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En 1981 comenzaron a entrar en los hogares El incontenible avance de los PC El Día de San Valentín de 1946 un general del ejército de los Estados Unidos apretó un botón que transformaría para siempre la historia de la tecnología de nuestro planeta. El militar, Gordon Barnes, puso en funcionamiento en la Universidad de Pensilvania el primer ordenador electrónico. Ese aparato de acero negro, que pesaba cerca de 30 toneladas y ocupaba el mismo volumen que un ómnibus, abrió la era de la informática. Aquella computadora original estaba dotada de 17.468 válvulas, costó 4 millones de dólares, su capacidad sólo le permitía almacenar un máximo de 20 números de diez dígitos y podía procesar tan sólo a velocidades de 100 kilohertzios por segundo. El aparato, llamado El ENIAC (Electronic Numerical Integrator and Computer) fue desarrollado por John Presper Eckert y John W. Mauchly por encargo del ejército y vino a sustituir con componentes electrónicos una serie de funciones que hasta el momento se hacían por medios mecánicos. Lo que la máquina incorporaba por primera vez era la capacidad de interconexión de las válvulas y que a través de un programador se pudieran hacer distintas tareas. La computadora es básicamente un aparato electrónico que procesa información según un conjunto de instrucciones, llamado programa. En la computadora digital se introduce la información en forma de notación binaria (usando los números O y 1) en la que cualquier número o palabra se transcribe en grupos de unos y ceros (que significan respectivamente “circuito abierto pasa la corriente y circuito cerrado no pasa”). Una unidad central de proceso (CPU) controla todo el sistema y realiza las operaciones lógicas, mientras que las memorias almacenan tanto los datos a procesar como los programas con instrucciones para hacerlo. Con los años, con la reducción en el costo y en el tamaño de los componentes electrónicos, los productos de este tipo se convirtieron en objetos de consumo masivo. Un ejemplo de ésto se produjo en el campo de la computación, con la aparición del computador personal, cuyo mercado era muy reducido a mediados de los 70. Hasta ese momento las computadoras, varias veces mayores en volumen que las usadas hoy en día, estaban básicamente destinadas al trabajo en alguna oficina gubernamental, en las grandes compañías internacionales y en las universidades de los países más desarrollados. Para la explosión posterior del uso del PC fue fundamental el trabajo de dos jóvenes expertos en informática: Steven Jobs y Stephen Wozniak. Ambos habían encarado como hobby el desarrollo de una computadora fácil de usar y lo lograron a un costo muy reducido, creando Apple Computer. Los resultados pronto estuvieron a la vista: en 1979 se vendieron 150 mil computadoras en los Estados Unidos, 350 mil en 1980 y más de medio millón en 1981. Ese año el mercado llegó a su punto de mayor desarrollo, cuando la IBM presentó su modelo PC. Frente al mayor desarrollo de los modelos personales que habían desarrollado las otras compañías en los años anteriores, IBM contaba con la ventaja de dominar plenamente el mercado. Por eso nada le preocupó vender sólo 25 mil unidades del PC en 1981, porque en 1984 ya había colocado tres millones del mismo. En el interior del PC de IBM había un microprocesador de la Intel Corporation de Santa Clara, California, y un sistema operativo autorizado para IBM por Microsoft, con sede en Seattle. Pero IBM no firmó contrato de exclusividad con sus proveedores y éstos rápidamente vendieron sus productos a otros fabricantes, apareciendo los “clones” del PC, armados con el chip de Intel y el MS-DOS, el sistema operativo de Microsoft. A mediados de la década del 90 casi la totalidad de las computadoras que se usaban en el mundo eran IBM o clones de la misma. Con esas cifras de difusión, las computadoras poco a poco ganaron su espacio en las pequeñas empresas primero y en los hogares después. Fue a este último segmento al que ha apuntado la industria en las dos últimas décadas, con el desarrollo de productos más pequeños, más económicos, con mayor memoria y más veloces en el procesamiento de la información y la prestación de servicios. Así hoy en día puede resultar inconcebible no tener uno en el hogar. En poco más de medio siglo la invención de la computadora confirmó su capacidad para transformar totalmente la forma en que los seres humanos vivimos en sociedad y nos integramos con otros iguales a nosotros. Su éxito ha llegado al punto de dar lugar a una nueva clase de analfabetismo que divide a las personas por su capacidad para actuar frente a una computadora.

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