1962 Elija el año o la decada
Cerró el taller de Torres García

El Taller Torres García cerró definitivamente en 1962, trece años después de la muerte de su maestro, clausurando un período de fermento que edificó una corriente de alumnos en primera y en segunda instancia, capaces de prolongar la huella del constructivismo con una disciplina que no sólo llevaron a cuestas los hijos de Joaquín, sino también sus espléndidos discípulos. Así se ramificó la enseñanza torresgarciana, consolidando la vertiente más poderosa que ha conocido la plástica nacional y asimismo la de lealtades más visibles. Claro que el cierre del Taller no fue el final de ese movimiento, que los artistas prolongaron en sus labores personales y cuya imagen pública fue sostenida por el Museo que funcionó en la calle Rondeau y en la calle Constituyente, para desaparecer luego y renacer hace unos años en la gran sede definitiva de la calle Sarandí. Pero con el transcurso del tiempo, el viejo Taller ha ido asumiendo un valor que está más allá de la suma de los talentos que lo poblaron y aun por encima del portentoso impulso de su iniciador: tiene ahora el alcance imponderable de los hitos del proceso artístico en un medio donde la llegada y la prédica batalladora de Torres García impusieron un sello fundacional.
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