EL PRESIDENTE
DEL SODRE PASA LOS ANTECEDENTES DEL CONFLICTO A JURIDICA Y DENUNCIA
GRAVES PERDIDAS
Después de "Aída"
Según el arquitecto
Roberto Falco, el instituto perdió más de 200.000
dólares con la ópera.
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DECIDIDO.
"Acá me han traicionado y yo voy a trabajar como sea
para arreglar esta situación", dice Falco
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El presidente del Consejo
Directivo del Sodre, el arquitecto Roberto Falco, consultará
a los servicios jurídicos de la institución a efectos
de establecer si corresponden o no sanciones a los integrantes de
la Orquesta Sinfónica que se negaron a tomar parte en la
frustrada representación de la ópera "Aída"
con la la institución proyectaba originalmente abrir su nuevo
complejo de espectáculos.
"Voy a pasar los expedientes
a los respectivos departamentos y serán ellos los que determinarán
si corresponden las sanciones. A mí me dicen que los músicos
son contratados, pero con instrumentos. Vamos a esperar, pero si
me dicen que debo sancionar, sancionaré", dijo ayer Falco
a El País, a escasas horas de que el espectáculo "Un
piano para Aída" marcara la reapertura de la sala a casi
treinta años del incendio que consumió el Estudio
Auditorio el 18 de setiembre de 1971.
Falco advirtió
que es "un simple administrador de los derechos" del Sodre y que,
como tal, no cuenta con facultades para despedir a ningún
funcionario, pero no ocultó su particular estado de ánimo.
"Acá me han traicionado y yo voy a trabajar como sea para
arreglar esta situación, pero no con sentido de venganza,
sino de orden", explicó.
El presidente del Consejo
Directivo del Sodre sostuvo que cumplirá con la tarea asignada
y que está dispuesto a abandonar el cargo si el presidente
Batlle no está conforme con su gestión.
"Lo lamento mucho, pero
es así. Si la Justicia tiene que actuar, actuará,
porque todo tiene que ajustarse a derecho. A mí me pusieron
al frente de esta institución para poner orden, porque esto
es un caos. Trataré de arreglarlo y si no, que me echen",
indicó.
Falco aclaró
que cuando asumió en el Sodre varios sumarios ya se encontraban
en curso, pero que a pesar de todas las dificultades enfrentadas
en ningún momento pensó en abandonar su cargo. "Tengo
muy claro qué es lo que hay que hacer. Si no, no hubiera
puesto el alma con el cometido de abrir el complejo. Cien personas
no me van a impedir que lo haga", afirmó.
PERDIDAS. El presidente
del Sodre estimó en más de 200 mil dólares
las pérdidas que el instituto deberá enfrentar por
la suspensión de la representación de "Aída"
tal como originalmente se había proyectado.
Falco explicó
que con vinculaciones personales había logrado que una cadena
de supermercados se hiciera cargo del traslado de los vestuarios
desde España y del pago de los cachés. "El Sodre salía
empatado y se quedaba con lo recaudado por concepto de venta de
entradas, por lo que iba a salir empatado. Pero les tuve que decir
a los señores de los supermercados que no puedo cumplir con
lo que les ofrecí, porque una cosa es hacer una ópera
en toda su plenitud y otra es hacerla a dos pianos. Ahora perdí
el apoyo de los supermercados, tengo que pagar los cachés,
los vestuarios y no sé si los hoteles me los van a cobrar.
No sé en el lío en que estoy", dijo el jerarca en
declaraciones al programa "Quién es quién" de Diamante
FM.
De acuerdo a sus estimaciones,
el Sodre lleva invertidos en el espectáculo unos 150 mil
dólares, a lo que deberá sumarse la pérdida
de la mitad de lo que pensaba recaudarse por concepto de venta de
entradas. "Ahí vamos a perder unos 60 mil o 70 mil dólares
más", evaluó Falco.
Más allá
de lo meramente económico, el jerarca no evitó aludir
al impacto que el incidente tendrá en las acciones futuras
que encare el Sodre.
"Seguro que perdimos
la credibilidad del sector privado. Y sin él, es muy difícil
hacer cultura", se lamentó.
En cuanto al fondo del
conflicto que el Consejo Directivo del Sodre mantiene con los músicos
de la Orquesta Sinfónica, Falco dejó en claro que
la solución al problema económico que plantean aquellos
no se encuentra en manos del instituto que preside, porque "hay
una ley que lo impide".
En su opinión,
una probable salida radicaría en la eventualidad de contratar
un seguro que permitiría compensar gastos y riesgos que corren
los músicos, aunque sólo cubriría las actuaciones
con la Ossodre.
"Cuando se usa el instrumento
en la Filarmónica, que el riesgo lo cubra la Filarmónica",
advirtió el Arq. Falco.
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