1968 Elija el año o la decada
Las consecuencias del Mayo francés
París arde bajo un estallido juvenil


Ningún país ha aportado tanto como Francia al desarrollo ideológico de Occidente. Resulta inevitable pensar en los preceptos centrales de la revolución de 1789. Pero conviene demorarse en los acontecimientos centrales de la historia francesa. En algunos episodios laterales, que en su momento hicieron mucho ruido pero a los pocos meses parecían haber perdido eficacia, también se acuñaron cosas valiosas.

Ningún acontecimiento francés fue tan emblemático como el mayo de 1968 con el estallido de un gran alboroto juvenil que paralizó el país, tuvo 34 días de desarrollo que parecieron liquidar al gobierno del General De Gaulle, y al mes siguiente se diluyó pacíficamente en la nada. En apariencia. Porque los sucesos de la primavera fueron, sin que se supiera en ese momento, los primeros detonantes de un cambio de mentalidad que entre otras cosas cambió las relaciones del poder, anticipó lo que décadas más tardes culminaría con el derrumbe del Muro de Berlín, y puso sobre la mesa algunas nuevas reglas de juego. Aparte de asentar la constancia de dos cosas en el momento de la resolución final. La estabilidad de las estructuras francesas y lo sólido de su espíritu conservador por un lado y de su civismo por otro. Al contrario de lo que sucedió en la Plaza de Tlaltelolco en México, justamente ese mismo año, en un reclamo estudiantil que terminó con el asesinato de 400 personas, y de un episodio similar acaecido en Pekín con resultados similares, el vendaval que se levantó en Francia dejó como único saldo un muerto.
Marzo viene pesado en la Universidad de Nanterre, ubicada en los suburbios de París. En protesta ante una decisión del rectorado que prohibe las visitas femeninas a los dormitorios de los estudiantes, los varones cuelgan sus slips en las ventanas y pretextan una intervención policial. Subterráneamente suceden otras cosas. El 22 de marzo de ese mes y de ese año (1968) se forma el movimiento liderado por Daniel Cohn Bendit. El 2 del mes siguiente los estudiantes bautizan Che Guevara al anfiteatro y ocupan la Universidad. Cerrada por las autoridades, la crisis se traslada inmediatamente a París.
En los primeros diez días de mayo comienza la movilización en la Sorbona, como acto de solidaridad con Nanterre. La policía ingresa en ese ámbito de leyenda, las autoridades decretan la segunda clausura y se decreta la huelga estudiantil. El 6 de mayo diez mil estudiantes se concentran en el Barrio Latino. El primer enfrentamiento entre policías y estudiantes deja 800 heridos de ambas partes. Al otro día una larga marcha atraviesa la ciudad. Se calcula que cerca de 50 mil personas caminan por los Campos Eliseos ajustando sus pasos a las estrofas de La Internacional.
El 10 de mayo se produce la llamada noche de las barricadas. El Barrio Latino es un polvorín. Los manifestantes arrojan bombas caseras sobre los automóviles y los incendian, rompen vidrieras y provocan al mundo adulto. La cosecha es de mil heridos, 500 detenidos y 200 autos destrozados. Hasta ese momento el movimiento es básicamente estudiantil. La consigna en boga es la de “La imaginación al Poder”.
Entre el 13 y el 24 de mayo se concreta la incorporación gremial y la intervención política. La central obrera decreta la huelga general el 13 de mayo, el mismo día en que Charles De Gaulle cumple diez años en el gobierno. Sin autorización del sindicato, los obreros toman la fábrica Renault. Francia queda literalmente paralizada: 10 millones de obreros acatan la huelga. Y la revuelta se irradia al resto del país y en forma casi increíble atrapa al campesinado.
El 24 de mayo se repitió una segunda noche de las barricadas. Como desafío al centro neurálgico de la economía los opositores incendian el edificio de la Bolsa. El mayo francés ha llegado a su punto de mayor confrontación. En los próximos días el movimiento empieza a perder energía. La tesitura en que se coloca De Gaulle es la causa de esa reversión. El 30 de mayo el General disuelve la Asamblea Nacional y llama a elecciones para fin de junio. La nación retorna a la normalidad. De Gaulle gana las elecciones. ¿Fin de la historia? No, sólo el comienzo. Las semillas de ese estallido de acné serán llevadas por los vientos a través de todo el mundo, transformarán la escena internacional de los próximos diez años, cambiarán la mente humana en parte y serán responsables de lo que sucede generacionalmente en la posmodernidad.
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