Libertad de expresión: Se encontraron con que su diario no estaba en los puestos habituales y salieron a buscarlo.
A algunos el margen de la venta les pagó dos meses de alquiler.

Y El País se vendió solo

Hubo quien entregó 460 diarios en la plaza Cagancha, a pesar de las amenazas, en tanto que algunos quiosqueros decían que el diario no se había publicado.

avidez

AVIDEZ. Fueron muchos los que no se conformaron con el hecho de que El País no estuviera en los quioscos y lo fueron a comprar a la plaza

El País hoy no salió", fue la información que le dio un quiosquero a una señora a la que le entregaba el diario todos los días a domicilio. "Me parece que sí salió pero que los quiosqueros no quieren venderlo", respondió la señora, que además de leer El País mira la televisión, donde se informó sobre la situación. Pero el canilla insistió: "Cómo no vamos a querer vender El País si es el diario que más se vende", inquirió con expresión triunfal. "Sin embargo en el Centro se vende", continuó con calma la señora, que había pagado por adelantado todo el mes de agosto. "Sí, en el Centro sí", confesó el vendedor. "¿Entonces cómo que no salió?".

A pesar de que una gran cantidad de quiosqueros estaban dando la misma noticia, El País salió y se vendió con normalidad en el interior y en el Centro de forma improvisada, por quienes quisieron ganar un dinero extra el domingo.

EJEMPLO. Y fueron unos cuantos los que lo consiguieron. Tal vez el ejemplo de pequeño empresario más notable de toda la jornada fue el de Juan (15), quien se enteró del filón que había con la decisión del sindicato de canillas de no distribuir El País. Juan juntó 20 pesos y compró un diario para venderlo a $ 30, que es el precio que está impreso en la portada.

Juan vendió el diario, compró otro y le quedaron 10 pesos. Vendió el otro y ya tenía $ 40. Invirtió todo su capital y compró dos diarios. Al terminar la jornada había vendido 70 diarios y tenía 700 pesos en el bolsillo, una fortuna amasada por estar en el momento justo en el lugar adecuado.

La noticia corrió con una rapidez asombrosa en el Centro. En los quioscos de 18 de Julio no se podía decir que El País no había salido, porque se escuchaban los gritos de decenas de improvisados canillas que pregonaban los diarios numeradas, el coche de premio y hasta algunas noticias, a la vieja usanza.

Por cada quiosco que no tenía El País había por lo menos un niño o un adulto que lo ofrecía. En la calle San José uno de los vendedores calculaba a las 6 de la tarde que había vendido 80 diarios y se quejaba por haber empezado tarde: "Uno que estuvo en la plaza Cagancha desde la 9 de la mañana, a la una de la tarde había vendido 460 diarios. Hizo 4.600 pesos", se lamentaba.

AYUDA. La gente le preguntaba qué había pasado, pero el hombre contestaba invariablemente: "No tengo ni idea. Yo me entere de que se podía hacer algún mango vendiendo El País y agarré. Con lo que gané puedo pagar lo que debo de alquiler y encima me quedan 200 mangos".

Del conflicto no quiere ni saber: "Yo soy cuidacoches. Lo que pasó no es asunto mío, pero me vino muy bien, eso es verdad", reconoció.

Otros tuvieron más problemas. Uno de los vendedores se acercó espontáneamente y contó: "Yo estaba vendiendo y se bajó uno de un auto y me empezó a insultar y a decirme rompehuelgas, pero yo no soy rompehuelgas, soy busca. Se me dio la posibilidad y arranqué a vender diarios. Vamos a ver cuánto dura. Hoy me fue muy bien".

De todas maneras en algún momento se puso un poco nervioso: "No te doy mi nombre, porque me pican como un queso. Me amenazaron dos veces y dijeron que iban a volver. Dijeron que eran del sindicato. Pero no pueden agredir a la gente que se quiere ganar un mango, ¿no te parece?"

DEMANDA. En la propia puerta de El País se vendieron 3.000 diarios y hubo momentos de la mañana en los que había cola para comprarlo, en tanto que algunos decidieron hacer una buena inversión y compraron hasta dos manos (50 ejemplares) de diarios.

