¿Democracia
en Irak?
Los planes
de EE.UU. para Irak, una vez derrocado Saddam Hussein, son, a la larga
o la corta, la instauración de una democracia en el país.
Concretamente, luego de la ofensiva militar el plan incluye fases: estabilización,
transición y transformación; ésta última etapa
se abriría con elecciones democráticas en Irak, un episodio
que sería inédito para la historia de la nación.
La pregunta es: ¿será efectivamente así?
Muchos analistas
objetan los planes de Washington por "simplistas". James Lindsey,
por ejemplo, un experto de la Brooking Institutions, advirtió recientemente
que "la era post-Saddam representará un desafío mucho
más grande de lo que piensa la administración (Bush)".
El financiero norteamericano, George Soros, por su parte, aseguró:
"Bush alega que está estimulando la democracia al invadir
Irak. Pero la democracia no puede ser impuesta desde fuera".
La fase de
estabilización del plan "post - Saddam" implica, en primer
lugar, la victoria militar contra el régimen de Hussein y su partido
Baaz, y luego, la estabilidad fronteriza y étnica del país.
Washington no ha dicho cuánto tiempo podría durar este período.
La segunda, la transición, duraría aproximadamente dos años
y tendrá por cometido la "des-Baazificacion" del país.
Esto será efectuará mediante la presencia de tropas en Irak,
las cuales irían abandonado el país conforme se van eliminado
los focos del actual partido oficial iraquí. La última etapa,
finalmente, implica la entrega del poder a los iraquíes mediante
elecciones.
Ahora, los
analistas que critican el simplismo de este proceso alegan que las particulares
características históricas y étnicas de Irak deberían
tomarse en cuenta. Irak es un país "inventado" por Gran
Bretaña luego de la primera guerra mundial, es decir que los criterios
fronterizos olvidaron las particularidades étnicas del país.
En Irak, conviven los Kurdos, los sunitas y los chiítas: tres étnias
que se han enfrentado (y se enfrentan) repetidas veces a lo largo de los
años. Saddam Hussein, sunita, logró cierta estabilidad gracias
a su control sobre las armas y los poderes autocráticos de los
que se sirvió para sofocar los levantamientos étnico - políticos.
Además, luego de la primera guerra del golfo, Hussein fue obligado
a establecer el llamado Kurdistán, región kurda y autónoma
al norte de Irak.
Frente a
este panorama, los norteamericanos no han dado respuesta sobre cómo
se unificarán las étnias bajo un mismo sistema político.
Otro argumento
que vierte dudas sobre el plan norteamericano es que parte del supuesto
que los iraquíes recibirán de buen modo su intervención.
Roger Hardy, analista internacional de la BBC de Londres, opina que ciertos
exponentes de la administración Bush esperan ser "alegremente"
recibidos por la población de Irak. Sin embargo, " muchos
iraquíes no confían en los estadounidenses, en especial
por lo que pasó al final de la última guerra en 1991. George
Bush padre, instó a los kurdos del norte a rebelarse contra Sadam
y lo mismo con los chiítas del sur. Lo hicieron, hubo una intifada,
brutalmente sofocada por Saddam Hussein y EE.UU. no hizo nada. Los iraquíes
no se olvidaron de esto".
Finalmente
Hardy concluye que "el principal escenario que puede predecirse es
que Irak pueda convertirse en una especie de agujero negro, con caos y
anarquía".
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