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Ola de atentados en Londres: 37 muertos y 700 heridos

Londres fue hoy (7 de julio) blanco de atentados en el metro y en un ómnibus, que causaron al menos 37 muertos y más de 700 heridos, 45 de ellos en estado crítico, en el primer ataque terrorista en la capital británica desde las intervenciones militares en Afganistán e Irak, y que, según fuentes gubernamentales, tiene la marca de Al Qaeda.

"El propósito es aterrorizar a la gente, pero no nos aterrorizarán", advirtió Blair en un mensaje grabado en su residencia londinense de Downing Street, a la que regresó tras abandonar la cumbre del G8 -siete países más industrializados y Rusia-, cuyos gobernantes condenaron los ataques y continuaron con las deliberaciones en Gleneagles, Escocia.

A las 8.51 locales (4.51 hora de Uruguay) estalló una bomba en un metro entre las estaciones Aldgate East y Liverpool Street -en plena city financiera en el este de la capital, donde confluyen cuatro líneas subterráneas y trenes-. Siete personas murieron.

Cinco minutos después detonó otra bomba en otro metro, entre las estaciones céntricas de Russell Square y King´s Cross -en el noreste y en la que confluyen seis líneas y trenes-. Las víctimas mortales fueron 21.

Una tercera explosión se registró a las 9.17 en otro metro en Edward Road, una estación cercana a la de Paddignton -a la que llegan cuatro líneas y trenes-. Siete personas fallecieron.

La última explosión ocurrió en un ómnibus de dos pisos, en la calle Tavistock Place, donde murieron dos pasajeros.

Algunas fuentes británicas y extranjeras sostienen que esta detonación ocurrió accidentalmente antes de lo planeado por los atacantes, presuntamente dos terroristas que la transportaban hacia el metro.

La red Al Qaeda reivindicó los ataques en un comunicado publicado en Internet, aunque no se confirmó su autenticidad.

No obstante, el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, dijo que los atentados "tienen todas las marcas de ser de Al Qaeda, como los que cometió este grupo en el pasado".

Las mediadas de seguridad fueron reforzadas inmediatamente en varios países europeos. El gobierno de Estados Unidos elevó su alerta antiterrorista de "amarillo" a "naranja", que hace hincapié en la prevención en el sistema de transportes masivos.

Algunos testigos de los atentados describieron los hechos como "horribles", "demoníacos" y "muy aterradores".

"Escuché a gente diciendo que pensaba que iba a morir. Vi gente parada, llorando en los rincones, cubiertos los rostros de sangre y polvillo negro.

Creo haber visto a alguien muerto, fue una escena indescriptible", contó a ANSA la inglesa Sharon McCulley, una de las afectadas por el atentado enLiverpool Street.

El analista Paul Rogers, de la Universidad de Bradford comentó que "la sensación siempre fue que Gran Bretaña e Italia estaban más en riesgo por su cercanía a Estados Unidos. Después de España, muchos pensaron que Gran Bretaña sería el objetivo siguiente".

Según Rogers, además, la reunión del G8 fue el móvil del ataque debido a su "gran impacto político".

El G8 continuó hoy sus deliberaciones, convocada en principio para discutir planes contra el hambre en Africa y sobre el medio ambiente, pero quedó absorbida por los ataques terroristas en Londres y postergó hasta el viernes una declaración que pensaba difundir hoy.

Blair retornó por la noche a Gleneagles, luego de la reunión de ministros en Londres y tras el mensaje emitido a la población, en el que expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas y dijo que este había sido "un día muy triste" para los británicos.

Con tono firme y gesto preocupado, afirmó: "cuando ellos tratan de intimidarnos, no debemos dejarlos".

Pese al apoyo que recibió de políticos y jefes de partidos y organizaciones civiles, Blair enfrenta ahora el desafío de duras críticas por parte de grupos antibélicos y humanitarios, quienes habían advertido que la participación británica en Irak llevaría violencia a las calles de Gran Bretaña.

En declaraciones a ANSA, un vocero el grupo Stop the War Coalition (SWC) dijo que "aunque éste no es un momento para echar culpas", Blair "deberá hacerse cargo de llevar al país a una guerra que ha creado más injusticias y odio".

"Lo que ha ocurrido hoy es muy grave, hay muchos muertos y heridos. Primero fue Madrid (en 2004), ahora Londres. No podemos justificar a los terroristas, pero debemos ser críticos con una política de gobierno (la británica) que ha favorecido el poderío militar anglo-estadounidense en países como Irak y Afganistán", declaró un vocero de esa organización antibélica.

Londres lucía esta noche como una ciudad desierta, un paisaje sólo alterado por la inusual postal de ciudadanos que regresaron a pie o en esporádicos trenes a sus casas.

ANSA

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