UN
NUEVO LIBRO DE JOGE RUFFINELLI ARROJA LUZ SOBRE LA BIOGRAFIA DE
GARDEL, SUS REPRESENTACIONES LITERARIAS Y FILMICAS
El
cantante, el mito y sus máscaras
El
profesor explora las imágenes del Mago en el cine, el teatro
y en la literatura
Guillermo Zapiola
Claro, cada vez
canta mejor, y todo eso. El próximo jueves 24 de junio (*)
se cumple un nuevo aniversario de la muerte de Carlos Gardel en
aquel malhadado accidente aéreo en Medellín, y ya
se preparan las previsibles conmemoraciones.
Una de las maneras
de recordar el acontecimiento puede ser internarse en las páginas
del libro La sonrisa de Gardel, que Editorial Trilce pondrá
a la venta en días próximos y que ha sido escrito
por el crítico literario e investigador uruguayo (con base
de operaciones en los Estados Unidos) Jorge Ruffinelli. Se trata
de un múltiple acercamiento a la figura de Gardel, con un
énfasis en su biografía (en versión tacuaremboense)
y una atención especial al modo en que esa biografía
y esa figura fueron reflejadas o deformadas en la literatura y el
cine.
Uno de los varios
atractivos del libro de Ruffinelli (que, por cierto, se lee de un
tirón) radica en su análisis del modo en que acaso
el propio Gardel colocó elementos autobiográficos
en clave en los films de ficción que protagonizó:
de esa manera, persona y personaje habrían comenzado a identificarse
de una manera creciente. Quizás, sugiere Ruffinelli, Gardel
estaba comenzando a desnudar públicamente algunos aspectos
oscuros de su historia, un proceso que la muerte interrumpió.
ORIGENES. Lo
menos revelador del libro puede ser su primera parte (El misterio
de ser), que resume con agilidad y buena prosa lo que se sabe o
se sospecha de la vida de Gardel, en la versión "uruguayista"
defendida por investigadores como Erasmo Silva Cabrera y, sobre
todo, Nelson Bayardo y Eduardo Payssé González. Quien
no esté familiarizado con el tema puede encontrar allí
una buena introducción: bastantes argumentos para pensar
que Gardel nació en Tacuarembó y fue hijo del coronel
Carlos Escayola, bastantes interrogantes acerca del dudoso trámite
(que incluye un testamento ológrafo tal vez falsificado y
una probable posterior extorsión) por el cual Armando Defino
ganó y perdió una herencia, bastantes datos sobre
la fabricación de una biografía oficial que avalaba
esas maniobras. Es posible que nunca se pruebe cien a cero (o por
lo menos, como lo pide la justicia norteamericana, "más
allá de toda duda razonable") el origen tacuaremboense
de Gardel, pero el resumen de Ruffinelli vuelve a otorgarle una
posibilidades de, digamos, setenta a treinta. La teoría del
origen francés sigue creando más problemas.
LITERATURA.
Otra zona del libro (Gardel en los ojos de los otros) se ocupa de
la permanencia de Gardel en la literatura y el teatro, como personaje
o como referencia. Allí Ruffinelli pasa revista a las ficciones
que le han dedicado al Mago, con variantes de enfoque, género
y calidad literaria, autores tan diversos como César Tiempo,
Alejandro Losada, Eduardo Pérsico, Jean Noel, Sergio Navarro,
Manuel Puig, Víctor Manuel Leites, Antonio Lobo Antunes,
Mario Levrero, Joselo González, Fernando Butazzoni, Enrique
Rocha Monroy, Luis Benítez, Marcelo Zamboni, Fernando Cruz
Konfly, Susana Cabrera, Mario González Perera, Enrique Estrázulas,
Horacio Vázquez Rial o los varios autores del volumen Los
cuentos de Gardel.
El repaso revela
en Ruffinelli a un lector atento y reflexivo, capaz de detectar
los cambios de perspectiva, la mayor o menor distancia con respecto
a la realidad o a las diversas mitologías alternativas que
cada uno de esos autores propone, y de ilustrar el punto de vista
con una hábil selección de fragmentos. En más
de un caso dan ganas de salir a buscar el libro al que Ruffinelli
se refiere, y ese puede ser un mérito no menor del trabajo.
CINE. El segundo
y cuarto bloque del libro (Gardel nos habla desde la pantalla y
Copia y falsificación) se centran en la imagen que el cine
ha proporcionado de Gardel. Es interesante pero no esencial el último,
que demuestra con buenos argumentos la colosal tontería de
algunos intentos seudobiográficos emprendidos por realizadores
argentinos (Alberto de Zavalía, León Klimovsky, Julio
Rossi), chambonadas más próximas (Gardel, ecos del
silencio de Pablo Rodríguez) o la superficialidad hagiográfica
de documentales de Solly, Carlos Orgambide, Juan Carlos Codazzi
o Guillermo Spivak. También explora el uso de Gardel como
personaje o referencia en films de Solanas, Rodolfo Pugliese, Sergio
Dow, Jaime Chávarri y otros, lo que sería otra prueba
de la vigencia del mito.
Lo más
incitante del libro puede ser empero su segunda parte (Gardel nos
habla desde la pantalla), que repasa las películas del propio
Mago. Dejando de lado un papel secundario en una película
muda, diez canciones filmadas en la Argentina en 1930 y un par de
números para la versión latinoamericana de una revista
musical rodada en los Estados Unidos que no vienen al caso, quedan
seis largometrajes (Las luces de Buenos Aires, 1931; Melodía
de arrabal, 1933; Cuesta abajo, 1934; El tango en Broadway, 1934;
El día que me quieras, 1935; Tango Bar, 1935) y dos medios
(Espérame y La casa es seria, ambos de 1932, el último
de los dos al parecer perdido para siempre) filmados entre Francia
y los Estados Unidos. Particularmente en los del período
norteamericano (a partir de Cuesta abajo), nominalmente libretados
por Alfredo Le Pera pero sobre cuyos guiones Gardel influyó
decisivamente, Ruffinelli detecta con agudeza una serie de elementos
veladamente autobiográficos que (dicho sea de paso) compaginan
mejor con la versión tacuaremboense que con la tolosiana:
una conflictiva relación paterno-filial, algún coqueteo
juvenil con el delito, la redención por el arte (la música,
claro), la utilización de seudónimos y máscaras
que ocultan la verdadera identidad (Escayola convertido en Gardes
y Gardel). Ruffinelli cree percibir incluso una progresión
en esas revelaciones parciales, como si Gardel tratara de decir
cada vez un poco más sobre sí mismo en cada una de
sus películas. Ese proceso de revelación progresiva
habría sido definitivamente interrumpido cuando se subió
a aquel avión que se lo llevó para siempre.
La extensa
trayectoria de un investigador
Jorge Ruffinelli
nació en Uruguay, hizo crítica literaria en el semanario
Marcha y luego se asentó como investigador y profesor en
la Universidad de Stanford (Estados Unidos), especializándose
en literatura y cine latinoamericano. Ha sido director del Centro
de Estudios Latinoamericanos de dicha Universidad, y profesor en
la Universidad Veracruzana (México). Ha integrado diversos
jurados en festivales de cine (San Sebastián, La Habana y
Trieste, entre otros), al igual que en concursos literarios (Casa
de las Américas, Juan Rulfo, otros). Ha publicado numerosos
libros sobre literatura y crítica literaria, dirige la revista
Nuevo Texto Crítico y actualmente trabaja en la primera Enciclopedia
del cine latinoamericano.
(*)
Nota publicada el 20 de junio de 2004 en El País
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