Agustín
Aguerre
"Logramos ahuyentar a un montón de inversores extranjeros
dispuestos a instalarse en Montevideo, y que lo que terminaron haciendo
fue instalarse en Buenos Aires e invirtiendo cifras multimillonarias
en ese puerto".
Presidente
de la Administración Nacional de Puertos
El puerto cerró
una etapa triste, con imagen penosa
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IMPULSO. Aguerre promueve una nueva forma de relacionamiento
entre los actores portuarios
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IVAN KIRICHENKO
El presidente de la
Administración Nacional de Puertos (ANP), Agustín
Aguerre, sostuvo que Uruguay dejó una imagen "penosa" en
el exterior debido a los anteriores intentos fracasados de concesionar
la terminal de contenedores a operadores privados, que se procura
cambiar con el proceso definido por el nuevo gobierno. Asimismo,
dijo que por esos intentos fracasados el país "ahuyentó"
a "un montón" de empresarios que luego realizaron inversiones
"multimillonarias" en el puerto de Buenos Aires.
No obstante, durante
una entrevista con El País, el jerarca expresó su
confianza en que más allá del escepticismo, habrá
varios operadores de todo el mundo interesados en la subasta de
acciones que la nueva sociedad administradora de la terminal --creada
días atrás-- realizará el 27 de julio.
Aguerre también
sostuvo que el "clima de guerra" que estaba instalado antes en el
puerto hoy está superado y dio paso a un trabajo conjunto
de los distintos actores.
--¿Cuánto
se ha podido avanzar en la rebaja del costo portuario?
--Hay costos que deberían
bajar, entre ellos los de la ANP, pero también de otros actores
públicos y privados. La ANP pretende ser responsable de los
costos propios y llamar la atención sobre los ajenos, porque
la ANP tiene un protagonismo especial en la comunidad portuaria.
En los propios, tenemos que mejorar los costos fijos. La ANP tiene
un 80% de sus costos son de sueldos y funcionamiento y sólo
el 20% es de inversiones. No es responsabilidad de los funcionarios
pero es un hecho y el presidente de la ANP tiene que decir que esto
está pasando y que en algún lugar por cobrar precios
excesivos perdemos competitividad y que por perder competitividad
estamos perdiendo negocios.
--¿Y en cuanto
al funcionariado?
--Me gustaría
tener 1.253 funcionarios, como hoy, y garantizarles el trabajo a
todos. Pero lo que tenemos que pensar es, viendo el país
en su conjunto, si reduciendo ese peso de costos fijos no estaremos
generando más puestos de trabajo que los que reducimos en
la ANP. Y el ejemplo es claro. En 1992, cuando se empieza a aplicar
la ley de puertos, el puerto tenía más de 4 mil funcionarios.
Desde esa fecha hemos bajado de más de 4 mil funcionarios
a 1.253, pero el conjunto de la operativa portuaria ha crecido mucho
más que los 3 mil puestos de trabajo que la ANP redujo. Ganó
el país, ganó la operativa, ganó el tránsito.
Nuestra apuesta se hace siendo conscientes de que la comunidad portuaria
es un conjunto. No tiene sentido que la ANP venda muelles y dragados
o que uno de los operadores venda subir y bajar contenedores; se
trata de hacer ofertas conjuntas y por eso la comunidad portuaria
está trabajando.
--¿Y esa comunidad
tenía problemas?
--Una cosa que hemos
mejorado muchísimo es el clima de guerra que había
entre los privados y la ANP y entre los privados entre sí,
y eso es muy productivo.
--¿Cómo
se logró ese cambio?
--Porque todos estamos
conscientes de que no hay más remedio y que es mucho más
beneficioso para todos hacerlo así. Nos hemos dado cuenta
de que reaccionamos públicos y privados juntos, o perderemos
negocios y nuestras importaciones y exportaciones se van a encarecer
y no podrán salir todos los días sino que tendrán
que esperar a que haya lugar en Buenos Aires. El riesgo más
grande que tiene Montevideo, además de la competencia, es
no animarse a hacer los cambios. Hay que animarse y tomar algunas
decisiones que seguramente van a ser resistidas.
--¿Por qué
resistencias?