Una pareja trabajó en equipo. El vendía y cuando le quedaba sólo uno, ella iba a comprar más.

 

Agresión y presiones

Tres jóvenes que vendían El País en una feria de la ciudad de Las Piedras fueron agredidos por un grupo de personas que dijeron pertenecer al sindicato de vendedores de diarios, quienes desarmaron a patadas el mostrador que habían montado al efecto.

Los tres improvisados vendedores se instalaron en la feria que todos los domingos se celebra en la calle Batlle y Ordóñez de la ciudad pedrense.

Quince minutos después de que comenzaron la venta, llegó al lugar un automóvil Ford Escort, de color amarillo, en cuyo interior se desplazaban varias personas que dijeron pertenecer al sindicato de canillas.

Inmediatamente exigieron que dejaran de vender, y pasaron de las palabras a los hechos, tomando a puntapiés el mostrador que se había montado con cajones y tablas.

El episodio derivo en un incidente que terminó cuando los ocupantes del automóvil amarillo se retiraron.

Los agredidos se presentaron a formular la denuncia ante la Seccional 4a. de Las Piedras, pero un funcionario les expresó que era mejor no presentar cargos. "Si fuera yo, no lo haría", les dijo, agregando que "este es un gremio muy bravo".

EN MALVIN. Otro lugar donde se vivieron momentos de tensión, aunque no se llegó a un incidente, fue el supermercado instalado en Legrand y Michigan.

Sobre las 10.30 de ayer se presentaron en el lugar diez personas que dijeron pertenecer al sindicato, quienes exigieron que se dejara de vender El País.

La encargada del lugar tenía orden de la dirección de la empresa de parar la venta ante el mínimo problema, y así lo hizo.

Se hizo presente personal de la Seccional 11a., que patrullaba la zona, pero los autodenominados integrantes del sindicato de canillas se retiraron del lugar. La venta no se reanudó en el resto del día.

En el supermercado ubicado en la avenida Agraciada casi Asencio se había ubicado una persona a vender diarios, pero a media mañana los devolvió, luego de la intervención de representantes del sindicato.

Personal de la Seccional 6a, mantuvo guardia durante todo el día en el local.

En algunos lugares de Pocitos, la venta se cumplió con relativa normalidad bajo custodia policial, según consignó a El País la Seccional 10a. con jurisdicción en la zona.

La presión del sindicato de vendedores de diarios y revistas se registró en varios puntos habituales de venta, en todos los casos con el objetivo de evitar la distribución de El País.

 

Rechazo unánime a la medida

Dirigentes políticos de todos los partidos rechazaron la medida de los canillitas que dificultó venta de El País.

El ministro de Educación y Cultura, Antonio Mercader calificó la medida del Sindicato Unico de Vendedores de Diarios y Revistas contra "El País", como "un flagrante acto de censura, importante, inconstitucional y atentatorio del artículo 29 de la Constitución de la República".

"Acá es un caso de censura, no dejan difundir un medio que dijo algo que no te gustó", comentó Mercader.

El ministro destacó, por otra parte, que la decisión del gremio de los canillitas "no parece insertarse en lo que eran los ideales del sindicato cuando se fundó" y "es un caso sin precedentes en el Uruguay".

Recordó, por otra parte, que el camino que se debe transitar en un régimen democrático es el del derecho a la réplica, "pero nunca la censura".

Consultado sobre si el gobierno de oficio podía tener alguna intervención, Mercader declaró que los poderes públicos "pueden hacer algo a denuncia de parte".

DISCREPANTE. Para el ministro de Defensa Nacional Luis Brezzo, en la situación creada entre El País y el gremio de los canillitas "no existe un ataque a la libertad de prensa, ni ninguna ilegalidad", pero observó que "lo que hay es una expresión de intolerancia muy fuerte y la aplicación de una medida, que le impide a un diario que ha estado durante prácticamente todo este siglo en contacto con la gente, hacerlo, por la negativa a venderlo."

El jerarca agregó que "todos sabemos también que no es nada fácil que el diario organice un sistema de distribución distinto al actual. Yo creo que la reacción del sindicato ha sido desproporcionada ante el desagrado o la discrepancia por un artículo que se escribió."

