El sol no amedrentó ayer a las miles de personas que se acercaron al Puerto de Montevideo. Diarios, folletos y cualquier papel que tenían a mano les servía para protegerse y aguardar pacientemente el turno para ingresar al velero Capitán Miranda. La fila era de una cuadra, pero la sonrisa y los uniformes de gala de la tripulación del buque escuela valían la pena.
Uno de ellos era el presidente de la Comisión de Patrimonio, Manuel Esmoris, visiblemente satisfecho por la convocatoria del fin de semana.
"Nunca hubo un homenaje tan grande a una uruguayo que hacía obras civiles. El ingeniero Eladio Dieste fue descubierto por miles de personas. Esto es un logro gigante", dijo Esmoris a El País.
Según algunos organizadores el fin de semana del patrimonio convocó a unas 700.000 personas en todo el país, una cifra similar a la de 2005.
En Montevideo la vedette volvió a ser la Ciudad Vieja. Ayer de tarde costaba caminar entre las miles de personas que se detenían a disfrutar de los mimos, bailarines, artistas, jóvenes en zancos, artesanos y músicos. Tampoco era fácil conseguir un lugar para sentarse en algún boliche a tomar algo.
Uno de los lugares que tuvo una afluencia constante de público fue el Registro Civil. Al igual que el año pasado exhibían partidas de nacimiento de personalidades, como los presidentes desde 1985, periodistas, músicos y "luchadores sociales".
La particularidad de esta edición del Día del Patrimonio era un "homenaje" a los primeros desaparecidos cuyos restos fueron hallados: Ubagesner Cháves y Fernando Miranda. Sus partidas de nacimiento, junto a la de María Macarena Gelman, estaban destacadas en una vitrina, con tres rosas rosadas.
MURGAS. Cerca de allí, en el Puerto, poco antes de las 15 horas empezaron a sentirse los bombos platillos y redoblantes que arribaban desde distintos puntos de la Ciudad Vieja.
La rambla portuaria parecía 18 de Julio un sábado a la noche. En el galpón portuario, que será el futuro Museo del Carnaval, murguistas de todas las edades, desde niños a ancianos, pasando por profesionales de la talla de A Contramano y Contrafarsa, se pintaron las caras.
Salieron del edificio de la Administración Nacional de Puertos. Afuera más de 400 personas los recibieron con un cerrado aplauso. Antes, un mensaje de saludo del presidente Tabaré Vázquez terminaba prometiendo "redoblar" esfuerzos para realizar un Uruguay mejor.
Así la "marcha camión" nacida hace más de 60 años cuando los grupos viajaban en esos vehículos de un tablado a otro ingresó oficialmente en el patrimonio cultural e intangible de los uruguayos. Nadie quedó indiferente , mujeres bailaban con bebés en los brazos que ya amamantaban el ritmo murguero, otros que optaban por sacar las bombillas de los mates y llevar el ritmo golpeándolas contra los termos de metal.
Todo se inundó de alegría. Los 180 murguistas que conformaron las 60 baterías mostraron su hermandad artística. Como final de la fiesta temblaron los redoblantes y prepararon el estruendo final de 60 platillos al unísono.
VOLVER AL PASADO. El teatro interactivo transformó a los uruguayos de 2006 en el pueblo artiguense de 1813 cuando en Tres Cruces se firmó el Congreso de Abril.
La obra de 20 minutos fue interpretada en la plaza de la Bandera el sábado y el domingo en ocho oportunidades. Los espectadores no sólo revivieron ese hecho histórico sino que fueron parte de la obra bailando junto a los actores disfrazados de chinas y gauchos que observaban la mesa presidida por Artigas.
La historia fue relatada por dos guitarristas vestidos de gauchos que estaban a los costados de la pasarela. Al terminar la oratoria de los integrantes de la mesa el público de 1813 y el de 2006 gritó ¡Viva la patria, viva!
Para concretar la obra, el shopping de Tres Cruces realizó un concurso a través de la Intendencia Municipal de Montevideo, informó Pablo Cusnir, jefe de marketing.
En Pocitos hubo quienes también decidieron aprovechar el fin de semana para conocer más de la historia, en este caso del barrio. Algunos se quedaron con las ganas, ya que en algunos folletos se anunció una obra de teatro en ómnibus a las 14 horas, desde Plaza Gomenzoro.
El bus partió finalmente pasadas las 15 horas, y una veintena de personas se marcharon molestas porque no tenían lugar en el coche.
Los que sí pudieron subir disfrutaron de una obra de teatro sobre ruedas. El temporal de 1923, Uruguay campeón del mundo en 1930, la historia de las casas de Bello y Reborati y las misas en las parroquias del San Juan Bautista eran recreadas por dos actores, mientras el coche daba vueltas por el barrio.
También hubo una intensa movida en el Prado, especialmente en la residencia de Suárez y Reyes, designada como presidencial en 1947 por Luis Batlle Berres.
Desde entonces varios presidentes con sus familias ocuparon esa casa.
Pese a que el presidente Tabaré Vázquez decidió no vivir allí, el lugar no perdió su atractivo y ayer a las 16 horas habían visitado la residencia 1.800 personas.
Una de las guías dijo que esperaban llegar a los 3.000 visitantes, al igual que el año pasado.
Empresas y activistas en un día para promocionarse
La conglomeración de cientos de miles de personas fue un llamador para empresas y manifestantes que ven en los festejos del Patrimonio una excelente oportunidad de difusión.
En la residencia presidencial de Suárez y Reyes promotores hacían más fácil la espera a los que aguardaban para la visita en la extensa fila que llegaba hasta la calle 19 de abril. Dos chicos con tanques mochilas con letreros de la marca del café que promovían obsequiaban un vasito del producto a cada visitante.
La visita a la residencia comenzó en la sala de prensa. Mientras esperaban que llegara la guía una promotora servía jugo de frutas en vasitos descartables.
Otra forma de publicidad se vio el sábado de tarde por avenida 18 de Julio. Frente a la plaza Cagancha dos camiones con publicidad móvil desfilaban incansablemente una y otra vez frente a las miles de personas que caminaban por las veredas de un edificio histórico a otro.
En la zona portuaria muchos puestos promocionaban productos como las galletas de arroz que eran obsequiadas a los cientos transeúntes.
En la Ciudad Vieja, miles de personas vieron un "libro" gigante que exhibían en la Plaza Matriz activistas del Proyecto Miramar del Frente Amplio.
"¿Querés dar vuelta la página?", señalaba la publicación que hacía énfasis en los desaparecidos, exiliados y presos de la dictadura militar. Eduardo Vaz dijo a El País que fueron ayer por la convocatoria del día y para "aportar al patrimonio".
Los integrantes del "Proyecto Miramar" colocaron un panel donde "dejar mensajes" para Juan María y Pedro Bordaberry.