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Pablo
Goncálvez, el múltiple asesino Una botella con una combinación de alcohol y éter encontrada en su casa por funcionarios de investigaciones, selló el destino de Pablo Goncalvez. Este joven de 21 años, enjuto pero fuerte y de lentes gruesos, que vivía en la esquina de Lieja y Arocena, fue identificado como el múltiple criminal que buscaba toda la policía del país. Fue detenido cuando regresaba de Porto Alegre, casi en la frontera con Brasil, por una comisión policial que lo bajó del ómnibus y lo condujo en un móvil hasta la seccional 14 de Carrasco. Las rotativas de los diarios se detuvieron, los canales de televisión demoraron sus respectivas salidas al aire y las radios comenzaron a propagar la noticia: Cayó preso el sicópata de Carrasco. El joven de sinuosa personalidad y estremecedora inteligencia empezaba a derrumbarse y a confesar la serie de asesinatos que había alterado la paz ciudadana y mantenido en vilo al país. Describió con lujo de detalles cómo había matado, por estrangulamiento, a la jovencita Andrea Castro, cuyo cuerpo arrojó en la Playa Mansa de Maldonado. Luego confesó el crimen de María Victoria Williams, una hermosa muchacha de su misma edad y vecina suya y por último, narró con precisión de láser, durante la reconstrucción, la manera en que había matado a Ana Luisa Miller. No obstante, luego se retractó de este último crimen y hasta hoy se mantienen las dudas sobre si fue o no su asesino. |
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