--Hay corporativismos
en el Estado, en sindicatos y en empresas. Y debemos sentirnos todos
un conjunto, elevar la mira. Hay corporativismo en el Estado porque
el Estado siente (y es una tradición batllista) que más
grande es más poder. Eso es una falacia. El poder no es el
poder de abarcar más sino de hacer mejor. Tengo más
poder en la medida en que devuelvo al contribuyente un servicio
por lo que él me da. Los sindicatos se ponen corporativos
cuando por hacer algo que está bien, que es defender a los
funcionarios, omiten la visión amplia del país o el
sector en su conjunto. Las empresas se ponen corporativas cuando
empiezan a funcionar en régimen de monopolio u oligopolio
evitando la competencia. Si elevamos la mira y estamos por encima
de esas disputas pequeñas vamos a seguir teniendo posibilidades,
y en estos cuatro meses he sentido una firme voluntad en las empresas
y el sindicato, de entender que acá nos jugamos mucho más
que lo pequeño personal.
--¿Cómo
evalúa el paso que se dio en cuanto a la terminal de contenedores?
--Lo que se firmó
el otro día es un hito muy importante que marca el cierre
de una etapa muy triste donde, por problemas de públicos
y privados, dimos una penosa imagen al exterior y logramos ahuyentar
a un montón de inversores extranjeros dispuestos a instalarse
en Montevideo, y que lo que terminaron haciendo fue instalarse en
Buenos Aires e invirtiendo cifras multimillonarias en ese puerto.
Los mismos que iban a invertir acá, hoy tienen terminales
de contenedores en un puerto competidor, como es el de Buenos Aires.
O sea que tuvimos un doble castigo: no sólo que no invirtieron
acá sino que invirtieron en la competencia. Y eso lo hicimos
en tres procesos.
--¿Y eso cómo
repercutió en potenciales inversores?
--Hoy, cuando habla
con los inversores extranjeros, uno explica las posibilidades de
Montevideo, por qué es un puerto distinto en la región,
por qué hay potencial de crecimiento, y antes de terminar
de escuchar las explicaciones, lo que todos preguntan es: todo muy
bien, quiero creerle; pero ¿qué cosas cambiaron para
que antes no caminara tres veces y ahora camine?
--¿Y qué
cosas cambiaron?
--Primero la consciencia
de todos de que esta vez hay que hacerlo. Luego la herramienta que
nos dio el Parlamento y que ratificó la población
en referéndum. Es un proceso inobjetable, claro, público,
transparente, y es buena herramienta. Pero, aunque fue ratificado
por la gente, que no concurrió a votar cuando hubo una consulta
popular, también es cierto que 500 mil uruguayos sí
fueron a votar. Es un mensaje importante que debemos tener en cuenta.
Esas personas dijeron: queremos un proceso absolutamente transparente,
y que el Estado controle. Ambas cosas se harán. La ANP hará
respetar el contrato, que es claro y exigente.
--¿Percibe que
hay interesados?
--Sí. Nacionales
y empresas de primer nivel en el mundo. Sabemos que lo están
estudiando porque todos los días hacen preguntas.
--En el gobierno anterior
usted era director de Vialidad. ¿Le consta que desde el Ministerio
de Transporte se haya advertido sobre las consecuencias de los procesos
de concesión de la terminal?
--Se advirtió.
Públicos y privados éramos conscientes de que postergar
las inversiones en la terminal de contenedores iba a ser un parate
importante en el proceso del puerto. Públicos y privados
no tuvimos la sabiduría, la amplitud, para dejar las visiones
particulares y mirar la visión en grande. Creo que eso cambió,
desde el Ministerio de Obras Públicas, desde los privados,
y confío en que termine bien. La terminal tiene la responsabilidad
de iniciar un período de inversiones y crecimiento en el
puerto, y la responsabilidad simbólica de decir: en Uruguay
se puede invertir, Uruguay es serio, honesto, estable.
--¿Entonces este
procedimiento le garantiza a esos 500 mil uruguayos que no habrá
corrupción?
--A esos 500 mil que
votaron y a los 2,5 millones que no votaron les decimos que el proceso
es transparente, es honesto, porque no sabemos ser de otra manera,
porque va de suyo ser así y no porque convenga ser así.
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