"La pregunta que todos nos hacemos es si el artículo dice la verdad o no la dice", concluyó Brezzo.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Washington Abdala, no ocultó su preocupación por el problema conflictual que afectó la venta en las víspera del diario "El País", y no dudó en calificarlo como una afectación a la libertad de expresión consagrada en la Constitución.

Abdala dijo que "la libertad de expresión es un valor fundamental del sistema democrático y lo tenemos que defender, y no puede ser que por mecanismos procesales como una movida de este tipo termine afectándola".

"El diario El País los domingos es una institución", agregó el diputado forista, y destacó que su salida no puede ser entorpecida justamente ese día, "en el que además cumple una función de enorme interés no sólo periodístico sino tambien social, ya que el Gallo Luis es un instrumento que le permite a la gente buscar y obtener empleo".

EQUIVOCADO. El integrante de la Comisión de Legislación del Trabajo, Juan José Bentancor (Vertiente Artiguista) al ser informado por "El País" de la decisión adoptada por el Sindicato Unico de Vendedores de Diarios y Revistas, calificó la misma de "equivocada", aunque aclaró que antes de abrir una opinión, quería conocer los argumentos que esgrimía el gremio.

Bentancor --que fue dirigente del PIT-CNT antes de asumir su banca como legislador-- consideró que "la situación es grave" y que si bien se trata de un caso atípico a los que comunmente analiza la comisión de diputados, el mismo podría llegar a considerarse si hay un planteo de la empresa o sus representantes.

"EXCESIVA". Para el diputado Iván Posada, del sector Tercera Vía del Nuevo Espacio, "esta situación es, claramente, una medida excesiva", por considerar que en estos casos "tiene que primar la libertad de información, la que debe ser preservada".

Posada subrayó a El País que el respeto por la libertad informativa "es fundamental en cualquier sistema democrático, más allá que esa información a veces pueda no gustarnos".

El legislador opinó que "los medios de comunicación de nuestro país siempre han garantizado la apertura de opinion a quienes discrepan" y dijo que "lo que eventualmente correspondía que el sindicato hiciera debió ser su reclamo de la oportunidad para dar su punto de vista sobre el problema". "Así deben ser resueltas las cosas en cualquier sistema democrático", apuntó Posada.

 

Solidaridad de APU con el diario El País

La Mesa Ejecutiva de la Asociación de la Prensa del Uruguay (APU) consideró la práctica del sindicato de canillitas como "un hecho muy grave", que atenta contra la libertad de expresión y la fuente de trabajo de los periodistas del diario El País.

El Consejo Directivo de APU considerará y se pronunciará el próximo martes sobre el asunto, pero su presidente Manuel Méndez, hablando en representación de los demás integrantes de la mesa, con los que mantuvo contactos en las últimas horas, señaló que es claro que esto constituye "un ataque a la libertad de circulación de un medio de comunicación y a la libertad de expresión".

Agregó que la medida del sindicao de canillitas "pone en riesgo la fuente de trabajo de los empleados de El País, en un momento en que el sector atravieza una fuerte crisis, como consecuencia de la caída de ingresos por el recorte de los avisos oficiales y la merma de la publicidad de las empresas privadas".

El presidente de APU señaló que si los vendedores de diarios estaban molestos con la nota publicada por El País, el pasado sábado, donde se denunciaba el porcentaje que los mismos obtenían de la venta, el camino que tenían que haber recorrido debió haber sido la respuesta a dicho artículo, dando sus puntos de vista, pero "no coartar la distribución del medio".

Méndez señaló, por otra parte, la necesidad de "crear un ámbito de negociación de todo el sector de la prensa, para analizar la situación en su conjunto".

El secretario general del gremio de periodistas, Roberto Etcheverry estuvo durante toda la jornada de ayer realizando un seguimiento de la situación planteada y visitó la administración y la redacción de El País, para conocer la evolución de las negociaciones que estaban en curso entre la empresa y el Sindicato Unico de Vendedores de Diarios y Revistas.

Asimismo, en el curso de toda la jornada de la víspera, los teléfonos de la redacción del diario recibieron innumerables llamados de colegas de otros medios de prensa, así como de asiduos lectores de El País preocupados por los hechos y para expresar su solidaridad con nuestros periodistas.