reasignan los recursos que se han generado para el sector, para que sean más eficientes y lleguen de mejor manera".

"La Junta Nacional de la Granja (Junagra) era el organismo que por naturaleza manejaba toda la temática del sector, pero cuando llegaron los recursos desde fuera, se creo otra institución superpuesta para manejarlos, entonces no sabemos quién es quién, ni quién maneja la cosa. Esas son cosas que no pueden pasar".

PERFIL

Granjero de alma

n Remo Di Leonardi es por segundo período, presidente de la Confederación Granjera del Uruguay. Hijo de inmigrantes italianos, con mucho esfuerzo han logrado sacar adelante su predio de 23 hectáreas, ubicado en la zona de Melilla. En su quinta se utiliza tecnología de punta, incluido el riego.

Los principales rubros productivos son durazno, manzana, peras y uva de mesa, que vende directamente en el Mercado Modelo.

Comenzó en el camino del gremialismo agropecuario en 1984, trabajando en la Asociación de Productores del Mercado Modelo (Aprome). "Me dedico a la actividad gremial por un problema de principios, no puedo resistir que en este país nunca se pueda hacer nada", explicó.