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Los líderes europeos se resisten a dar por muerta la Constitución

La Unión Europea afronta uno de los peores momentos de su historia, con un riesgo real de parálisis, tras el no de Francia y Holanda a la Constitución, un proyecto en el que llevaba invertidos una enorme ilusión y cinco años de trabajos.

Los responsables de las instituciones de la UE reiteraron hoy (2 de junio), al día siguiente del fiasco holandés, sus llamamientos a que no se dé por muerto, precipitadamente, el Tratado constitucional.

El aplastante rechazo de los holandeses a la Constitución (61,6% en contra frente a 38,4% a favor, y una participación inédita del 62,8%) ha sorprendido a los responsables europeos, que esperaban un resultado menos contundente tras el no francés.

Ahora se plantea con crudeza qué sentido tiene seguir con el proceso de ratificación en los países que aún no lo han completado -quince de los veinticinco-, cuando se sabe ya que al menos dos de ellos, y no menores, no aceptan el Tratado en su versión actual.

Si el texto ha de cambiar, para contentar a franceses y holandeses, ¿qué sentido tiene someterlo a ratificación en el resto de los países?.

Los tres presidentes de las instituciones comunitarias, el luxemburgués Jean-Claude Juncker (Consejo), el portugués José Manuel Durao Barroso (Comisión) y el español Josep Borrell (Parlamento) han vuelto a insistir en que el proceso debe continuar, porque todos tienen derecho a dar su opinión.

"¿Nos habríamos planteado en Europa suspender el proceso, si los españoles hubiéramos dicho no en lugar de sí?", se preguntó Borrell en una comparecencia ante la prensa.

La Constitución europea, como tratado internacional que es, no puede entrar en vigor si uno tan solo de los Veinticinco no la ratifica.

Lo único que previeron los firmantes del Tratado es que se revisará la situación en noviembre de 2006 si para entonces cuatro quintas partes de los estados lo han ratificado y uno o varios han tropezado con dificultades.

Esto significa que, si seis países dijeran que "no", la Constitución podría considerarse definitivamente muerta.

Durao Barroso volvió a pedir hoy a todos los gobiernos de la UE que se abstengan de tomar iniciativas no consensuadas respecto al proceso de ratificación.

Después de reunirse en la Eurocámara con todos los grupos políticos, destacó que cada país defiende su interés nacional, pero debe existir el "consenso en situaciones difíciles".

Se trata de "explicar mejor a los ciudadanos" qué significa el proyecto de construcción europea, a través de "una pedagogía europea" que frene " ideas chauvinistas e individuales".

El presidente destacó que no hay un plan B a la Constitución europea, ya que ésta es buena para Europa , y defendió la política de la prudencia ante las voces que consideran que la UE ha entrado en crisis.

Hace falta prudencia para resolver esta situación, porque no es la primera vez que Europa tiene problemas ni será la última , consideró Barroso, quien emplazó a los jefes de Estado o de Gobierno de la UE a buscar soluciones en el próximo Consejo Europeo (16 y 17 de junio).

Recordó además que los Veinticinco firmaron el Tratado constitucional "y si hay un problema, también tiene que ser resuelto colectivamente".

"Hay que respetar a todos aquellos que han dicho si a la Constitución europea, como los españoles, pues ya hay 10 países, frente a dos, que la han aceptado", insistió Barroso.

La portavoz de la CE, Francoise Le Bail afirmó, por su parte, que es importante hacer una distinción entre la ratificación de la Constitución y las perspectivas financieras (presupuesto) de la UE , que deberían cerrarse en la cumbre de junio.

"Cuando los ciudadanos se expresan contra la Constitución no lo hacen necesariamente contra el proyecto europeo o el normal funcionamiento de la UE", indicó la portavoz, que recordó que "la Unión no puede funcionar sin un presupuesto", por lo que es esencial alcanzar una solución en el próximo Consejo Europeo.

Para subrayar su decidida voluntad de hacer avanzar la Unión, pese a la crisis constitucional, la presidencia luxemburguesa sometió hoy a sus socios una nueva propuesta de compromiso sobre las perspectivas financieras para el período 2007-2013.

EFE

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